15.9.23

SATÁN

 






POBRE SATÁN - MIGUEL DE UNAMUNO


Pobre Satán! botado del escaño
del trono del Señor de las mercedes
tú que ablandar con lágrimas no puedes
el temple diamantino de tu daño.

Que no puedes llorar. Satán huraño,
preso del miedo único en las redes,
del miedo á la verdad, á que no cedes
pobre Satán, padre del desengaño!

LE DIABLE (JAIRO MÚSICA DE PIAZZOLLA)




VADE RETRO - PEDRO BONIFACIO PALACIOS



Tu eres joven, como un lirio de los valles,
que recién abre su cáliz,
¡que recién!
los cendales candorosos de sus pétalos de seda
suelta al viento de la aurora...
¡Yo soy el trágico laurel!.
Yo soy viejo, carcomido, lamentable,
como un roble centenario,
¡que cayó!
que cayó para in eternum, para nunca más alzarse
por los siglos de los siglos,
¡bajo el látigo de Dios!.
Son tus carnes, azucenas y jazmines
sonrojados a los besos
!de la luz!;
de la luz de cien incendios pavorosos,
de cien soles fulgurantes...
¡Más tu carne, no eres tú!.
Tu eres sombra, sombra enorme, sombra misma,
sombra llena de ansias
¡de gozar!.
Tus deseos se retuercen como sierpes iracundas,
insaciadas, insaciables...
¡Pubertades de satán!.

DIABLO Y ALCOHOL (SILVINA GARRÉ)





Comprendo que han cambiado algunas cosas
El color de mi pelo, de mi voz
Los juegos ya no son los mismos juegos
Y no hay secretos entre vos y yo

Comprendo que no siempre estés dispuesto
A darme libertad para sentir
Yo me la tomo igual y te aseguro
Que es una buena forma de vivir

Podrás decirme que querés tocar el cielo
Podré decirte que me quedo por aquí
Son tantos días los que forman una vida
No me condenes a vivirla sin amor

Todos tenemos un infierno en la cabeza
Que no se lleva bien con este corazón
Hay emociones que no pueden compartirse
Como te explico que me duele igual que a vos

Si estoy rezando te vestís de Diablo
Si estoy en carne viva sos alcohol
Yo siempre estoy al borde del desmayo
Vos siempre estás llamando la atención

Comprendo que no puedes con tu vida
Pero yo también tengo que vivir
No existe ningún punto de partida
Si no se sabe bien adónde ir

Todos tenemos un infierno en la cabeza
Que no se lleva bien con este corazón
Hay emociones que no pueden compartirse
Como te explico que me duele igual que a vos



HIMNO A SATÁN - GIOSUE CARDUCCI


A ti, del ser

principio inmenso,

materia y espíritu,

razón y sentido;

mientras en los cálices

el vino destella

así como el alma

en la pupila;

mientras sonríen

la tierra y el sol

e intercambian

palabras de amor,

corre un temblor

del himeneo arcano

por montes y palpita

fecundo el llano;

a ti el frenesí

del verso ardiente,

te invoco, oh Satán,

rey del convite.

¡Arroja el aspersorio,

sacerdote, y tu métrica!

¡No, sacerdote, Satán

no regresa!

Ve: el hastío

roe a Miguel

el halo místico;

y el fiel

desplumado arcángel

cae en el vacío.

Congelado es el rayo

de Jehová en mano.

Meteoros pálidos,

planetas apagados,

llueven ángeles

de los firmamentos.

En la materia

que nunca duerme,

rey de los fenómenos,

y de las formas,

solo vive Satán.

Y detenta el imperio

en la luz trémula

de un ojo negro,

donde lánguido

huya y resista

o acre y húmedo

provoque, insista.

Resplandor de racimos

en la sangre gozosa,

por la cual, la alegría

se libera y no languidece;

que la fugaz

vida restaura,

que el dolor prorroga,

que amor provoca.

Tú exhalas, oh Satán,

en mi verso,

si desde el seno irrumpes

desafiando al dios

de los reyes pontífices,

de los reyes cruentos:

y como el rayo

estremeces las mentes.

A ti, Agramante,

Adonis, Astarté

las esculturas vivieron

telas y bocetos,

cuando de las iónicas

auras serenas

surge Venus

Anadiomena.

A ti desde el Líbano

susurran las plantas,

del alma Chipris

renace amante:

a ti fervientes

las danzas y los coros,

a ti los virginales

cándidos amores,

entre las odoríferas

palmas de Idomeneo

donde blanquean

las espumas chipriotas.

¿Que se desvanece

el nazareno bárbaro

furor del ágape

del rito obsceno

con llama sagrada

los templos ardieron

y las señales argólicas

en tierra se esparcieron?

Te acoge prófugo

entre los dioses lares

la plebeya memoria

de los hogares.

Entonces un femíneo

seno palpitante

saciando, férvido

numen y amante,

la bruja pálida

de eterno cuidado

se vuelve a socorrer

la egregia natura.

Tú en el ojo inmóvil

del alquimista,

tú del indócil

mago a la vista,

abres los fulgidos

tiempos noveles

del claustro tórpido

más allá de los canceles.

En la Tebaida,

tú en los acontecimientos

huyendo, el monje

triste se esconde.

O a través de ti

alma dividida,

benigno es Satán:

aquí Eloísa.

En vano te atormentas

en las ásperas vestiduras:

el verso murmura

de Maro y Flaco

entre la salmódica

melodía y el planto;

formas délficas,

a ti da el canto,

rosas en la horrida

compañía negra,

desciende Licoride,

desciende Glicera.

Pero de otras imágenes

de edad más bella

ahora se puebla

la insomne celda.

Y de las páginas

de Livio, ardientes

tribunos, cónsules,

turbas fervientes

despierta; y fantástico

de ítalo orgullo

te impulsa, oh monje,

sobre el Capitolio.

Y ustedes, que la rabiosa

hoguera no derrita,

voces fatídicas,

Wicleff y Husse,

al alba el vigilante

su grito eleva:

se renueva el siglo,

plena es la edad.

Y ya, ya tiemblan

mitras y coronas:

movidas por el claustro

la rebelión,

y pugna y predica

bajo la estola

de Fray Girolamo

Savonarola.

Arrojó la túnica

Martín Lutero:

arroja tus vínculos,

humano pensamiento,

y brilla y fulgura

de llamas ceñida;

materia, ensálzate:

Satán ha vencido.

Un bello y horrible

monstruo se suelta,

recorre océanos,

recorre la tierra:

corusco y humeante

como los volcanes,

los montes supera,

devora los llanos;

sobrevuela los báratros;

después se esconde

por cuevas ignotas,

por senderos profundos;

y sale; e indómito

de lid en lid

como turbina

su grito expande,

como turbina

el halito expande:

pasa, oh pueblos,

Satán el grande;

pasa benéfico

de lugar en lugar

sobre el irrefrenable

carro de fuego.

¡Salud oh Satán,

oh rebelión,

oh fuerza vindicativa

de la razón!

¡Consagrados a ti se eleven

los inciensos y los votos!

Venciste al Jehová

de los sacerdotes.

ÁNGEL Y DEMONIO (JAIRO)




JAIRO Y BAGLIETTO


Soy el Principito en el asteroide de tu corazón
Soy el Humphrey Bogart que te roba un beso al lado del avión
La locomotora que te arrastra en sueños a la perdición
Estoy en tu bolso con los documentos y el encendedor
Soy el espejito que te observa a diario en el ascensor

Para subir al cielo, si te hace falta un ángel
Si te hace falta un ángel para subir al cielo
Para ir al quinto infierno, si precisas un Diablo
Si precisas un Diablo para ir al quinto infierno
Que te convierta en fuego, si te hace falta un mago
Si te hace falta un mago que te convierta en fuego
De todo el universo, si precisas un guía
De todo el universo, ese soy yo

Soy el perro Pluto que reclama el hueso de tu compasión
Soy la Perestroika que exige transparencia a tu ropa interior
Soy la mariposa que está dibujada en tu bronceador
Estoy en tu bolso con los documentos y el encendedor
Soy el espejito que te observa a diario en el ascensor

Para subir al cielo



HIMNO A SATÁN - LEOPOLDO PANERO



«Ten piedad de mi larga miseria»
«Le fleurs du mal», Charles Baudelaire



Tú que eres tan sólo

una herida en la pared

y un rasguño en la frente

que induce suavemente

a la muerte.

Tú ayudas a los débiles

mejor que los cristianos

tú vienes de las estrellas

y odias esta tierra

donde moribundos descalzos

se dan la mano día tras día

buscando entre la mierda

la razón de su vida;

yo que nací del excremento

te amo

y amo posar sobre tus

manos delicadas mis heces.

Tu símbolo es el ciervo



y el mío la luna:

que caiga la lluvia sobre

nuestras faces

uniéndonos en un abrazo

silencioso y cruel en que

como el suicidio, sueño

sin ángeles ni mujeres

desnudo de todo

salvo de tu nombre

de tus besos en mi ano

y tus caricias en mi cabeza calva

rociaremos con vino, orina

y sangre las iglesias

regalo de los magos

y debajo del crucifijo

aullaremos.

Solo la nieve sabe

la grandeza del lobo

la grandeza de Satán

vencedor de la piedra desnuda

de la piedra desnuda que amenaza al hombre

y que invoca en vano a Satán

señor del verso, de ese agujero

en la página

por donde la realidad cae como agua muerta.

La grandeza del lobo

no es penumbra

ni aire

es solo el fulgor de una sombra

de un animal herido en el jardín

de noche, mientras tú lloras

como en el jardín de un animal herido.

Los perros invaden el cementerio

y el hombre sonríe, extrañado

ante el misterio del lobo

y los perros invaden la calle

y en sus dientes brilla la luna

pero ni tú ni nadie, hombre muerto

espectro del cementerio

sabrá acercarse mañana ni nunca

al misterio del lobo.



A Belfegot, dios pedo o crepitus

Tú que modulas el reptar de las serpientes

de las serpientes del espejo, de las serpientes de la vejez

tú que eres el único digno de besar mi carne arrugada,

y de mirar en el espejo

en el que solo se ve un sapo,

bello como la muerte:

tú que eres como yo adorador de nadie:

ven aquí, he

construido este poema como un anzuelo

para que el lector caiga en él,

y repte

húmedamente entre las páginas.

* * *

Los pájaros vuelan sobre tus ojos

y la calavera de un caballo dibuja la silueta de la mentira

de la mentira de Dios en una habitación a oscuras

donde vuelan los pájaros.



DON DIABLO (MIGUEL BOSÉ)




Don diablo se ha escapado
Tu no sabes la que ha armado
Ten cuidado, yo lo digo por si
Anda por rincones
y se esconde en los cajones
De la presa que decida conseguir
Conseguir, si sigue así
Yo se lo voy a decir
Que te cante, ¡ay! mi niña
Como gozo cuando guiñas
Yo quisiera darte un beso chiquitín
Con un swing por aquí por allí
Un beso chiquitín con un swing ha
Un beso chiquitín con un swing
Te agarra muy suavemente
Te acaba en un pis pas
No tiene moral
y es difícil de saciar
Te gusta y todo lo dás
Don diablo que es muy cuco
Siempre sale con el truco
Del futuro colorado colorín
y si acaso cedes
Usará sus mil placeres
Para ver como te puede
Conseguir, conseguir
Si sigue así yo se lo voy a decir
Yo se lo voy a decir
Que te cante, ¡ay! mi niña
Como gozo cuando guiñas
Yo quisiera darte un beso chiquitín
Con un swing por aquí por allí
Un beso chiquitín con un swing ha
Un beso chiquitín con un swing
Te agarra muy suavemente
Te acaba en un pis pas
No tiene moral
y es difícil de saciar
Te gusta y todo lo dás
2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12
Don diablo se perfuma
y se afeita con espuma
Es un zorro al que
Le gusta presumir
Su encanto poco a poco
A cualquiera vuelve loco
Reza y pide que te empiece
A perseguir, perseguir
Si sigue así yo se lo voy a decir
Si sigue así yo se lo voy a decir
Yo se lo voy a decir
Que te cante, ¡ay! mi niña
Como gozo cuando guiñas
Yo quisiera darte un beso chiquitín
Con un swing por aquí por allí
Un beso chiquitín con un swing ha
Un beso chiquitín con un swing
Te agarra muy suavemente
Te acaba en un pis pas
No tiene moral
y es difícil de saciar
Te gusta y todo lo dás
No, no, ni hablar, no voy a caer
Vete tu a saber
(3 veces más)
(Ron con coca-cola)
Un beso chiquitito
Con un swing agarradito
Naranananana, por aqui,
Un beso chiquitito
Con Un swing agarradito
Naranananana, por allí.





Letanías de Satán - 
Charles Baudelaire

[Poema - Texto completo.]

Oh tú, el Ángel más bello y asimismo el más sabio
Dios privado de suerte y ayuno de alabanzas,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Príncipe del exilio, a quien perjudicaron,
Y que, vencido, aún te alzas con más fuerza,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, que todolos sabes, oh gran rey subterráneo,
Familiar curandero de la angustía del hombre,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, que incluso al leproso y a los parias más bajos
Sólo por amor muestras el gusto del Edén,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Oh tú, que de la Muerte, tu vieja y firme amante,
Engendras la Esperanza – ¡esa adorable loca!

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú que das al proscrito esa altiva mirada
Que en torno del cadalso condena a un pueblo entero

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú sabes las guaridas donde en tierras lejanas
El celoso Dios guarda toda su pedrería,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, cuyos claros ojos saben en qué arsenales
Amortajado el pueblo duerme de los metales,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, cuya larga mano disimula el abismo
Al sonámbulo errante sobre los edificios,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú que, mágicamente, ablandas la osamenta
Del borracho caído al pie de los caballos,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, que por consolar al débil ser que sufre
A mezclar nos enseñas azufre con salitre,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú que imprimes tu marca, ¡oh cómplice sutil!
En la frente del Creso vil e inmisericorde

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, que en el corazón de las putas enciendes
El culto por las llagas y el amor a los trapos

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Báculo de exiliados, lámpara de inventores,
Confidente de ahorcados y de conspiradores,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Padre adoptivo de aquellos que, en su cólera,
Del paraíso terrestre arrojó Dios un día,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Oración

Gloria y loor a ti, Satán, en las alturas
Del cielo donde reinas y en las profundidades
Del infierno en que sueñas, vencido y silencioso.
Haz que mi alma, bajo el Arbol de la Ciencia,
Cerca de ti repose, cuando, sobre tu frente,
Como una iglesia nueva sus ramajes se expandan


ANDA SUELTO SATANÁS (LUIS EDUARDO AUTE)




Cae fuego en lugar de mana
Se disfraza el asfalto del mal
El zapato no encuentra el dedal
Parece que anda suelto Satanas
Parece que anda suelto Saaaatanas.
Canta Bruce Springsteen en el CD
Tinta roja escrita en la pared
Un cadaver abraza la fe
Parece que anda suelto Lucifer
Parece que anda suelto Luuuucifer.
Un semaforo va a dar a luz
Una novia vestida de tul
Se masturba sobre un ataud
Parece que anda suelto Belcebu
Parece que anda suelto Beeeelcebu.
Anda suelto Satanas
Anda suelto Satanas,
Parece que anda suelto Satanas
Anda suelto Satanas
Anda suelto, anda suelto... Satanas.


El aquelarre - Francisco de Goya


El ángel caído - Alexandre Cabanel


El jardín de las delicias - El Bosco


Fuente del ángel caído - Ricardo Bellver —ángel— y Francisco Jareño —pedestal en Madrid


El pensador en La puerta del infierno - Auguste Rodin y Camille Claudel


La Ronde du Sabbat - Louis Boulanger


Lo stregozzo - Marcantonio Raimondi y Agostino Veneziano



Lucífer - Franz von Stuck


Me miserable! Which way shall I fly, infinite wrath, and infinite despair? - Gustave Doré


Satan exulting over Eve - William Blake



Satan Smiting - William Blake


Satanás - Jean-Jacques Feuchère

Satanás, el pecado y la muerte - William Hogarth

Lucifer - Jackson Pollock










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