En su rostro advertí realmente aquella niebla que suele subir siempre mientras dura la sensación de placer que produce el creerse por encima de otros.
-GEORG CHRISTOPHER LICHTENBERG
HOMBRE PRESO QUE MIRA A TRAVÉS DE LA NIEBLA - MARIO BENEDETTI
Me cuesta como nunca
nombrar los árboles y las ventanas
y también el futuro y el dolor
el campanario está invisible y mudo
pero si se expresara
sus tañidos
serían de un fantasma melancólico
la esquina pierde su ángulo filoso
nadie diría que la crueldad existe
la sangre mártir es apenas
una pálida mancha de rencor
cómo cambian las cosas
en la niebla
los voraces no son
más que pobres seguros de sí mismos
los sádicos son colmos de ironía
los soberbios son proas
de algún coraje ajeno
los humildes en cambio no se ven
pero yo sé quién es quién
detrás de ese telón de incertidumbre
sé dónde está el abismo
sé dónde no está dios
sé dónde está la muerte
sé dónde no estás tú
la niebla no es olvido
sino postergación anticipada
ojalá que la espera
no desgaste mis sueños
ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones
y que vos muchachita
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro
y yo sepa por fin
que dejas para siempre
la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y celebren
mi bienvenida que no tiene pausas
NIEBLA DEL RIACHUELO - ENRIQUE CADÍCAMO - JUAN CARLOS COBIÁN
ORQUESTA DE OSVALDO FRESEDO
VERSIÓN ROBERTO GOYENECHE
VERSIÓN SUSANA RINALDI
VERSIÓN EDMUNDO RIVERO
VERSIÓN EDUARDO FALU CON CACHO TIRAO
VERSIÓN CHE TANGO PROJECT
Turbio fondeadero donde van a recalar,
barcos que en el muelle para siempre han de quedar...
Sombras que se alargan en la noche del dolor;
náufragos del mundo que han perdido el corazón...
Puentes y cordajes donde el viento viene a aullar,
barcos carboneros que jamás han de zarpar...
Torvo cementerio de las naves que al morir,
sueñan sin embargo que hacia el mar han de partir...
¡Niebla del Riachuelo!..
Amarrado al recuerdo
yo sigo esperando...
¡Niebla del Riachuelo!...
De ese amor, para siempre,
me vas alejando...
Nunca más volvió,
nunca más la vi,
nunca más su voz nombró mi nombre junto a mí...
esa misma voz que dijo: "¡Adiós!".
Sueña, marinero, con tu viejo bergantín,
bebe tus nostalgias en el sordo cafetín...
Llueve sobre el puerto, mientras tanto mi canción;
llueve lentamente sobre tu desolación...
Anclas que ya nunca, nunca más, han de levar,
bordas de lanchones sin amarras que soltar...
Triste caravana sin destino ni ilusión,
como un barco preso en la "botella del figón"...
EN LA NIEBLA (HERMANN HESSE)
Traducido del alemán al español
¡Extraño vagar entre la niebla!
Solitario está cada arbusto y piedra,
ningún árbol mira al otro,
cada uno está solo.
Lleno de amigos estaba para mí el mundo
cuando mi vida era clara todavía;
ahora que la niebla cae,
nadie más está visible.
Verdaderamente, nadie es sabio
si la tiniebla no conoce,
lo inevitable y silencioso
de todo lo aparta.
¡Extraño vagar entre la niebla!
Vivir es estar solo.
Ningún hombre conoce al otro,
cada uno está solo.
NIEBLA - SUPERSUBMARINA
Sabes esos días
cuando todo es tan oscuro
que no puedes pensar
y sientes que ha acabado,
que el camino equivocado ya llegó a su final.
Dile que el silencio que hay entre vosotros
pronto quedará en un despertar.
Dile que esa imagen que hay en tu cabeza
será la que te haga madrugar.
Para a respirar y piénsalo mejor...
Piensa que si un día ella no está
echarás de menos hasta
su caminar, su despertar, su forma de hablar,
su mal humor, su estar mejor, su pelo y su voz.
Su caminar, su despertar, su forma de hablar,
su mal humor, su estar mejor, su pelo y su voz.
Deja ese momento en el cajón de los recuerdos
y recuerda su olor.
Y piensa en esas cosas que la hacian maravillosa
y que están en tu interior.
Piensa que si un día ella no está
echarás de menos hasta
su caminar, su despertar, su forma de hablar,
su mal humor, su estar mejor, su pelo y su voz.
Su caminar, su despertar, su forma de hablar,
su mal humor, su estar mejor, su pelo y su voz.
HAIKU DE MASAOKA SHIKI
Ah, si me vuelvo,
ese que se pasa ya
no es sino bruma.
(trad: Octavio Paz)
LA NIEBLA - AGARRATE CATALINA
Domingo 32 de otoño, La niebla
La niebla lo invade todo. Este cuarto que no eligió,
este mundo que no es el suyo y estos ojos desconocidos
que la miran, que la buscan y que aseguran conocerla.
Acá la niebla, más allá también la niebla sobre sus
manos viejas como de piel de papel sobre los huesos
de antiguo barro valiente todavía caminante. Y en el
medio de toda esa niebla, ella de espalda a las ventanas herrumbradas de su presente baldío, de frente al
abismo de su pasado, al velatorio continuo de sus
memorias desvencijadas, famélicas, suicidas. A
veces un sorbo de sol tibio la separa de la niebla
y una lucidez con vida de mariposa de dos segundos
desesperada y heroica, consigue traer de nuevo a
sus padres juntar nombres con rostros y revivir un
domingo hecho del tiempo en el que su amor esta
siempre vivo en donde siempre hay risa, en donde
siempre hay baile, y donde siempre es feliz como
era. Un instante más y la mariposa caerá aplastada
bajo el plomo implacable de una niebla invensible.
Beso su mejilla ahora incalculablemente distante.
Ella pregunta quién soy.
La niebla otra vez lo invade todo.
Solita en un rincón
De un tiempo que murió
Hace algún tiempo atrás
Sin horas ni reloj
Ausente en ese vals
De cínico compás
Bailando en un montón
De niebla y soledad
Y yo no se, no se como llegar
Y solo se, tan solo se cantar
Y agradecer que puedo recordar
Tus caricias piel de sol y terciopelo
Perdida entre tu piel
Se ríe tu niñez
Se ríe y vos te vas
Te abrazo donde estés
Y yo no se, no se como llegar
Y solo se, tan solo se cantar
Y agradecer que pude disfrutar
De tus mimos de budín y caramelo
De tus mimos de budín y caramelo
HAIKU DE MATSUO BASHO
Es primavera:
la colina sin nombre
entre la niebla.
(trad: Eikichi Hayashiya y Octavio Paz)
ENTRE LA NIEBLA - LA RENGA
Con el sol a cuestas
Un ojo en la mano
Del cielo cae la incandescente piel
Que el viento escupe a mi alrededor
Parpadean mis dedos
Girasol de luz
Estiro y tiro entre la niebla
Hasta encontrar tu voz
Alguien metió mano en el infierno
Y sembró el espanto entre los dos
Devoró la noche
Cubrió el cielo de dolor
Como una estampida
Explotó el horror
Y yo sólo quiero la misma mañana
Donde despertaba ayer
Rodeado de excusas
De contemplación
Dos moléculas de oxígeno
Bastan para mi revolución
Quién diría algo
Si hoy salgo a matar
Al tantas veces muerto sueño
Que hoy despierta en esta realidad
Y hoy que mis ojos, casi muertos
Hacen que te vea así
Te imagino tras del cielo
Floreces en mi jardín
Alguien metió mano en el infierno
Y sembró el espanto entre los dos
Devoró la noche
Cubrió el cielo de dolor
Alguien metió mano en el infierno
Y sembró el espanto entre los dos
Devoró la noche
Cubrió el cielo de dolor
Alguien metió mano en el infierno
Soltó los perros del averno
Y su devastación
Rabia madre de las pestes
Consumiste la ilusión.
HAIKU DE YOSA BUSON
Niebla matutina:
Como la pintura de un sueño,
Los hombres siguen su camino.
(Trad: Alan Jofre Khoury)
LA NIEBLA - SHAMAN Y LOS HOMBRES EN LLAMAS
Ahora que la noche ya pasó
puedo volver al lugar
donde todo esto empezó
y romper la maldición
Esa niebla en mi portal
ya va a desaparecer,
volveré a ser uno más,
otra mente bajo el sol.
Ojalá pueda encontrar el camino hasta allí.
No puedo ver con tanta luz.
Cientos son los ojos que miré,
los tuyos los pude ver
y fueron dagas de cristal.
El conjuro del amor,
eso que hace tanto mal
fue aquí que me engañó
y lo que creí verdad
es la niebla en mi portal
que ya va a desaparecer.
ELECTRA EN LA NIEBLA - GABRIELA MISTRAL
En la niebla marina voy perdida,
yo, Electra, tanteando mis vestidos
y el rostro que en horas fui mudada.
Ahora sólo soy la que ha matado.
Será tal vez a causa de la niebla
que así me nombro por reconocerme.
Quise ver muerto al que mató y lo he visto
o no fue él lo que vi, que fue la Muerte.
Ya no me importa lo que me importaba.
Ya ella no respira el mar Egeo.
Ya está más muda que piedra rodada.
Ya no hace el bien ni el mal. Está sin obras.
Ni me nombra ni me ama ni me odia.
Era mi madre, y yo era su leche,
nada más que su leche vuelta sangre.
Sólo su leche y su perfil,
marchando o dormida.
Camino libre sin oír su grito,
que me devuelve y sin oír sus voces,
pero ella no camina, está tendida.
Y la vuelan en vano sus palabras,
sus ademanes, su nombre y su risa,
mientras que yo y Orestes caminamos
tierra de Hélade Ática, suya y de nosotros.
Y cuando Orestes sestee a mi lado (3)
la mejilla sumida, el ojo oscuro,
veré que, como en mí, corren su cuerpo
las manos de ella que lo enmallotaron
y que la nombra con sus cuatro sílabas
que no se rompen y no se deshacen.
Porque se lo dijimos en el alba
y en el anochecer y el duro nombre
vive sin ella por más que esté muerta.
Y a cada vez que los dos nos miremos,
caerá su nombre como cae el fruto
resbalando en guiones de silencio.
Sólo a Ifigenia y al amante amaba
por angostura de su pecho frío.
Y a mí y a Orestes nos dejó sin besos,
sin tejer nuestros dedos con los suyos.
Orestes, no te sé rumbo y camino.
Si esta noche estuvieras a mi lado,
oiría yo tu alma, tú la mía.
Esta niebla salada borra todo
lo que habla y endulza al pasajero:
rutas, puentes, pueblos, árboles.
No hay semblante que mire y reconozca
no más la niebla de mano insistente
que el rostro nos recorre y los costados.
A dónde vamos yendo, los huidos,
si el largo nombre recorre la boca
o cae y se retarda sobre el pecho
como el hálito de ella, y sus facciones,
que vuelan disueltas, acaso buscándome.
El habla, niña nos vuelve y resbala
por nuestros cuerpos, Orestes, mi hermano,
y los juegos pueriles, y tu acento.
Husmea mi camino y ven, Orestes.
Está la noche acribillada de ella,
abierta de ella, y viviente de ella.
Parece que no tiene palabra
ni otro viajero, ni otro santo y seña.
Pero en llegando el día, ha de dejarnos.
¿Por qué no duerme al lado del Egisto.
Será que pende siempre de su seno
la leche que nos dio será eso eterno
y será que esta sal que trae el viento
no es del aire marino, es de su leche?
Apresúrate, Orestes, ya que seremos
dos siempre, dos, como manos cogidas
o los pies corredores de la tórtola huida.
No dejes que yo marche en esta noche
rumbo al desierto y tanteando en la niebla.
Yo no quiero saber, pero quisiera
saberlo todo de tu boca misma,
cómo cayó, qué dijo dando del grito
y si te dio maldición o te bendijo.
Espérame en el cruce del camino
en donde hay piedras lajas y unas matas
de menta y de romero, que confortan.
Porque ella -tú la oyes- ella llama,
y siempre va a llamar, y es preferible
morir los dos sin que nadie nos vea
de puñal, Orestes, y morir de propia muerte.
-El Dios que te movió nos dé esta gracia.
-Y las tres gracias que a mí me movieron.
-Están como medidos los alientos.
-Donde los dos se rompan pararemos.
La niebla tiene pliegues de sudario
dulce en el palpo, en la boca salobre,
y volverás a ir al canto mío.
Siempre viviste lo que yo vivía
por otro atajo irás y al lado mío.
Tal vez la niebla es tu aliento y mis pasos
los tuyos son por desnudos y heridos.
Pero ¿por qué tan callado caminas
y vas a mi costado sin palabra?
El paso enfermo y el perfil humoso,
si por ser uno lo mismo quisimos
y cumplimos lo mismo y nos llamamos
Electra-Oreste, yo, tú, Oreste-Electra.
O yo soy niebla que corre sin verse
o tú niebla que corre sin saberse.
-Pare yo porque puedas detenerte
o yo me tumbe, para detenerte con mi cuerpo tu carrera,
tal vez todo fue sueño de nosotros
adentro de la niebla amoratada,
befa de la niebla que vuela sin sentido.
Pero marchar me rinde y necesito
romper la niebla o que me rompa ella.
Si alma los dos tuvimos, que nuestra alma
-siga marchando y que nos abandone.
-Ella es quien va pasando y no la niebla.
Era una sola en un solo palacio
y ahora es niebla-albatros, niebla-barco.
Y aunque mató y fue muerta ella camina
más ágil y ligera que en su cuerpo
así es que nos rendimos sin rendirla.
Orestes, hermano, te has dormido
caminando o de nada te acuerdas
que no respondes.
O yo nunca nací, sólo
he soñado padre, madre, y un héroe,
una casa, la fuente Dircea y Ágora.
No es cuerpo el que llegó,
ni potencias.
ENTRE LA NIEBLA - HAMLET
Habla, no debe ser quien tú crees
Grita, no quieras ver lo que no es
Sufre, si no es así no abra más
Libre, nada es eterno nada inmortal.
Has llegado a recordar
Éramos fidelidad
Aire para respirar
Lleno de perversidad
Vivo para ti
Y deseo que sea así
No quiero llorar entre la niebla
Abrazarte y no sentir
Que eres todo para mí
No quiero morir entre la niebla
Miedo, siempre a tu lado sin descansar
Frío, como el silesio de mi debilidad
Siente tu mortalidad, reflejos de la ansiedad
Párate a reflexionar, antes de volver atrás
Vivo para ti
Y deseo que sea así
No quiero llorar entre la niebla
Abrazarte y no sentir
Que eres todo para mí
No quiero morir entre la niebla
No!!!
Prometiste
Ser conciente
No!!!
Y si no es así
Volver a mentir
Lo suplicara y será el final
Vivo para ti
Y deseo que sea así
No quiero llorar entre la niebla
Abrazarte y no sentir
Que eres todo para mí
No quiero morir entre la niebla
No quiero seguir despierto
Si tu fuiste solo un sueño
No voy a vivir huyendo
Solo quiero regresar
Para poder ver el cielo
Donde quise ser infierno
Para no volver jamás a ser un hombre.
ÁRBOL DE NIEBLA - OLGA OROZCO
¿De dónde esta tristeza que me llega
cómo un último amor,
como la débil rebelión de la tierra
por sus lluvias,
por las lianas azules de sus nieblas?
No sé si de la muerte de aquellas dulces hojas,
en las que el viento busca todavía
La pálida ternura del estío.
No sé si de ese día en que el otoño
abandonó su rostro sobre un río,
perdido en la congoja.
No sé desde qué cielo tanta sombra
asomada a mi pecho entre la pampa,
cuando mi vida vuelve como el llanto
a su antiguo paisaje, a sus antiguas voces
que crecen como hiedra desde el sueño.
¿Cómo no amar entonces
la libertad tan triste de los médanos,
el deseo de mar con que se duermen
mirando hacia otro cielo,
donde el recuerdo tiene solamente
la eternidad del trébol?
¿Cómo no amar la angustia de las piedras,
sometidas sin lucha
al inútil retorno de la hierba,
al invencible polvo,
a ese lejano muro donde el tiempo
se disgrega desnudo, sosteniendo
las huellas de mis manos?
Alguien me llama aún por sus desiertos
por el aire sombrío que se inclina
al desolado oeste;
mientras yo estoy aquí,
con mis pequeñas muertes como un árbol
esperando el olvido.
CAMINANTE FRENTE AL MAR DE NIEBLA - CASPAR DAVID FRIEDRICH
EL COLOSO, EL GIGANTE, EL PÁNICO Y LA TORMENTA- FRANCISO DE GOYA Y LUCIENTES
SOL ENTRE LA NIEBLA - CLAUDE MONET
PROCESIÓN EN LA NIEBLA - ERNST FEDINAND OEHME
DE VUELTA EN TUS BRAZOS OTRA VEZ - JEFF ROWLAND
NIEBLA EN TORINO - ANTONIO ALICE
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