LA UTOPÍA (EDUARDO GALEANO)
Qué tal si deliramos por un ratito
qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia
para adivinar otro mundo posible
El aire estará limpio de todo veneno que no provenga
de los miedos humanos y de las humanas pasiones
En las calles los automóviles serán aplastados por los perros
la gente no sera manejada por el automóvil
ni será programada por el ordenador
ni será comprada por el supermercado
ni será tampoco mirada por el televisor
El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia
y será tratado como la plancha o el lavarropas
Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez
que cometen quienes viven por tener o por ganar
en vez de vivir por vivir no más
como canta el pájaro sin saber que canta
y como juega el niño sin saber que juega
En ningún país irán presos los muchachos
que se nieguen a cumplir el servicio
sino los que quieran cumplirlo
Nadie vivirá para trabajar
pero todos trabajemos para vivir
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo
ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas
La solemnidad se dejará de creer que es una virtud
y nadie nadie
tomará en serio a nadie
que no sea capaz
de tomarse el pelo
La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes
y ni por defunción ni por fortuna
se convertirá el canalla en virtuoso caballero
La comida no será una mercancía
ni la comunicación un negocio
porque la comida y la comunicación son derechos humanos
Nadie morirá de hambre
porque nadie morirá de indigestión
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura
porque no habrá niños de la calle
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero
porque no habrá niños ricos
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla
y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla
La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas
volverán a juntarse bien pegaditas espalda contra espalda
En Argentina las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental
porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria
La santa madre iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés
y el 6to mandamiento ordenará festejar el cuerpo
La iglesia dictará también otro mandamiento que se le había olvidado a Dios:
amarás a la naturaleza de la que formas parte
Serán reforestados los desiertos del mundo
y los desiertos del alma
Los desesperados serán esperados
y los perdidos serán encontrados
porque ellos se desesperaron de tanto esperar
y ellos se perdieron por tanto buscar
Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan
voluntad de belleza y voluntad de justicia
hayan nacido cuando hayan nacido
y hayan vivido donde hayan vivido
sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo
Seremos imperfectos
Porque la perfección seguirá siendo
el aburrido privilegio de los dioses
pero en este mundo
en este mundo chambón y jodido
seremos capaces de vivir cada día
como si fuera el primero
y cada noche
como si fuera la última
UTOPÍA (JOAN MANUEL SERRAT)
Se echó al monte la utopía
perseguida por lebreles que se criaron
en sus rodillas
y que al no poder seguir su paso, la traicionaron;
y hoy, funcionarios
del negociado de sueños dentro de un orden
son partidarios
de capar al cochino para que engorde.
¡Ay! Utopía,
cabalgadura
que nos vuelve gigantes en miniatura.
¡Ay! ¡Ay, Utopía,
dulce como el pan nuestro
de cada día!
Quieren prender a la aurora
porque llena la cabeza de pajaritos;
embaucadora
que encandila a los ilusos y a los benditos;
por hechicera
que hace que el ciego vea y el mudo hable;
por subversiva
de lo que está mandado, mande quien mande.
¡Ay! Utopía,
incorregible
que no tiene bastante con lo posible.
¡Ay! ¡Ay, Utopía
que levanta huracanes
de rebeldía!
Quieren ponerle cadenas
Pero, ¿quién es quien le pone puertas al monte?
No pases pena,
que antes que lleguen los perros, será un buen hombre
el que la encuentre
y la cuide hasta que lleguen mejores días.
Sin utopía
la vida sería un ensayo para la muerte.
¡Ay! Utopía,
cómo te quiero
porque les alborotas el gallinero.
¡Ay! ¡Ay, Utopía,
que alumbras los candiles
del nuevo día!
UTOPÍAS (MARIO BENEDETTI)
Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías
cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza
cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea
cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada
cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro
cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía.
que el mundo se quedó sin utopías
cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza
cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea
cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada
cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro
cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía.
CUANDO DIGO FUTURO (SILVIO RODRÍGUEZ)
Te convido a creerme cuando digo futuro.
Si no crees mi palabra, cree en el brillo de un gesto,
cree en mi cuerpo, cree en mis manos que se acaban.
Te convido a creerme cuando digo futuro.
Si no crees en mis ojos, cree en la angustia de un grito,
cree en la tierra, cree en la lluvia, cree en la savia.
Hay veinte mil nuevas semillas en el valle desde ayer.
Hay restos de desesperados, hay el hombre y su mujer.
Los hierros se fundieron ya,
hay la paciencia y queda más.
Hay un país de roca en ruinas bajo otro país de pan,
hay una madre que camina codo a codo con su clan.
Los hierros se fundieron ya,
hay la paciencia y queda más.
Hay cuatro niños ahora mismo sonriendo en una playa
y en las trastienda de una bala un militar que no ha dormido.
Y aquella misma muchachita vuelve a recortar su saya.
Es importante desde un niño hasta el largo de un vestido.
Los hierros se fundieron ya,
hay la paciencia y queda más.
Yo te convido a creerme cuando digo futuro.
HIMNO A LOS VOLUNTARIOS DE ESPAÑA (CÉSAR VALLEJO)
Voluntario de España, miliciano
de huesos fidedignos, cuando marcha a morir tu corazón,
cuando marcha a matar con su agonía
mundial, no sé verdaderamente
qué hacer, dónde ponerme; corro, escribo, aplaudo,
lloro, atisbo, destrozo, apagan, digo
a mi pecho que acabe, al que bien, que venga,
y quiero desgraciarme;
descúbrome la frente impersonal hasta tocar
el vaso de la sangre, me detengo,
detienen mi tamaño esas famosas caídas de arquitecto
con las que se honra el animal que me honra;
refluyen mis instintos a sus sogas,
humea ante mi tumba la alegría
y, otra vez, sin saber qué hacer, sin nada, déjame,
desde mi piedra en blanco, déjame,
solo,
cuadrumano, más acá, mucho más lejos,
al no caber entre mis manos tu largo rato extático,
quiebro con tu rapidez de doble filo
mi pequeñez en traje de grandeza!
Un día diurno, claro, atento, fértil
¡oh bienio, el de los lóbregos semestres suplicantes,
por el que iba la pólvora mordiéndose los codos!
¡oh dura pena y más duros pedernales!
!oh frenos los tascados por el pueblo!
Un día prendió el pueblo su fósforo cautivo, oró de cólera
y soberanamente pleno, circular,
cerró su natalicio con manos electivas;
arrastraban candado ya los déspotas
y en el candado, sus bacterias muertas...
¿Batallas? ¡No! Pasiones. Y pasiones precedidas
de dolores con rejas de esperanzas,
de dolores de pueblos con esperanzas de hombres!
¡Muerte y pasión de paz, las populares!
¡Muerte y pasión guerreras entre olivos, entendámonos!
Tal en tu aliento cambian de agujas atmosféricas los vientos
y de llave las tumbas en tu pecho,
tu frontal elevándose a primera potencia de martirio.
El mundo exclama: "¡Cosas de españoles!" Y es verdad.
Consideremos,
durante una balanza, a quemarropa,
a Calderón, dormido sobre la cola de un anfibio muerto
o a Cervantes, diciendo: "Mi reino es de este mundo, pero
también del otro": ¡punta y filo en dos papeles!
Contemplemos a Goya, de hinojos y rezando ante un espejo,
a Coll, el paladín en cuyo asalto cartesiano
tuvo un sudor de nube el paso llano
o a Quevedo, ese abuelo instantáneo de los dinamiteros
o a Cajal, devorado por su pequeño infinito, o todavía
a Teresa, mujer que muere porque no muere
o a Lina Odena, en pugna en más de un punto con Teresa...
(Todo acto o voz genial viene del pueblo
y va hacia él, de frente o transmitidos
por incesantes briznas, por el humo rosado
de amargas contraseñas sin fortuna)
Así tu criatura, miliciano, así tu exangüe criatura,
agitada por una piedra inmóvil,
se sacrifica, apártase,
decae para arriba y por su llama incombustible sube,
sube hasta los débiles,
distribuyendo españas a los toros,
toros a las palomas...
Proletario que mueres de universo, ¡en qué frenética armonía
acabará tu grandeza, tu miseria, tu vorágine impelente,
tu violencia metódica, tu caos teórico y práctico, tu gana
dantesca, españolísima, de amar, aunque sea a traición,
a tu enemigo!
¡Liberador ceñido de grilletes,
sin cuyo esfuerzo hasta hoy continuaría sin asas la extensión,
vagarían acéfalos los clavos,
antiguo, lento, colorado, el día,
nuestros amados cascos, insepultos!
¡Campesino caído con tu verde follaje por el hombre,
con la inflexión social de tu meñique,
con tu buey que se queda, con tu física,
también con tu palabra atada a un palo
y tu cielo arrendado
y con la arcilla inserta en tu cansancio
y la que estaba en tu uña, caminando!
¡Constructores
agrícolas, civiles y guerreros,
de la activa, hormigueante eternidad: estaba escrito
que vosotros haríais la luz, entornando
con la muerte vuestros ojos;
que, a la caída cruel de vuestras bocas,
vendrá en siete bandejas la abundancia, todo
en el mundo será de oro súbito
y el oro,
fabulosos mendigos de vuestra propia secreción de sangre,
y el oro mismo será entonces de oro!
¡Se amarán todos los hombres
y comerán tomados de las puntas de vuestros pañuelos tristes
y beberán en nombre
de vuestras gargantas infaustas!
Descansarán andando al pie de esta carrera,
sollozarán pensando en vuestras órbitas, venturosos
serán y al son
de vuestro atroz retorno, florecido, innato,
ajustarán mañana sus quehaceres, sus figuras soñadas y cantadas!
¡Unos mismos zapatos irán bien al que asciende
sin vías a su cuerpo
y al que baja hasta la forma de su alma!
¡Entrelazándose hablarán los mudos, los tullidos andarán!
¡Verán, ya de regreso, los ciegos
y palpitando escucharán los sordos!
¡Sabrán los ignorantes, ignorarán los sabios!
¡Serán dados los besos que no pudisteis dar!
¡Sólo la muerte morirá! ¡La hormiga
traerá pedacitos de pan al elefante encadenado
a su brutal delicadeza; volverán
los niños abortados a nacer perfectos, espaciales
y trabajarán todos los hombres,
engendrarán todos los hombres,
comprenderán todos los hombres!
¡Obrero, salvador, redentor nuestro,
perdónanos, hermano, nuestras deudas!
Como dice un tambor al redoblar, en sus adagios:
qué jamás tan efímero, tu espalda!
qué siempre tan cambiante, tu perfil!
¡Voluntario italiano, entre cuyos animales de batalla
un león abisinio va cojeando!
¡Voluntario soviético, marchando a la cabeza de tu pecho universal!
¡Voluntarios del sur, del norte, del oriente
y tú, el occidental, cerrando el canto fúnebre del alba!
¡Soldado conocido, cuyo nombre
desfila en el sonido de un abrazo!
¡Combatiente que la tierra criara, armándote
de polvo,
calzándote de imanes positivos,
vigentes tus creencias personales,
distinto de carácter, íntima tu férula,
el cutis inmediato,
andándote tu idioma por los hombros
y el alma coronada de guijarros!
¡Voluntario fajado de tu zona fría,
templada o tórrida,
héroes a la redonda,
víctima en columna de vencedores:
en España, en Madrid, están llamando
a matar, voluntarios de la vida!
¡Porque en España matan, otros matan
al niño, a su juguete que se para,
a la madre Rosenda esplendorosa,
al viejo Adán que hablaba en alta voz con su caballo
y al perro que dormía en la escalera.
Matan al libro, tiran a sus verbos auxiliares,
a su indefensa página primera!
Matan el caso exacto de la estatua,
al sabio, a su bastón, a su colega,
al barbero de al lado -me cortó posiblemente,
pero buen hombre y, luego, infortunado;
al mendigo que ayer cantaba enfrente,
a la enfermera que hoy pasó llorando,
al sacerdote a cuestas con la altura tenaz de sus rodillas...
¡Voluntarios,
por la vida, por los buenos, matad
a la muerte, matad a los malos!
¡Hacedlo por la libertad de todos,
del explotado, del explotador,
por la paz indolora -la sospecho
cuando duermo al pie de mi frente
y más cuando circulo dando voces-
y hacedlo, voy diciendo,
por el analfabeto a quien escribo,
por el genio descalzo y su cordero,
por los camaradas caídos,
sus cenizas abrazadas al cadáver de un camino!
Para que vosotros,
voluntarios de España y del mundo, vinierais,
soñé que era yo bueno, y era para ver
vuestra sangre, voluntarios...
De esto hace mucho pecho, muchas ansias,
muchos camellos en edad de orar.
Marcha hoy de vuestra parte el bien ardiendo,
os siguen con cariño los reptiles de pestaña inmanente
y, a dos pasos, a uno,
la dirección del agua que corre a ver su límite antes que arda.
de huesos fidedignos, cuando marcha a morir tu corazón,
cuando marcha a matar con su agonía
mundial, no sé verdaderamente
qué hacer, dónde ponerme; corro, escribo, aplaudo,
lloro, atisbo, destrozo, apagan, digo
a mi pecho que acabe, al que bien, que venga,
y quiero desgraciarme;
descúbrome la frente impersonal hasta tocar
el vaso de la sangre, me detengo,
detienen mi tamaño esas famosas caídas de arquitecto
con las que se honra el animal que me honra;
refluyen mis instintos a sus sogas,
humea ante mi tumba la alegría
y, otra vez, sin saber qué hacer, sin nada, déjame,
desde mi piedra en blanco, déjame,
solo,
cuadrumano, más acá, mucho más lejos,
al no caber entre mis manos tu largo rato extático,
quiebro con tu rapidez de doble filo
mi pequeñez en traje de grandeza!
Un día diurno, claro, atento, fértil
¡oh bienio, el de los lóbregos semestres suplicantes,
por el que iba la pólvora mordiéndose los codos!
¡oh dura pena y más duros pedernales!
!oh frenos los tascados por el pueblo!
Un día prendió el pueblo su fósforo cautivo, oró de cólera
y soberanamente pleno, circular,
cerró su natalicio con manos electivas;
arrastraban candado ya los déspotas
y en el candado, sus bacterias muertas...
¿Batallas? ¡No! Pasiones. Y pasiones precedidas
de dolores con rejas de esperanzas,
de dolores de pueblos con esperanzas de hombres!
¡Muerte y pasión de paz, las populares!
¡Muerte y pasión guerreras entre olivos, entendámonos!
Tal en tu aliento cambian de agujas atmosféricas los vientos
y de llave las tumbas en tu pecho,
tu frontal elevándose a primera potencia de martirio.
El mundo exclama: "¡Cosas de españoles!" Y es verdad.
Consideremos,
durante una balanza, a quemarropa,
a Calderón, dormido sobre la cola de un anfibio muerto
o a Cervantes, diciendo: "Mi reino es de este mundo, pero
también del otro": ¡punta y filo en dos papeles!
Contemplemos a Goya, de hinojos y rezando ante un espejo,
a Coll, el paladín en cuyo asalto cartesiano
tuvo un sudor de nube el paso llano
o a Quevedo, ese abuelo instantáneo de los dinamiteros
o a Cajal, devorado por su pequeño infinito, o todavía
a Teresa, mujer que muere porque no muere
o a Lina Odena, en pugna en más de un punto con Teresa...
(Todo acto o voz genial viene del pueblo
y va hacia él, de frente o transmitidos
por incesantes briznas, por el humo rosado
de amargas contraseñas sin fortuna)
Así tu criatura, miliciano, así tu exangüe criatura,
agitada por una piedra inmóvil,
se sacrifica, apártase,
decae para arriba y por su llama incombustible sube,
sube hasta los débiles,
distribuyendo españas a los toros,
toros a las palomas...
Proletario que mueres de universo, ¡en qué frenética armonía
acabará tu grandeza, tu miseria, tu vorágine impelente,
tu violencia metódica, tu caos teórico y práctico, tu gana
dantesca, españolísima, de amar, aunque sea a traición,
a tu enemigo!
¡Liberador ceñido de grilletes,
sin cuyo esfuerzo hasta hoy continuaría sin asas la extensión,
vagarían acéfalos los clavos,
antiguo, lento, colorado, el día,
nuestros amados cascos, insepultos!
¡Campesino caído con tu verde follaje por el hombre,
con la inflexión social de tu meñique,
con tu buey que se queda, con tu física,
también con tu palabra atada a un palo
y tu cielo arrendado
y con la arcilla inserta en tu cansancio
y la que estaba en tu uña, caminando!
¡Constructores
agrícolas, civiles y guerreros,
de la activa, hormigueante eternidad: estaba escrito
que vosotros haríais la luz, entornando
con la muerte vuestros ojos;
que, a la caída cruel de vuestras bocas,
vendrá en siete bandejas la abundancia, todo
en el mundo será de oro súbito
y el oro,
fabulosos mendigos de vuestra propia secreción de sangre,
y el oro mismo será entonces de oro!
¡Se amarán todos los hombres
y comerán tomados de las puntas de vuestros pañuelos tristes
y beberán en nombre
de vuestras gargantas infaustas!
Descansarán andando al pie de esta carrera,
sollozarán pensando en vuestras órbitas, venturosos
serán y al son
de vuestro atroz retorno, florecido, innato,
ajustarán mañana sus quehaceres, sus figuras soñadas y cantadas!
¡Unos mismos zapatos irán bien al que asciende
sin vías a su cuerpo
y al que baja hasta la forma de su alma!
¡Entrelazándose hablarán los mudos, los tullidos andarán!
¡Verán, ya de regreso, los ciegos
y palpitando escucharán los sordos!
¡Sabrán los ignorantes, ignorarán los sabios!
¡Serán dados los besos que no pudisteis dar!
¡Sólo la muerte morirá! ¡La hormiga
traerá pedacitos de pan al elefante encadenado
a su brutal delicadeza; volverán
los niños abortados a nacer perfectos, espaciales
y trabajarán todos los hombres,
engendrarán todos los hombres,
comprenderán todos los hombres!
¡Obrero, salvador, redentor nuestro,
perdónanos, hermano, nuestras deudas!
Como dice un tambor al redoblar, en sus adagios:
qué jamás tan efímero, tu espalda!
qué siempre tan cambiante, tu perfil!
¡Voluntario italiano, entre cuyos animales de batalla
un león abisinio va cojeando!
¡Voluntario soviético, marchando a la cabeza de tu pecho universal!
¡Voluntarios del sur, del norte, del oriente
y tú, el occidental, cerrando el canto fúnebre del alba!
¡Soldado conocido, cuyo nombre
desfila en el sonido de un abrazo!
¡Combatiente que la tierra criara, armándote
de polvo,
calzándote de imanes positivos,
vigentes tus creencias personales,
distinto de carácter, íntima tu férula,
el cutis inmediato,
andándote tu idioma por los hombros
y el alma coronada de guijarros!
¡Voluntario fajado de tu zona fría,
templada o tórrida,
héroes a la redonda,
víctima en columna de vencedores:
en España, en Madrid, están llamando
a matar, voluntarios de la vida!
¡Porque en España matan, otros matan
al niño, a su juguete que se para,
a la madre Rosenda esplendorosa,
al viejo Adán que hablaba en alta voz con su caballo
y al perro que dormía en la escalera.
Matan al libro, tiran a sus verbos auxiliares,
a su indefensa página primera!
Matan el caso exacto de la estatua,
al sabio, a su bastón, a su colega,
al barbero de al lado -me cortó posiblemente,
pero buen hombre y, luego, infortunado;
al mendigo que ayer cantaba enfrente,
a la enfermera que hoy pasó llorando,
al sacerdote a cuestas con la altura tenaz de sus rodillas...
¡Voluntarios,
por la vida, por los buenos, matad
a la muerte, matad a los malos!
¡Hacedlo por la libertad de todos,
del explotado, del explotador,
por la paz indolora -la sospecho
cuando duermo al pie de mi frente
y más cuando circulo dando voces-
y hacedlo, voy diciendo,
por el analfabeto a quien escribo,
por el genio descalzo y su cordero,
por los camaradas caídos,
sus cenizas abrazadas al cadáver de un camino!
Para que vosotros,
voluntarios de España y del mundo, vinierais,
soñé que era yo bueno, y era para ver
vuestra sangre, voluntarios...
De esto hace mucho pecho, muchas ansias,
muchos camellos en edad de orar.
Marcha hoy de vuestra parte el bien ardiendo,
os siguen con cariño los reptiles de pestaña inmanente
y, a dos pasos, a uno,
la dirección del agua que corre a ver su límite antes que arda.
ALGÚN LUGAR ENCONTRARÉ (LEÓN GIECO)
VERSIÓN ANDRÉS CALAMARO
Estoy canso de buscar,
algún lugar encontrare,
Estoy mal herido,
Estuve sin saber que hacer,
En algún lugar,
te espero,
Estoy cansado de esperar,
igual no tengo a donde ir,
ayer la tormenta,
casi me rompe el corazón,
pero igual, igual ,
te quiero,
En algún lugar,
el tiempo y la distancia,
ya no existen para mi,
lo deje todo aunque todo,
lo recuerdo muy bien,
Y la fuerza de partir,
voy a saber lo que es,
volver y volveré,
Un ángel me vino a buscar,
igual no lo quiero seguir,
me dice la gente,
que deje de pensar así,
pero igual, igual,
te espero
En algún lugar,
espero
Perdí noción del tiempo,
y el lugar,
no se ni donde tengo la nariz,
Será que las cosas,
no vuelven al mismo lugar,
pero igual igual,
te espero
En algún lugar
te espero
Será que las cosas,
no vuelven al mismo lugar,
pero igual igual,
algún lugar encontrare
Pero igual igual,
igual no tengo a donde ir.
¿PARA QUÉ SIRVE LA UTOPÍA? (FERNANDO BIRRI-EDUARDO GALEANO)
Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos,
ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte
se corre diez pasos más para allá.
Por mucho que camine,
nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la Utopía?
Para eso sirve: Para caminar.
LA ERA ESTÁ PARIENDO UN CORAZÓN (SILVIO RODRÍGUEZ)
Le he preguntado a mi sombra
a ver cómo ando,para reírme,
mientras el llanto,con voz de templo,
rompe en la sala regando el tiempo.
Mi sombra dice que reírse
es ver los llantos como mi llanto
y me he callado,desesperado,
y escucho entonces:
la tierra llora.
La era esta pariendo un corazón.
No puede más,se muere de dolor,
y hay que acudir corriendo
pues se cae el porvenir
en cualquier selva del mundo,
en cualquier calle.
Debo dejar la casa y el sillón.
La madre vive hasta que muere el sol,
y hay que quemar el cielo
si es preciso,por vivir,
por cualquier hombre del mundo,
por cualquier casa
a ver cómo ando,para reírme,
mientras el llanto,con voz de templo,
rompe en la sala regando el tiempo.
Mi sombra dice que reírse
es ver los llantos como mi llanto
y me he callado,desesperado,
y escucho entonces:
la tierra llora.
La era esta pariendo un corazón.
No puede más,se muere de dolor,
y hay que acudir corriendo
pues se cae el porvenir
en cualquier selva del mundo,
en cualquier calle.
Debo dejar la casa y el sillón.
La madre vive hasta que muere el sol,
y hay que quemar el cielo
si es preciso,por vivir,
por cualquier hombre del mundo,
por cualquier casa
UTOPÍA (ALANIS MORISSETTE)
CON SUBTÍTULOS ESPAÑOL
We’d gather around all in a room
Fasten our belts engage in dialogue We’d all slow down rest without guilt Not lie without fear disagree sans judgment
We
would stay and respond and expand
And include and allow and forgive and Enjoy and evolve and discern and inquire And accept and admit and divulge and Open and reach out and speak up
This
is utopia this is my
utopia
This is my ideal my end in sight Utopia this is my utopia This is my nirvana My ultimate We’d open our arms we'd all jump in We'd all coast down into safety nets We would share and listen and support And welcome be propelled by passion not Invest in outcomes we would breathe And be charmed and amused by difference Be gentle and make room for every emotion We’d provide forums we'd all speak out We’d all be heard we'd all feel seen We’d rise post-obstacle more defined more grateful We would heal be humbled And be unstoppable we'd hold close and let go And know when to do which we'd Release and disarm and stand up and feel safe This is utopia this is my utopia This is my ideal my end in sight Utopia this is my utopia This is my nirvana My ultimate |
Nos reuniremos en una habitación
Nos abrocharemos los cinturones, entablaremos conversación Nos tranquilizaremos sin culpas Sin mentiras, sin miedo, desacuerdos, sin juzgar Estaremos, responderemos, ampliaremos E incluiremos y nos permitiremos perdonar y Disfrutaremos, evolucionaremos, distinguiremos, preguntaremos Y aceptaremos, admitiremos, divulgaremos y Nos abriremos, buscaremos y hablaremos Esta es mi utopía, es mi utopía Es mi ideal, mi finalidad Utopía, es mi utopía Es mi nirvana Mi máximo Abriremos los brazos, nos arrojaremos Caeremos a una red de seguridad Compartiremos y escucharemos, apoyaremos Y recibiremos impulsados por la pasión no No como una inversión a resultados, respiraremos Y seremos encantados, divertidos por la diferencia Seremos gentiles y tendremos espacio para cualquier emoción Crearemos foros, hablaremos en voz alta Seremos escuchados, nos sentiremos vistos Nos opondremos a los obstáculos, más definidos, agradecidos Sanaremos, seremos humildes Seremos imparables, tomaremos y dejaremos ir Y sabremos cuando hacer cada cosa Liberar y desarmar elevarnos y sentirnos seguros Esta es mi utopía, es mi utopía Es mi ideal, mi finalidad Utopía, es mi utopía Es mi nirvana Mi máximo |
EL EMBUDO -HOMENAJE A LA PATAGONIA (MARCELO BERBEL)
(LEÓN GIECO CON MERCEDES SOSA, Y DIVIDIDOS)
VERSIÓN LA RENGA-DIVIDIDOS
Venga m' hijo hoy le he de hablar de un tema tan cotidiano, que ni usted ni sus hermanos se han detenido a pensar y eso es por costumbre nomás, por haber nacido aquí, por venir de una raíz marginada de hace tiempo y contemplando en silencio lo que pasa en el país. Tal vez nunca meditó que usted con esa dos manos asiste a pagos lejanos, dándole luz y calor, que también mueve el motor, que anda el cielo y anda el mar o autopistas de ciudad y las comunicaciones, sin saber por qué razones nada viene y todo va. Fíjese en el caño aquel , es el famoso oleoducto por donde se van los frutos, como quien dice a granel. Le costará comprender por qué este petróleo nuestro lo industrializan tan lejos y el subproducto después vuelve a su tierra otra vez, sabe Dios por que manejos. Nuestro gas es entubado en caños de alta presión que llevan calefacción para entibiar otros pagos no se me quede asombrado si le digo que en el gas van muchas cositas más, con variadas propiedades, que enriquecen otros lares y empobrecen los de acá. Y los parques nacionales parecieran extranjeros porque ahí somos forasteros los nativos y locales y en sus bosques colosales , sucede que en ocaciones se convierten en tizones los leños que nadie saca y andan con bosta de vaca, en los ranchos los fogones. Y aquellas torres en fila, sujetando el cablerío, se llevan de nuestro ríos lo mejor de la energía, no es una ocurrencia mía, ni lo quiero avergonzar, pero póngase a pensar que pasaría si nos dieran, por todo lo que se llevan, lo justito y nada más. Seguimos siendo colonia de la gallina de arriba, federalismo mentira, desde que tengo memoria. Allá se inventa la historia, aquí se escribe con sangre, mas vienen de tarde en tarde, en vísperas de elecciones a prometer soluciones que ya no engrupen a nadie. No hablemos de agua pesada, regalías minerales, nada viene, todo sale, estrujando la ordeñada. La cuestión está estudiada para dejarnos de luto, usando cualquier conducto se llevan hasta la tierra, si nuestro sudor sirviera ya habría algún sudoructo. |
CONTRA TODOS LOS MALES DE ESTE MUNDO (LUIS ALBERTO SPINETTA)
Vamos a buscar
al enorme dragón
a su morada entre las ruinas de oro
La noche nos guía
al sol se asomará
y al volverse...
Lo obligaremos a dar su corazón
a dar el antídoto
contra todos los males de este mundo...
Vamos a buscar
aquel viejo tiburón
a las profundidades del mar de la sangre.
La marea misma
nos guíara
y al cambiar...
Lo obligaremos a dar su dirección
a dar en antídoto
contra todos los males que hay aquí.
Vamos en procura
de un genio tirador
que pruebe con nosotros o busquemos la forma.
De algo que nos cure la preocupación
algo que nos sirva
contra todos los males de este mundo.
al enorme dragón
a su morada entre las ruinas de oro
La noche nos guía
al sol se asomará
y al volverse...
Lo obligaremos a dar su corazón
a dar el antídoto
contra todos los males de este mundo...
Vamos a buscar
aquel viejo tiburón
a las profundidades del mar de la sangre.
La marea misma
nos guíara
y al cambiar...
Lo obligaremos a dar su dirección
a dar en antídoto
contra todos los males que hay aquí.
Vamos en procura
de un genio tirador
que pruebe con nosotros o busquemos la forma.
De algo que nos cure la preocupación
algo que nos sirva
contra todos los males de este mundo.
SOMEWHERE OVER THE RAINBOW
CERCA DEL ARCOIRIS
JUDY GARLAND
CON SUBTÍTULOS ESPAÑOL
VERSIÓN EN ESPAÑOL
Somewhere
over the rainbow
Way up high And the dreams that you dreamed of Once in a lullaby
Somewhere over the rainbow
Bluebirds fly And the dreams that you dreamed of Dreams really do come true
Someday I’ll wish upon a star
Wake up where the clouds are far behind me Where trouble melts like lemon drops High above the chimney tops That's where you’ll find me
Somewhere over the rainbow
Bluebirds fly And the dreams that you dare to, Oh why, oh why can’t I?
Someday I’ll wish upon a star
Wake up where the clouds are far behind me Where trouble melts like lemon drops High above the chimney tops That's where you’ll find me
Somewhere over the rainbow
Way up high And the dreams that you dare to, Oh why, oh why can’t I? |
En algún lugar por encima del arco íris,
en lo alto (way up high). Y los sueños sobre los que soñaste, una vez en una nana (lullaby=canción de cuna)
En algún lugar por encima del arco íris,
vuelan los azulillos (clase de pájaro), y los sueños sobre los que soñaste, los sueños se hacen realidad.
Algún día desearé, sobre una estrella,
despertar donde las nubes están bien por debajo de mí, donde los problemas se deshacen como gotas de limón, bien por encima de las chimeneas ahí es donde me encontrarás.
En algún lugar por encima del arcoíris
vuelan los azulillos y los sueños a los que desafías, ¿oh, por qué, oh, por qué no puedo yo?
Algún día desearé, sobre una estrella,
despertar donde las nubes están bien por debajo de mí, donde los problemas se deshacen como gotas de limón, bien por encima de las chimeneas ahí es donde me encontrarás.
En algún lugar por encima del arcoíris
en lo alto, y los sueños a los que desafías, ¿oh, por qué, oh, por qué no puedo yo? |
EL SUEÑO IMPOSIBLE DON QUIJOTE DE LA MANCHA - EUGENIO SALVADOR DALI
PARIENDO UTOPÍAS - ALEJANDRO COSTAS
UTOPÍA DE A DOS - GRACIELA BELLO
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