ESPIGADORAS - JEAN FRANÇOIS MILLET
FRAGILIDAD - MAURICIO BACARISSE
Mi alma tierna y melancólica
se ha enamorado de ti,
Magdalena hecha en mayólica
por Bernardo Palissy.
Serás mi único tesoro
hasta que venga la Intrusa;
eres lo que más adoro
con mi madre y con mi musa.
Como un ópalo en mi dedo
turba mi felicidad
ese inexpresable miedo
a tu gran fragilidad.
Eres un alma perdida
del Infortunio en las fauces;
eres Ofelia subida
a las ramas de los sauces.
Eres de nieve y cristal,
y si te estrecho en mis brazos
la copa del Ideal
ha de quebrarse en pedazos.
Eres un astro de oros
en mi existencia confusa;
eres lo que más adoro
con mi madre y con mi musa.
Por si algún día estoy falto
de tu amor y tu bondad,
vivo en triste sobresalto
por tu gran fragilidad.
FRAGILE - FRAGILIDAD (STING)
EN INGLÉS CON SUBTÍTULOS
EN ESPAÑOL
VERSIÓN MERCEDES SOSA
If blood will flow when flesh and steel are one
Drying in the colour of the evening sun Tomorrow's rain will wash the stains away But something in our minds will always stay Perhaps this final act was meant To clinch a lifetime's argument That nothing comes from violence and nothing ever could For all those born beneath an angry star Lest we forget how fragile we are On and on the rain will fall Like tears from a star like tears from a star On and on the rain will say How fragile we are how fragile we are On and on the rain will fall Like tears from a star like tears from a star On and on the rain will say How fragile we are how fragile we are How fragile we are how fragile we are |
Mañana ya la sangre no estará
Al caer la lluvia se la llevará
Acero y piel combinación tan cruel
Pero algo en nuestras mentes quedará
Un acto así terminará
Con una vida y nada más
Nada se logra con violencia
Ni se logrará
Aquellos que han nacido en un mundo así
No olviden su fragilidad
Lloras tu y lloro yo
Y el cielo también, y el cielo también
Lloras tu y lloro yo
Que fragilidad, que fragilidad
|
REPITE LA FRAGILIDAD DE LA VIDA Y SEÑALA SUS ENGAÑOS Y SUS ENEMIGOS - FRANCISCO DE QUEVEDO Y VILLEGAS
«Qué otra cosa es verdad sino pobreza
en esta vida frágil y liviana?
Los dos embustes de la vida humana,
desde la cuna, son honra y riqueza.
El tiempo, que ni vuelve ni tropieza,
en horas fugitivas la devana;
y, en errado anhelar, siempre tirana,
la Fortuna fatiga su flaqueza.
Vive muerte callada y divertida
la vida misma; la salud es guerra
de su proprio alimento combatida.
¡Oh, cuánto, inadvertido, el hombre yerra:
que en tierra teme que caerá la vida,
y no ve que, en viviendo, cayó en tierra!
FRÁGIL - TAN BIÓNICA
Mi viaje no sale y el tiempo vale vale
Lo dijo el sordo que me enseño a cantar
El jefe de turno se distrajo conmigo
Primero, vencido, segundo despegar
Si caminar por el borde hace tanto mal
Si caminado me encuentro no voy a mirar
Lo dijo mi amigo que no estaba perdido
Se siente en el aire algo esta por cambiar
Se sabe que sale, que nadie te regale
Espero que esperes, que esto no salga mal
En Buenos Aires se siente, duele caminar
Tengo una pata de palo, casi sin usar
Mucho más va a llevar
Me dijo material
Le dedique una estrofa en miles
A cambio de un lugar
Me dijo loco maquina de hablar
El malo del tiempo se detuvo conmigo
Lo dijo mi amigo en el verso anterior
Se sabe, que sale, que nadie te regale
Espero que esperes que esto no salga mal
En Buenos Aires se siente, duele caminar
Y los inviernos de Hollywood, no están mal
Mucho más va a llevar
Me dijo material
La amenace multiplicada
Después de bailar
Se puso porno el morbo y te hizo mal
Seguime todo lo que puedo
Me vas a suplicar
No quiero sufrir mas
Cuando la vea la voy a matar
Lo dijo el sordo que me enseño a cantar
El jefe de turno se distrajo conmigo
Primero, vencido, segundo despegar
Si caminar por el borde hace tanto mal
Si caminado me encuentro no voy a mirar
Lo dijo mi amigo que no estaba perdido
Se siente en el aire algo esta por cambiar
Se sabe que sale, que nadie te regale
Espero que esperes, que esto no salga mal
En Buenos Aires se siente, duele caminar
Tengo una pata de palo, casi sin usar
Mucho más va a llevar
Me dijo material
Le dedique una estrofa en miles
A cambio de un lugar
Me dijo loco maquina de hablar
El malo del tiempo se detuvo conmigo
Lo dijo mi amigo en el verso anterior
Se sabe, que sale, que nadie te regale
Espero que esperes que esto no salga mal
En Buenos Aires se siente, duele caminar
Y los inviernos de Hollywood, no están mal
Mucho más va a llevar
Me dijo material
La amenace multiplicada
Después de bailar
Se puso porno el morbo y te hizo mal
Seguime todo lo que puedo
Me vas a suplicar
No quiero sufrir mas
Cuando la vea la voy a matar
LA FRAGILIDAD DE LOS ESPEJOS - JOAQUÍN LERA
El reflejo de la luna en el agua del río
La sombra de tu cuerpo desnudo en la arena del
desierto
Las nubes viajando abrigando con su manto a las
montañas
Una hamaca echa la siesta entre dos pinos
La luz de los focos del teatro de la vida y de la muerte
Los niños refugiados en sus haimas
Los caballos pastando en la ribera
La sombrilla de la playa allá en la infancia
La negrura de una noche sin ventanas
El caparazón de las tortugas
El aullido de los lobos
El cristal invisible de tus gafas de sol
Los viejitos en sus sillas de mimbre
Los soportales de la plaza de San Marcos
Las alas de los buitres alrededor de los cadáveres
Los aviones encima de las casas
Una mujer pintándose los labios
Las cuchillas de afeitar la madrugada
Tu imagen en un televisor apagado
El sombrero de un poeta mientras sueña
Las manchas de petróleo en el océano
Los corales de los fondos caribeños
con sus peces de colores y sus estrellas gigantes
El humo que no deja ver tus ojos
El hormiguero de las autopistas
La penumbra
La fragilidad de los espejos.
CRISTAL - JOSÉ MARÍA CONTURSI - MARIANO MORES
ALBERTO MARINO CON ORQUESTA DE TROILO
VERSIÓN FRANCISCO CANARO
VERSIÓN ROBERTO GOYENECHE
VERSIÓN GOYENECHE EN EL FILM SUR DE PINO SOLANAS
VERSIÓN BAJOFONDO
VERSIÓN MERCEDES SOSA CON ORQUESTA DE MORES
VERSIÓN ADRIANA VARELA
VERSIÓN MARIA GRAÑA
Tengo el corazón hecho pedazos,
rota mi emoción en este día...
Noches y más noches sin descanso
y esta desazón del alma mía...
¡Cuántos, cuántos años han pasado,
grises mis cabellos y mi vida!
Loco... casi muerto... destrozado,
con mi espíritu amarrado
a nuestra juventud.
Más frágil que el cristal
fue mi amor
junto a ti...
Cristal tu corazón, tu mirar, tu reír...
Tus sueños y mi voz
y nuestra timidez
temblando suavemente en tu balcón...
Y ahora sólo se
que todo se perdió
la tarde de mi ausencia.
Ya nunca volveré, lo se, lo se bien, ¡nunca más!
Tal vez me esperarás, junto a Dios, ¡más allá!
Todo para mi se ha terminado,
todo para mi se torna olvido.
¡Trágica enseñanza me dejaron
esas horas negras que he vivido!
¡Cuántos, cuántos años han pasado,
grises mis cabellos y mi vida!
Solo, siempre solo y olvidado,
con mi espíritu amarrado
a nuestra juventud...
FRAGILIDAD - BEGOÑA CASAÑEZ CLEMENTE
(Tanto mata el que clava el puñal, como el que omite el socorro, como el que calla).
Quietos ante una obra de arte que se desmorona,
contemplando al coloso caer,
hay miles de miradas.
Miradas huecas que no comprenden qué está pasando
porque apenas comprende nada.
Ni siquiera el gigante de botas de serpiente,
comprende su inevitable caída.
Por sus venas corren ríos de tinta y alquitrán,
y la nicotina vuelve dorados,
los anillos de plata que duermen en sus dedos.
Le han visto comenzar a agrietase
Y han usado andamios y largas escaleras para darle palmadas en la espalda,
cuando todos sabían que mordería el polvo,
Y que sería polvo del camino,
que ellos andarían con la mirada hueca,
y versos sin poema en las mochilas.
Deja tu imagen de cristal
que nunca podré romper
para poder mirar atrás
en medio de lo que fui
Sigues engañándote lo sé, mmm mmm
pero algún día cambiarás
yo mientras tanto viajaré
a un lado de la razón
quebrando la imagen de cristal
que no nos deja seguir
y ya es tiempo de partir
salir de aquí
y quiero dejarte algo de mi
una promesa de cristal
que nunca podré romper
una razón a la mitad
que pueda significar
lo que más quieras llegará
sólo has de esperar
y si me quieres ver llegar
rompe tu cristal
ooohhhh
frágil te quiero ver
una palabra se olvidó
de entrar en la canción
pues nunca supo recordar
un camino a la verdad
y sólo en sueños vas a estar
gritando libertad
y recordando el valor
de una promesa de cristal
que nunca podré romper
una razón a la mitad
que pueda significar
lo que más quieras llegará
sólo has de esperar
y si me quieres ver llegar
rompe tu cristal
estoy un poco loco sí
tengo una enfermedad mortal
que de llamarla libertad
y sólo quiero compartir
mmm mmm ohh, con vos
(frágil te quiero ver)
pero te quiero ver frágil
ohh frágil, nena no ohh...
que nunca podré romper
para poder mirar atrás
en medio de lo que fui
Sigues engañándote lo sé, mmm mmm
pero algún día cambiarás
yo mientras tanto viajaré
a un lado de la razón
quebrando la imagen de cristal
que no nos deja seguir
y ya es tiempo de partir
salir de aquí
y quiero dejarte algo de mi
una promesa de cristal
que nunca podré romper
una razón a la mitad
que pueda significar
lo que más quieras llegará
sólo has de esperar
y si me quieres ver llegar
rompe tu cristal
ooohhhh
frágil te quiero ver
una palabra se olvidó
de entrar en la canción
pues nunca supo recordar
un camino a la verdad
y sólo en sueños vas a estar
gritando libertad
y recordando el valor
de una promesa de cristal
que nunca podré romper
una razón a la mitad
que pueda significar
lo que más quieras llegará
sólo has de esperar
y si me quieres ver llegar
rompe tu cristal
estoy un poco loco sí
tengo una enfermedad mortal
que de llamarla libertad
y sólo quiero compartir
mmm mmm ohh, con vos
(frágil te quiero ver)
pero te quiero ver frágil
ohh frágil, nena no ohh...
Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden
las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.
OTRO POEMA DE LOS DONES - JORGE LUIS BORGES
Gracias quiero dar al divino
laberito de los efectos y de las causas
por la diversidad de las criaturas
que forman este singular universo,
por la razón, que no cesará de soñar
con un plano del laberinto,
por el rostro de Elena y la perseverancia de Ulises,
por el amor, que nos deja ver a los otros
como los ve la divinidad,
por el firme diamante y el agua suelta,
por el álgebra, palacio de precisos cristales,
por las místicas monedas de Ángel Silesio,
por Schopenhauer,
que acaso descifró el universo,
por el fulgor del fuego
que ningún ser humano puede mirar sin un asombro antiguo,
por la caoba, el cedro y el sándalo,
por el pan y la sal,
por el misterio de la rosa
que prodiga color y que no lo ve,
por ciertas vísperas y días de 1955,
por los duros troperos que en la llanura
arrean los animales y el alba,
por la mañana en Montevideo,
por el arte de la amistad,
por el último día de Sócrates,
por las palabras que en un crepúsculo se dijeron
de una cruz a otra cruz,
por aquel sueño del Islam que abarco
Mil Noches y Una Noche,
por aquel otro sueño del infierno,
de la torre del fuego que purifica
y de las esferas gloriosas,
por Swedenborg,
que conversaba con los ángeles en las calles de Londres,
por los ríos secretos e inmemoriales
que convergen en mí,
por el idioma que, hace siglos, hablé en Nortumbria,
por la espada y el arpa de los sajones,
por el mar, que es un desierto resplandeciente
y una cifra de cosas que no sabemos
y un epitafio de los vikings,
por la música verbal de Inglaterra,
por la música verbal de Alemania,
por el oro, que relumbra en los versos,
por el épico invierno,
por el nombre de un libro que no he leído: Gesta Dei per Francos,
por Verlaine, inocente como los pájaros,
por el prisma de cristal y la pesa de bronce,
por las rayas del tigre,
por las altas torres de San Francisco y de la isla de Manhattan,
por la mañana en Texas,
por aquel sevillano que redactó la Epístola Moral
y cuyo nombre, como él hubiera preferido, ignoramos,
por Séneca y Lucano, de Córdoba,
que antes del español escribieron
toda la literatura española,
por el geométrico y bizarro ajedrez,
por la tortuga de Zenón y el mapa de Royce,
por el olor medicinal de los eucaliptos,
por el lenguaje, que puede simular la sabiduría,
por el olvido, que anula o modifica el pasado,
por la costumbre,
que nos repite y nos confirma como un espejo,
por la mañana, que nos depara la ilusión de un principio,
por la noche, su tiniebla y su astronomía,
por el valor y la felicidad de los otros,
por la patria, sentida en los jazmines
o en una vieja espada,
por Whitman y Francisco de Asís, que ya escribieron el poema,
por el hecho de que el poema es inagotable
y se confunde con la suma de las criaturas
y no llegará jamás al último verso
y varía según los hombres,
por Frances Haslam, que pidió perdón a sus hijos
por morir tan despacio,
por los minutos que preceden al sueño,
por el sueño y la muerte,
esos dos tesoros ocultos,
por los íntimos dones que no enumero,
por la música, misteriosa forma del tiempo.
TAN PEQUEÑA Y FRÁGIL (DRUPI) VERSIÓN EN ESPAÑOL SABU
Saber dónde estás y cómo estás…. quisiera
Si te acordaras hoy… de mi
Fuiste el primer amor de mi vida… entera
Ya nunca podré olvidarme de ti
Debo hacerte una confesión sincera
Yo sigo esperándote como ayer
Tan pequeña es, tan frágil es
Sin ti lo se, yo ya no puedo vivir
Tan pequeña es, tan frágil es
Sin ti lo se, yo ya no puedo vivir
Saber dónde estás y cómo estás…. quisiera
Si te acordaras hoy… de mi
Cada noche sueño que tu estas … con migo
Que vuelvo a sentir tu voz y tu piel
Tan pequeña es, tan frágil es
Sin ti lo se, yo ya no puedo vivir
Tan pequeña es, tan frágil es
Sin ti lo se, yo ya no puedo vivir
Siento que no encontraré otra mujer como tu otra ves
Frágil como tu
Saber dónde estás y cómo estás…. quisiera
Si te acordaras hoy… de mi
Cada noche sueño que tu estas … con migo
Que vuelvo a sentir tu voz y tu piel
Tan pequeña es, tanto yo la ame
tan frágil es, no-no-no sin ti lo se yo ya no puedo vivir
Tan pequeña es, tanto yo la ame
tan frágil es, no-no-no sin ti lo se yo ya no puedo vivir
Si te acordaras hoy… de mi
Fuiste el primer amor de mi vida… entera
Ya nunca podré olvidarme de ti
Debo hacerte una confesión sincera
Yo sigo esperándote como ayer
Tan pequeña es, tan frágil es
Sin ti lo se, yo ya no puedo vivir
Tan pequeña es, tan frágil es
Sin ti lo se, yo ya no puedo vivir
Saber dónde estás y cómo estás…. quisiera
Si te acordaras hoy… de mi
Cada noche sueño que tu estas … con migo
Que vuelvo a sentir tu voz y tu piel
Tan pequeña es, tan frágil es
Sin ti lo se, yo ya no puedo vivir
Tan pequeña es, tan frágil es
Sin ti lo se, yo ya no puedo vivir
Siento que no encontraré otra mujer como tu otra ves
Frágil como tu
Saber dónde estás y cómo estás…. quisiera
Si te acordaras hoy… de mi
Cada noche sueño que tu estas … con migo
Que vuelvo a sentir tu voz y tu piel
Tan pequeña es, tanto yo la ame
tan frágil es, no-no-no sin ti lo se yo ya no puedo vivir
Tan pequeña es, tanto yo la ame
tan frágil es, no-no-no sin ti lo se yo ya no puedo vivir
TABAQUERÍA - FERNANDO PESSOA
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.
Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?
No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)
Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.
(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)
He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.
He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.
Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.
Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.
Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.
El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves! , y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.
Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?
No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)
Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.
(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)
He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.
He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.
Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.
Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.
Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.
El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves! , y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.
TANTO Y NADA - FLOU
Casi irreal es ver que no estas que nada puedo hacer,
Quiero volar, volver, simplemente hoy te vas y ahora...
Todo cambia y nada es como fue dejo tanto y nada a la vez
Todo cambia y nada es lo que fue me diluyo en cada amanecer
Disimular tan bien sentimientos que perduran,
Quiero callar, correr, simplemente hoy te vas y ahora...
Todo cambia y nada es como fue dejo tanto y nada a la vez
Todo cambia y nada es lo que fue me diluyo en cada amanecer
Vi el color del sol en tu mirar,
El clamor de mi voz no cambia nada...
Todo cambia y nada es como fue dejo tanto y nada a la vez
Todo cambia y nada es lo que fue me diluyo en cada amanecer
Vi el color del sol en tu mirar,
El clamor de mi voz no cambia nada...
Quiero volar, volver, simplemente hoy te vas y ahora...
Todo cambia y nada es como fue dejo tanto y nada a la vez
Todo cambia y nada es lo que fue me diluyo en cada amanecer
Disimular tan bien sentimientos que perduran,
Quiero callar, correr, simplemente hoy te vas y ahora...
Todo cambia y nada es como fue dejo tanto y nada a la vez
Todo cambia y nada es lo que fue me diluyo en cada amanecer
Vi el color del sol en tu mirar,
El clamor de mi voz no cambia nada...
Todo cambia y nada es como fue dejo tanto y nada a la vez
Todo cambia y nada es lo que fue me diluyo en cada amanecer
Vi el color del sol en tu mirar,
El clamor de mi voz no cambia nada...
NADA - JOSÉ DAMES - HORACIO SANGUINETTI
VERSIÓN JULIO SOSA
VERSIÓN MERCEDES SOSA, MARÍA GRAÑA Y LEOPOLDO FEDERICO
VERSIÓN MIGUEL CALÓ, RAÚL IRIARTE
VERSIÓN CARLOS DI SARLI, ALBERTO PODESTÁ
VERSIÓN JUAN CARLOS BAGLIETTO, LITO VITALE
VERSIÓN ABEL PINTOS
VERSIÓN ROBERTO GOYENECHE
VERSIÓN SUSANA LAGO
VERSIÓN CACHO CASTAÑA
VERSIÓN ROCÍO DURCAL
VERSIÓN EN PORTUGUÉS DE CAETANO VELOSO
He llegado hasta tu casa...
¡Yo no sé cómo he podido!
Si me han dicho que no estás,
que ya nunca volverás...
¡Si me han dicho que te has ido!
¡Cuánta nieve hay en mi alma!
¡Qué silencio hay en tu puerta!
Al llegar hasta el umbral,
un candado de dolor
me detuvo el corazón.
Nada, nada queda en tu casa natal...
Sólo telarañas que teje el yuyal.
El rosal tampoco existe
y es seguro que se ha muerto al irte tú...
¡Todo es una cruz!
Nada, nada más que tristeza y quietud.
Nadie que me diga si vives aún...
¿Dónde estás, para decirte
que hoy he vuelto arrepentido a buscar tu amor?
Ya me alejo de tu casa
y me voy ya ni sé donde...
Sin querer te digo adiós
y hasta el eco de tu voz
de la nada me responde.
En la cruz de tu candado
por tu pena yo he rezado
y ha rodado en tu portón
una lágrima hecha flor
de mi pobre corazón.
VOLVER - ALFREDO LEPERA - CARLOS GARDEL
VERSIÓN PLÁCIDO DOMINGO
VERSIÓN EUGENIA LEÓN
VERSIÓN ROBERTO GOYENECHE
VERSIÓN CALAMARO
VERSIÓN ROBERTO CARLOS
VERSIÓN RAPHAEL
VERSIÓN JULIO IGLESIAS
PENELOPÉ CRUZ EN VERSIÓN FLAMENCA
EN EL FILM HOMÓNIMO DE PEDRO ALMODÓVAR
Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos,
van marcando mi retorno.
Son las mismas que alumbraron,
con sus pálidos reflejos,
hondas horas de dolor.
Y aunque no quise el regreso,
siempre se vuelve al primer amor.
La quieta calle donde el eco dijo:
"Tuya es su vida, tuyo es su querer",
bajo el burlón mirar de las estrellas
que con indiferencia hoy me ven volver.
Volver,
con la frente marchita,
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir, que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir,
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo,
que lloro otra vez.
Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida.
Tengo miedo de las noches
que, pobladas de recuerdos,
encadenen mi soñar.
Pero el viajero que huye,
tarde o temprano detiene su andar.
Y aunque el olvido que todo destruye,
haya matado mi vieja ilusión,
guarda escondida una esperanza humilde,
que es toda la fortuna de mi corazón.
ALBAÑIL - FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES
TORMENTA DE NIEVE - FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES
EL MUNDO DE CRISTINA - ADREW WYETH
EL MUNDO DE CRISTINA - ADREW WYETH
AMANTE- ADREW WYETH
DESBORDAMIENTO - ADREW WYETH
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