1.5.20

OFICIOS
















OFICIO (JUAN GELMAN)

Cuando al entrar al verso me disloco
o no cabe un adverbio y se me quiebra
toda la música, la forma mira
con su monstruoso rostro de abortado,
me duele el aire, sufro el sustantivo,
pienso qué bueno andar bajo los árboles
o ser picapedrero o ser gorrión
y preocuparse por el nido y la
gorriona y los pichones, sí, qué bueno,
quién me manda meterme, endecasílabo
a cantar, quién me manda
agarrarme el cerebro con las manos,
el corazón con verbos, la camisa
a dos puntas y exprimirme,
quién me manda, te digo, siendo Juan
un Juan tan simple con sus pantalones,
sus amigotes, su trabajo y su
condenada costumbre de estar vivo,
quién me manda andar grávido de frases,
calzar sombrero imaginario, ir
a esperar una rima en esa esquina
como un novio puntual y desdichado,
quién me manda pelear con la gramática,
maldecirme de noche, rechinar
fieramente, negarme, renegar,
gemir, llorar, qué bueno está el gorrión
con su gorriona, sus pichones y
su nido, su capricho de ser gris,
o ser picapedrero, óigame amigo,
cambio sueños y música y versos
por una pica, pala y carretilla.
Con una condición:
déjeme un poco
de este maldito gozo de cantar.
EL ARRIERO VA (ATAHUALPA YUPANQUI)
VERSIÓN LOS CHALCHALEROS
VERSIÓN DIVIDIDOS
En las arenas bailan los remolinos, 
el sol juega en el brillo del pedregal, 
y prendido a la magia de los caminos, 
el arriero va, el arriero va. 
Es bandera de niebla su poncho al viento, 
lo saludan las flautas del pajonal, 
y animando la tropa par esos cerros, 
el arriero va, el arriero va. 
Las penas y las vaquitas 
se van par la misma senda. 
Las penas son de nosotros, 
las vaquitas son ajenas. 
Un degüello de soles muestra la tarde, 
se han dormido las luces del pedregal, 
y animando la tropa, dale que dale, 
el arriero va, el arriero va. 
Amalaya la noche traiga un recuerdo 
que haga menos peso mi soledad. 
Como sombra en la sombra por esos cerros, 
el arriero va, el arriero va.
NEW YORK (OFICIO Y DENUNCIA) - FEDERICO GARCÍA LORCA


Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato; 
debajo de las divisiones 
hay una gota de sangre de marinero; 
debajo de las sumas, un río de sangre tierna. 

Un río que viene cantando 
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa 
en el alba mentida de New York. 

Existen las montañas. Lo sé. 
Y los anteojos para la sabiduría. 
Lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo. 

Yo he venido para ver la turbia sangre. 
La sangre que lleva las máquinas a las cataratas 
y el espíritu a la lengua de la cobra. 

Todos los días se matan en New York 
cuatro millones de patos, 
cinco millones de cerdos, 
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes, 
un millón de vacas, 
un millón de corderos 
y dos millones de gallos, 
que dejan los cielos hechos añicos. 

Más vale sollozar afilando la navaja 
o asesinar a los perros 
en las alucinantes cacerías, 
que resistir en la madrugada 
los interminables trenes de leche,
los interminables trenes de sangre 
y los trenes de rosas maniatadas 
por los comerciantes de perfumes. 

Los patos y las palomas, 
y los cerdos y los corderos 
ponen sus gotas de sangre 
debajo de las multiplicaciones, 
y los terribles alaridos de las vacas estrujadas 
llenan de dolor el valle 
donde el Hudson se emborracha con aceite. 

Yo denuncio a toda la gente 
que ignora la otra mitad, 
la mitad irredimible 
que levanta sus montes de cemento 
donde laten los corazones 
de los animalitos que se olvidan
y donde caeremos todos 
en la ultima fiesta de los taladros. 

Os escupo en la cara. 
La otra mitad me escucha 
devorando, orinando, volando, en su pureza 
como los niños de las porterías 
que llevan frágiles palitos 
a los huecos donde se oxidan 
las antenas de los insectos. 

No es el infierno, es la calle. 
Nos es la muerte, es la tienda de frutas. 
Hay un mundo de ríos quebrados 
y distancia inacesibles 
en la patita de ese gato 
quebrada por el automóvil, 
y yo oigo el canto de la lombriz 
en el corazón de muchas niñas. 

Oxido, fermento, tierra estremecida. 
Tierra tú mismo que nadas 
por los números de la oficina. 

Qué voy a hacer? Ordenar los paisajes? 
Ordenar los amores que luego son fotografías, 
que luego son pedazos de madera 
y bocanadas de sangre? 
San Ignacio de Loyola 
asesinó un pequeño conejo
y todavía sus labios gimen 
por las torres de las iglesias. 

No, no, no, no; yo denuncio. 
Yo denuncio la conjura
de estas desiertas oficinas 
que no radian las agonías, 
que borran los programas de la selva,
e me ofrezco a ser comido 
por las vacas estrujadas 
cuando sus gritos llenan el valle 
donde el Hudson se emborracha con aceite. "

RETRATO DE UN PESCADOR (RAMÓN AYALA)
VERSIÓN TERESA PARODI 
TERESA PARODI CANTANDO RETRATO 
DE UN PESCADOR Y EL CIELO DEL ALBAÑIL
VERSIÓN MARCO AURELIO - GABRIEL
Cabellera de betún 
Y dientes de palo santo 
La boca como un quebranto 
Y piel de pira-guazú. 

Lamento de urutaú 
Su voz es como una queja 
Del río trae la leyenda 
De algún perdido pacú. 

Pescador del río bravo 
Canoero, canoero 
Nacido entre los sauzales 
A orillitas del Paraná 
Tomador de mate amargo 
A la lumbre del lucero 
Hace noche sobre el agua 
Y defiende su libertad. 

Partir, reír, hogar, soñar 
Un cigarrito en el andar 
Y una coplita pa ésperar 
El alba que ha de llegar.
CARPINTERO DE RIBERA (VICENTE MEDINA)

 Haciendo un barquito estás,
carpintero de ribera...
Haciendo un barquito estás,
de madera.

¿Adónde irá ese barquito
cuando le pongan la vela?
¿Adónde irá ese barquito,
carpintero de ribera?

Trabajando en tu barquito,
carpintero, te recreas,
¡para que luego la mar
haga con él lo que quiera!

En la playa
carpintero de ribera,
tu barquito
armando estás en la arena.

La mar azul está en frente,
risueña,
y, para jugar con él,
la mar tu barquito espera...

¿Quién no está haciendo un barquito?
¿Quién no sueña?
¡No haces tú solo barquitos,
carpintero de ribera!

EL JANGADERO (JAIME DÁVALOS - EDUARDO FALÚ)
VERSIÓN MERCEDES SOSA
VERSIÓN DE MERCEDES SOSA CON SOLEDAD PASTORUTTI
Canción del jangadero 
Río abajo voy llevando la jangada 
río abajo por el Alto Paraná 
es el peso de la sombra derrumbada 
que buscando horizonte bajará. 

Río abajo, río abajo, río abajo 
a flor de agua voy sangrando mi canción 
en el sueño de la vida y el trabajo 
se me vuelve camalote el corazón. 

Jangadero... jangadero 
mi destino sobre el río es derivar 
desde el fondo del obraje maderero 
con el anhelo del agua que se va. 

Padre río, tus escamas de oro vivo 
son el sueño que nos lleva más allá 
vamos tras el horizonte fugitivo 
y la sangre con el agua se nos va. 

Banda a banda, sol y luna, cielo y agua 
espejismo que no acaba de pasar 
piel de barro, fabulosa lampalagua 
me devora la pasión de navegar. 

Jangadero... jangadero...


LICENCIA (MARIO BENEDETTI)



Aquí empieza el descanso.

En mi conciencia y en el almanaque

junto a mi nombre y cargo en la planilla

aquí empieza el descanso.

Dos semanas.



Debo apurarme porque hay tantas cosas

recuperar el mar

eso primero

recuperar el mar desde una altura
y hallar toda la vida en cuatro olas
gigantescas y tristes como sueños

mirar el cielo estéril
y encontrarlo cambiado
hallar que el horizonte
se acercó veinte metros
que el césped hace un año era más verde
y aguardar con paciencia
escuchando los grillos
el apagón tranquilo de la luna.

Me desperezo
grito
poca cosa
qué poca cosa soy sobre la arena
la mañana se fue
se va la tarde
la caída del sol me desanima
sin embargo respiro
sin embargo
qué apretujón de ocio a plazo fijo.

Pero nadie se asusta
nadie quiere
pensar que se ha nacido para esto
pensar que alcanza y sobra
con los pinos
y la mujer
y el libro
y el crepúsculo.

Una noche cualquiera acaba todo
una mañana exacta
seis y cuarto
suena el despertador como sonaba
en el resto del año
un alarido.

Aquí empieza el trabajo.
En mi cabeza y en el almanaque
junto a mi nombre y cargo en la planilla.

Aquí empieza el trabajo.
Mansamente.
Son
cincuenta semanas.

MILONGA DEL PEÓN DE CAMPO (ATAHUALPA YUPANQUI)
POR ATAHUALPA YUPANQUI
VERSION JORGE CAFRUNE
VERSION ALBERTO MERLO
VERSION PETECO CARABAJAL

Yo nunca tuve tropilla, 
Siempre montao en ajeno. 
Tuve un zaino que, de bueno, 
Ni pisaba la gravilla. 
Vivo una vida sencilla, 
Como es la del pobre peón. 
Madrugón tras madrugón 
Con lluvia, escarcha o pampero. 
A veces me duelen, fieros, 
Los hígados y el riñón. 

Soy peón de la Estancia Vieja, 
Partido de Magdalena 
Y aunque no valga la pena 
Anote que no son quejas. 
Un portón lleno de rejas 
Y allá en el fondo, un chalé. 
Lo recibirá un valet 
Que anda siempre disfrazao, 
Más no se asuste, cuñao, 
Y por mí pregúntele. 

Ni se le ocurra decir 
Que viene pa visitarme 
Diga que viene a cobrarme 
Y lo han de dejar pasar. 
Allí le van a mostrar 
Que siga los eucaliptos. 
Al final verá un ranchito 
Que han levantao estas manos 
Esa es su casa, paisano 
Ahí puede pegar el grito 

Allí le voy a enseñar 
Mis mancarromidos perros, 
Unas espuelas de fierro 
Y un montón de cosas más. 
Si es entendido, verá 
Ponchos de fina trama 
Y el retrato de mi mama, 
Que es donde rezo, pensando 
Mientras lo voy adornando 
Con florcitas de retama. 

Qué puede ofertarle un peón 
Que no sean sus pobrezas 
A veces me entra tristeza, 
Y otras veces rebelión. 
En más de alguna ocasión 
Quisiera hacerme perdiz, 
Para ver de ser feliz 
En algún pago lejano. 
Pero a la verdad, paisano, 
Me gusta el aire de aquí... 



COMISIÓN (MARIO BENEDETTI)



Mírela y no proteste

ésta es su tierra

amigo

ella lo está esperando

como una amante nueva

como la tierra

simplemente

que es

yo no sé si mañan
estará como ahora
ahí nomás tan cerquita
al lado de su mano
delante de su pie
porqué la tierra es eso
una esperanza
porque la tierra es
claro
una inversión
y cada día usted sabe
que su esperanza vale
un poco un poco
tómela y no discuta
ella lo está esperando
como una buena madre
como una patria nueva
como la tierra
simplemente
que es
piénselo usted la paga
en treinta años
qué son
treinta años para el mundo
treinta años para Dios
un abrir y cerrar
de ojos
un suspiro
además
claro
bueno
comonó comonó
ésta es su tierra
amigo
no se olvide
de abonarme la seña
es más seguro.

PLEGARIA AL LABRADOR (VÍCTOR JARA)
VERSIÓN MERCEDES SOSA
VERSIÓN QUILAPAYÚN
Levántate y mira la montaña 
de donde viene el viento, el sol y el agua. 
Tú que manejas el curso de los ríos, 
tú que sembraste el vuelo de tu alma. 

Levántate y mírate las manos 
para crecer estréchala a tu hermano. 
Juntos iremos unidos en la sangre 
hoy es el tiempo que puede ser mañana. 

Líbranos de aquel que nos domina 
en la miseria. 
Tráenos tu reino de justicia 
e igualdad. 
Sopla como el viento la flor 
de la quebrada. 
Limpia como el fuego 
el cañón de mi fusil. 
Hágase por fin tu voluntad 
aquí en la tierra. 
Danos tu fuerza y tu valor 
al combatir. 
Sopla como el viento la flor 
de la quebrada. 
Limpia como el fuego 
el cañón de mi fusil. 

Levántate y mírate las manos 
para crecer estréchala a tu hermano. 
Juntos iremos unidos en la sangre 
ahora y en la hora de nuestra muerte. 
Amén

LA CANCIÓN DE LOS OFICIOS (EXTREMODURO)
En mi casa no hay dinero, 
me lo como con los dedos. 
paso costo tocho y bueno, 
me persiguen los maderos. 

En mi casa sí hay dinero,
 traficando barcos llenos.
 soy muy listo, me administro, 
a tu costa soy ministro. 

En mi casa no hay dinero, 
gano poco, soy minero.
 me la juego, día a día muero; 
me apalean si me quejo. 

En mi casa sí hay dinero, 
cuanto más tengo, mucho más quiero. 
mato y robo cuando puedo, 
nunca lloro, soy banquero.
ALEGORÍA DE LAS ARTES Y LOS OFICIOS - JOSÉ AGUSTÍN ARRIETA
EL LAVADOR DE CAFÉ - CÁNDIDO PORTINARI
COSTURERA - VINCENT VAN GOGH
TEJEDOR FRENTE A LA MÁQUINA - VINCENT VAN GOGH
DOS MUJERES CAMPESINAS EN CAMPO CUBIERTO DE NIEVE - VINCEN VAN GOGH
EL LEÑADOR (DESPUÉS DE MILLET) - VINCENT VAN GOGH
EL PENSADOR Y EL HACEDOR










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