IMAGEN DEL FILM INTENSAMENTE
IMAGEN DEL FILM UP, UNA AVENTURA DE ALTURA
IMAGEN DEL FILM BUSCANDO A NEMO
DESPEDIDA (JORGE LUIS BORGES)
(MUSICALIZADO POR HORACIO MALVICINO
Y CANTADO POR JAIRO)
OTRA VERSIÓN
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
TE RECUERDO AMANDA (VICTOR JARA)
VERSIÓN MERCEDES SOSA
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con él, con él
son cinco minutos
la vida es eterna
en cinco minutos
suena la sirena
de vuelta al trabajo
y tú caminando
lo iluminas todo
los cinco minutos
te hacen florecer.
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con él, con él
que partió a la sierra
que nunca hizo daño
que partió a la sierra
y en cinco minutos
quedó destrozado
suena la sirena
de vuelta al trabajo
muchos no volvieron
tampoco Manuel.
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con él, con él
son cinco minutos
la vida es eterna
en cinco minutos
suena la sirena
de vuelta al trabajo
y tú caminando
lo iluminas todo
los cinco minutos
te hacen florecer.
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con él, con él
que partió a la sierra
que nunca hizo daño
que partió a la sierra
y en cinco minutos
quedó destrozado
suena la sirena
de vuelta al trabajo
muchos no volvieron
tampoco Manuel.
RECUERDOS (ROQUE DALTON)
La celda es oscura y silenciosa...
Ah, la luz de tus ojos; ah, tu voz!
La celda es húmeda y fría...
Ah, el calor de tu cuerpo entre las sábanas!
La celda es dura, hiriente...
Ah, tus manos de pájaro y caricia!
La celda es maloliente...
Ah, el olor de tu paso en la mañana!
La celda es solitaria...
Ah, tu abrazo!
Ah, la luz de tus ojos; ah, tu voz!
La celda es húmeda y fría...
Ah, el calor de tu cuerpo entre las sábanas!
La celda es dura, hiriente...
Ah, tus manos de pájaro y caricia!
La celda es maloliente...
Ah, el olor de tu paso en la mañana!
La celda es solitaria...
Ah, tu abrazo!
LOS RECUERDOS (JOAN MANUEL SERRAT)
Los recuerdos suelen
contarte mentiras
Se amoldan al viento,
amañan la historia;
por aquí se encogen,
por allá se estiran,
se tiñen de gloria,
se bañan en lodo,
se endulzan, se amargan
a nuestro acomodo,
según nos convenga;
porque antes que nada
y a pesar de todo
hay que sobrevivir
Recuerdos que volaron lejos
o que los armarios encierran;
cuando está por cambiar el tiempo,
como las heridas de guerra,
vuelven a dolernos de nuevo
Los recuerdos tienen
un perfume frágil
que les acompaña
por toda la vida
y tatuado a fuego
llevan en la frente
un día cualquiera,
un nombre corriente
con el que caminan
con paso doliente,
arriba y abajo,
húmedas aceras
canturreando siempre
la misma canción
Y por más que tiempos felices
saquen a pasear de la mano,
los recuerdos suelen ser tristes
hijos, como son, del pasado,
de aquello que fue y ya no existe
Pero los recuerdos
desnudos de adornos,
limpios de nostalgias,
cuando sólo queda
la memoria pura,
el olor sin rostro,
el color sin nombre,
sin encarnadura,
son el esqueleto
sobre el que construimos
todo lo que somos,
aquello que fuimos
y lo que quisimos
y no pudo ser
Después, inflexible, el olvido
irá carcomiendo la historia;
y aquellos que nos han querido
restaurarán nuestra memoria
a su gusto y a su medida
con recuerdos
de sus vidas
contarte mentiras
Se amoldan al viento,
amañan la historia;
por aquí se encogen,
por allá se estiran,
se tiñen de gloria,
se bañan en lodo,
se endulzan, se amargan
a nuestro acomodo,
según nos convenga;
porque antes que nada
y a pesar de todo
hay que sobrevivir
Recuerdos que volaron lejos
o que los armarios encierran;
cuando está por cambiar el tiempo,
como las heridas de guerra,
vuelven a dolernos de nuevo
Los recuerdos tienen
un perfume frágil
que les acompaña
por toda la vida
y tatuado a fuego
llevan en la frente
un día cualquiera,
un nombre corriente
con el que caminan
con paso doliente,
arriba y abajo,
húmedas aceras
canturreando siempre
la misma canción
Y por más que tiempos felices
saquen a pasear de la mano,
los recuerdos suelen ser tristes
hijos, como son, del pasado,
de aquello que fue y ya no existe
Pero los recuerdos
desnudos de adornos,
limpios de nostalgias,
cuando sólo queda
la memoria pura,
el olor sin rostro,
el color sin nombre,
sin encarnadura,
son el esqueleto
sobre el que construimos
todo lo que somos,
aquello que fuimos
y lo que quisimos
y no pudo ser
Después, inflexible, el olvido
irá carcomiendo la historia;
y aquellos que nos han querido
restaurarán nuestra memoria
a su gusto y a su medida
con recuerdos
de sus vidas
RECUERDOS (ANTONIO MACHADO)
Oh Soria, cuando miro los frescos naranjales
cargados de perfume, y el campo enverdecido,
abiertos los jazmines, maduros los trigales,
azules las montañas y el olivar florido;
Guadalquivir corriendo al mar entre vergeles;
y al sol de abril los huertos colmados de azucenas,
y los enjambres de oro, para libar sus mieles
dispersos en los campos, huir de sus colmenas;
yo sé la encina roja crujiendo en tus hogares,
barriendo el cierzo helado tu campo empedernido;
y en sierras agrias sueño ?¡Urbión, sobre pinares!
¡Moncayo blanco, al cielo aragonés, erguido!?
Y pienso: Primavera, como un escalofrío
irá a cruzar el alto solar del romancero,
ya verdearán de chopos las márgenes del río.
¿Dará sus verdes hojas el olmo aquel del Duero?
Tendrán los campanarios de Soria sus cigüeñas,
y la roqueda parda más de un zarzal en flor;
ya los rebaños blancos, por entre grises peñas,
hacia los altos prados conducirá el pastor.
¡Oh, en el azul, vosotras, viajeras golondrinas
que vais al joven Duero, rebaños de merinos,
con rumbo hacia las altas praderas numantinas,
por las cañadas hondas y al sol de los caminos
hayedos y pinares que cruza el ágil ciervo,
montañas, serrijones, lomazos, parameras,
en donde reina el águila, por donde busca el cuervo
su infecto expoliario; menudas sementeras
cual sayos cenicientos, casetas y majadas
entre desnuda roca, arroyos y hontanares
donde a la tarde beben las yuntas fatigadas,
dispersos huertecillos, humildes abejares!...
¡Adiós, tierra de Soria; adiós el alto llano
cercado de colinas y crestas militares,
alcores y roquedas del yermo castellano,
fantasmas de robledos y sombras de encinares!
En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.
Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,
por los floridos valles, mi corazón te lleva.
cargados de perfume, y el campo enverdecido,
abiertos los jazmines, maduros los trigales,
azules las montañas y el olivar florido;
Guadalquivir corriendo al mar entre vergeles;
y al sol de abril los huertos colmados de azucenas,
y los enjambres de oro, para libar sus mieles
dispersos en los campos, huir de sus colmenas;
yo sé la encina roja crujiendo en tus hogares,
barriendo el cierzo helado tu campo empedernido;
y en sierras agrias sueño ?¡Urbión, sobre pinares!
¡Moncayo blanco, al cielo aragonés, erguido!?
Y pienso: Primavera, como un escalofrío
irá a cruzar el alto solar del romancero,
ya verdearán de chopos las márgenes del río.
¿Dará sus verdes hojas el olmo aquel del Duero?
Tendrán los campanarios de Soria sus cigüeñas,
y la roqueda parda más de un zarzal en flor;
ya los rebaños blancos, por entre grises peñas,
hacia los altos prados conducirá el pastor.
¡Oh, en el azul, vosotras, viajeras golondrinas
que vais al joven Duero, rebaños de merinos,
con rumbo hacia las altas praderas numantinas,
por las cañadas hondas y al sol de los caminos
hayedos y pinares que cruza el ágil ciervo,
montañas, serrijones, lomazos, parameras,
en donde reina el águila, por donde busca el cuervo
su infecto expoliario; menudas sementeras
cual sayos cenicientos, casetas y majadas
entre desnuda roca, arroyos y hontanares
donde a la tarde beben las yuntas fatigadas,
dispersos huertecillos, humildes abejares!...
¡Adiós, tierra de Soria; adiós el alto llano
cercado de colinas y crestas militares,
alcores y roquedas del yermo castellano,
fantasmas de robledos y sombras de encinares!
En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.
Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,
por los floridos valles, mi corazón te lleva.
CANCIÓN DE OTOÑO (JOSÉ LUIS PERALES)
Como sopla el viento en las ventanas,
como llueve hoy.
Como está la calle de vacía,
como muere el sol.
Estos días grises del otoño
me ponen triste
y al calor del fuego de mi hoguera,
te recuerdo hoy.
Te recuerdo hoy.
A ti, que eres mi vida entera,
la brisa de primavera, la claridad.
A ti, que sufres cuando me esperas
que miras a las estrellas
y que suspiras por mí.
Como arrastra el viento aquellas hojas,
como llueve hoy
y que torpe vuela por el cielo
ese gorrión.
Se han quedado mudos esos nidos
de golondrinas
y sentado al borde de la noche
te recuerdo hoy
como llueve hoy.
Como está la calle de vacía,
como muere el sol.
Estos días grises del otoño
me ponen triste
y al calor del fuego de mi hoguera,
te recuerdo hoy.
Te recuerdo hoy.
A ti, que eres mi vida entera,
la brisa de primavera, la claridad.
A ti, que sufres cuando me esperas
que miras a las estrellas
y que suspiras por mí.
Como arrastra el viento aquellas hojas,
como llueve hoy
y que torpe vuela por el cielo
ese gorrión.
Se han quedado mudos esos nidos
de golondrinas
y sentado al borde de la noche
te recuerdo hoy
EL RECUERDO (JUAN RAMÓN JIMÉNEZ)
Como médanos de oro,
que vienen y que van
en el mar de la luz,
son los recuerdos.
El viento se los lleva,
y donde están están,
y están donde estuvieron
y donde habrán de estar...
(Médanos de oro).
Lo llenan todo, mar
total de oro insondable,
con todo el viento en él...
(Son los recuerdos).
que vienen y que van
en el mar de la luz,
son los recuerdos.
El viento se los lleva,
y donde están están,
y están donde estuvieron
y donde habrán de estar...
(Médanos de oro).
Lo llenan todo, mar
total de oro insondable,
con todo el viento en él...
(Son los recuerdos).
LOS RECUERDOS NO ABRAZAN (LEONARDO FAVIO)
VERSIÓN LUCIANO PEREYRA
Es verdad que tu amor fue el más grande el más tierno
fue ardiente y fue el mejor
Que no tuve momentos más gratos y buenos
que los que me dio tu amor
Y que a cada momento
y en todas las cosas que miro, encuentro,
más no debo olvidar que son todos recuerdos
y a mi lado no estás.
Los recuerdos, no abrazan
los recuerdos, no besan
los recuerdos que tengo de ti
no me sirven de nada si no estás aquí.
Los lugares comunes, los detalles pequeños
son aquellos que duelen más
y la calle sin ti, nuestra casa sin ti
para mi todo es soledad
Y tu olvido lastima
y me obliga a vivir sin querer esta libertad
porque cuando te fuiste me cortaste las alas
ya no puedo volar.
fue ardiente y fue el mejor
Que no tuve momentos más gratos y buenos
que los que me dio tu amor
Y que a cada momento
y en todas las cosas que miro, encuentro,
más no debo olvidar que son todos recuerdos
y a mi lado no estás.
Los recuerdos, no abrazan
los recuerdos, no besan
los recuerdos que tengo de ti
no me sirven de nada si no estás aquí.
Los lugares comunes, los detalles pequeños
son aquellos que duelen más
y la calle sin ti, nuestra casa sin ti
para mi todo es soledad
Y tu olvido lastima
y me obliga a vivir sin querer esta libertad
porque cuando te fuiste me cortaste las alas
ya no puedo volar.
UN RECUERDO (ROSALÍA DE CASTRO)
¡Ay, cómo el llanto de mis ojos quema!...
¡Cuál mi mejilla abrasa!...
¡Cómo el rudo penar que me envenena
mi corazón traspasa!
Cómo siento el pesar del alma mía
al empuje violento
del dulce y triste recordar de un día
que pasó como el viento.
Cuán presentes están en mi memoria
un nombre y un suspiro...
Página extraña de mi larga historia,
de un bien con que deliro.
Yo escuchaba tina voz llena de encanto,
melodía sin nombre,
que iba risueña a recoger mi llanto...
¡Era la voz de un hombre!
Sombra fugaz que se acercó liviana
vertiendo sus amores,
y que posó sobre mi sien temprana
mil cariñosas flores.
Acarició mi frente que se hundía
entre acerbos pesares;
y lleno de dulzura y de armonía
díjome sus cantares.
Y ¡ay!, eran dulces cual sonora lira,
que vibrando se siente
en lejana enramada, adonde expira
su gemido doliente.
Yo percibí su divinal ternura
penetrar en el alma,
disipando la tétrica amargura
que robara mi calma.
Y la ardiente pasión sustituyendo
a una fría memoria,
sentí con fuerza el corazón latiendo
por una nueva gloria.
Dicha sin fin, que se acercó temprana
con extraños placeres,
como el bello fulgor de una mañana
que sueñan las mujeres.
Rosa que nace al saludar el día,
y a la tarde se muere,
retrato de un placer y una agonía
que al corazón se adhiere.
Imagen fiel de esa esperanza vana
que en nada se convierte;
que dice el hombre en su ilusión mañana,
y mañana es la muerte.
Y así pasó: Mi frente adormecida
volvióse luego roja;
y trocóse el albor de mi alegría,
flor que, seca, se arroja
Calló la voz de melodía tanta
y la dicha durmió;
y al nuevo resplandor que se levanta
lo pasado murió.
Hoy sólo el llanto a mis dolores queda,
sueños de amor de corazón, dormid:
¡Dicha sin fin que a mi existir se niegan
gloria y placer y venturanza huid!
RECUERDOS DEL PORTEZUELO (ATAHUALPA YUPANQUI)
VERSIÓN DANIEL TORO
VERSIÓN JAIRO
VERSIÓN LOS NOCHEROS DEL ANTA
En esas mañanitas de la quebrada
Yo bajaba las cuestas como si nada
Y en un marcha’o parejo de no cansarse
Me iba pidiendo riendas mi mula parda.
Al pasar por el rancho del Portezuelo
Salían a mirarme sus ojos negros.
Nunca le dije nada, pero qué lindo,
Y de feliz le daba mi copla al viento.
”Parezco mucho y soy poco,
Esperemos y esperemos
Pa’ cuando salga de pobre,
Viditay, conversaremos”.
Los vientos y los años me arriaron lejos,
Lo que ayer fue esperanza hoy es recuerdo.
Me gusta arrinconarme de vez en cuando
A pensar en la moza del Portezuelo.
Qué mirarán sus ojos en estos tiempos
Mi corazón, paisano, quedó con ellos.
Nunca le dije nada, pero qué lindo,
Sólo tengo la copla pa’mi consuelo.
Dónde estará la moza del Portezuelo
Están tristes o alegres sus ojos negros
Nunca le dije nada, pero qué lindo,
Siento un dulzor amargo cuando me acuerdo.
Yo bajaba las cuestas como si nada
Y en un marcha’o parejo de no cansarse
Me iba pidiendo riendas mi mula parda.
Al pasar por el rancho del Portezuelo
Salían a mirarme sus ojos negros.
Nunca le dije nada, pero qué lindo,
Y de feliz le daba mi copla al viento.
”Parezco mucho y soy poco,
Esperemos y esperemos
Pa’ cuando salga de pobre,
Viditay, conversaremos”.
Los vientos y los años me arriaron lejos,
Lo que ayer fue esperanza hoy es recuerdo.
Me gusta arrinconarme de vez en cuando
A pensar en la moza del Portezuelo.
Qué mirarán sus ojos en estos tiempos
Mi corazón, paisano, quedó con ellos.
Nunca le dije nada, pero qué lindo,
Sólo tengo la copla pa’mi consuelo.
Dónde estará la moza del Portezuelo
Están tristes o alegres sus ojos negros
Nunca le dije nada, pero qué lindo,
Siento un dulzor amargo cuando me acuerdo.
UN RECUERDO (ALFONSINA STORNI)
Recuerdo el dulce tiempo de sierras cordobesas
pasado con el alma sin un solo deseo,
vagando entre las matas de menta y de poleo,
los cielos deslumbrantes, los días sin sorpresas.
¡Oh, el poblado espinillo de voluptuoso olor!
De noche, en las hamacas, los grupos familiares
mirábamos los gruesos racimos estelares,
sonaba adentro un tango y se hablaba de amor.
Éramos todos jóvenes y muchos eran bellos,
las sierras simulaban jorobas de camellos,
y a su vera, del brazo, por la senda oportuna,
volvíamos cantando en una sola hilera,
al caer de las tardes. Y era la primavera.
Y se asomaba a veces el disco de la luna.
pasado con el alma sin un solo deseo,
vagando entre las matas de menta y de poleo,
los cielos deslumbrantes, los días sin sorpresas.
¡Oh, el poblado espinillo de voluptuoso olor!
De noche, en las hamacas, los grupos familiares
mirábamos los gruesos racimos estelares,
sonaba adentro un tango y se hablaba de amor.
Éramos todos jóvenes y muchos eran bellos,
las sierras simulaban jorobas de camellos,
y a su vera, del brazo, por la senda oportuna,
volvíamos cantando en una sola hilera,
al caer de las tardes. Y era la primavera.
Y se asomaba a veces el disco de la luna.
RECORDÁNDOTE (ALFREDO ZITARROSA)
VERSIÓN LOS CHALCHALEROS
Oigo tu voz, llamándome,
recuerdos que devuelve el tiempo,
tu voz me nombra y me duele otra vez,
yo ya no puedo volver.
Tu voz me nombra y me duele otra vez,
yo ya no puedo volver.
Oigo tu voz, llamándome,
silencio en el silencio, y siento
que es el vino que me engaña, otra vez,
yo ya no puedo volver.
Que es el vino que me engaña, otra vez,
yo ya no puedo volver.
La noche es tan amarga y lenta,
la zamba te recuerda tanto...
que cuando canto me olvido, mi bien,
que ya murió tu querer.
Que cuando canto me olvido, mi bien,
que ya no puedo volver.
Siento tus palabras, recordándote,
la noche agranda su silencio,
y en él te escucho, volviendo a decir:
sin ti no puedo vivir.
Y en él te escucho, volviendo a decir:
sin ti no puedo vivir.
Pero las palabras, como el aire son,
aliento que se vuelve viento,
y así tu amor, con el tiempo, murió,
el viento se lo llevó.
Y así tu amor, con el tiempo, murió,
el viento se lo llevó.
La noche es tan amarga y lenta,
la zamba te recuerda tanto...
que cuando canto me olvido, mi bien,
que ya murió tu querer.
Que cuando canto me olvido, mi bien,
que ya no puedo volver.
RECUÉRDENME (TERESA PARODI)
DUO CON LOLITA TORRES
Recuérdenme si me marcho
Con ese callado modo
De andarse por la inocencia
Que les conozco, que les conozco
Recuérdenme, hijitos míos
Recuérdenme en el asombro
Recuérdenme en la alegría
Conque vivimos después de todo
Recuérdenme en las menudas
Palabras con que los nombro
Y acaso en la transparencia
De lo celeste que fue tan hondo
No quiero que me recuerden
En nada que sea penoso,
La vida es una tremenda
Esperanza abierta frente a los ojos
Recuérdenme en esa nana
Que siempre sonaba a poco
Recuérdenme en las caricias
Y en los enojos, en los enojos
Acaso no pude amarlos
Mejor pero puse todo
Les pido que me disculpen
Lo desatenta que fui a mi modo
A ser madre no se puede
Jamás aprender del todo
Y ser hijo es tan difícil
Que casi siempre se duda el modo
La vida se apura tanto
Y tanto nos dura poco
Lo bueno es que se comprenda
Que nada debe intentarse solos
Los versos que aquí les canto
No tienen más que un antojo
Pedirles que me recuerden
Cuando se miren unos a otros
La vida es tan bella hijitos
Que hablar de la muerte es tonto
Recuérdenme en la alegría
Con que vivimos después de todo
Con ese callado modo
De andarse por la inocencia
Que les conozco, que les conozco
Recuérdenme, hijitos míos
Recuérdenme en el asombro
Recuérdenme en la alegría
Conque vivimos después de todo
Recuérdenme en las menudas
Palabras con que los nombro
Y acaso en la transparencia
De lo celeste que fue tan hondo
No quiero que me recuerden
En nada que sea penoso,
La vida es una tremenda
Esperanza abierta frente a los ojos
Recuérdenme en esa nana
Que siempre sonaba a poco
Recuérdenme en las caricias
Y en los enojos, en los enojos
Acaso no pude amarlos
Mejor pero puse todo
Les pido que me disculpen
Lo desatenta que fui a mi modo
A ser madre no se puede
Jamás aprender del todo
Y ser hijo es tan difícil
Que casi siempre se duda el modo
La vida se apura tanto
Y tanto nos dura poco
Lo bueno es que se comprenda
Que nada debe intentarse solos
Los versos que aquí les canto
No tienen más que un antojo
Pedirles que me recuerden
Cuando se miren unos a otros
La vida es tan bella hijitos
Que hablar de la muerte es tonto
Recuérdenme en la alegría
Con que vivimos después de todo
RECUERDOS DE YPACARAI (ZULEMA DE MIRKIN & DEMETRIO ORTIZ)
VERSIÓN GREGORIO BARRIOS
VERSIÓN TRIO LOS PANCHOS
VERSIÓN JAVIER SOLIS
VERSIÓN JULIO IGLESIAS
Una noche tibia nos conocimos
Junto al lago azul de Ypacaraí
Tu cantabas triste por el camino
Viejas melodías en guaraní
Y con el embrujo de tus canciones
Iba renasciendo tu amor en mí
Y en la noche hermosa de plenilunio
De tu blanca mano sentí el calor
Que con sus caricias me dio el amor
Dónde estás ahora, cuñataí
Que tu suave canto no llega a mí
Dónde está ahora
Mi ser te adora con frenesí
Todo te recuerda mi dulce amor
Junto al lago azul de Ypacaraí
Todo te recuerda
Mi amor te llama cuñataí
Junto al lago azul de Ypacaraí
Tu cantabas triste por el camino
Viejas melodías en guaraní
Y con el embrujo de tus canciones
Iba renasciendo tu amor en mí
Y en la noche hermosa de plenilunio
De tu blanca mano sentí el calor
Que con sus caricias me dio el amor
Dónde estás ahora, cuñataí
Que tu suave canto no llega a mí
Dónde está ahora
Mi ser te adora con frenesí
Todo te recuerda mi dulce amor
Junto al lago azul de Ypacaraí
Todo te recuerda
Mi amor te llama cuñataí
BORDANDO RECUERDOS (RODRIGO CARRILLO)
Busco
la hebra exacta
para comenzar
a desenredar
el ovillo de recuerdos
y olvidos
que dejan
maniatado el corazón
Busco
una aguja
para seguir
pinchándole
el pulgar
a la nostalgia
la hebra exacta
para comenzar
a desenredar
el ovillo de recuerdos
y olvidos
que dejan
maniatado el corazón
Busco
una aguja
para seguir
pinchándole
el pulgar
a la nostalgia
RECUERDO (ISMAEL SERRANO)
Me levanto temprano, moribundo.
Perezoso resucito, bienvenido al mundo.
Con noticias asesinas me tomo el desayuno.
Camino del trabajo, en el metro,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.
Y en el asiento de enfrente,
un rostro de repente,
claro ilumina el vagón.
Esos gestos traen recuerdos
de otros paisajes, otros tiempos,
en los que una suerte mejor me conoció.
No me atrevo a decir nada, no estoy seguro,
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.
Perezoso resucito, bienvenido al mundo.
Con noticias asesinas me tomo el desayuno.
Camino del trabajo, en el metro,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.
Y en el asiento de enfrente,
un rostro de repente,
claro ilumina el vagón.
Esos gestos traen recuerdos
de otros paisajes, otros tiempos,
en los que una suerte mejor me conoció.
No me atrevo a decir nada, no estoy seguro,
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.
EL RECUERDO - JEAN HONORE FRAGONARD
MATERNIDAD - PABLO PICASSO EN PERÍODO AZUL
MATERNIDAD - PABLO PICASSO EN PERÍODO ROSA
RECUERDO DE LA NIÑA MUJER - EUGENIO SALVADOR DALI
RECUERDO EL CORAZÓN - FRIDA KAHLO
PERMANENCIA EN EL RECUERDO - FÉLIX DE TORRE REVELLO
No hay comentarios:
Publicar un comentario