IMAGEN DEL FILM EL PROCESO DE ORSON WELLS
LA BUROCRACIA - EL BANQUITO (EDUARDO GALEANO)
Sixto Martínez cumplió el servicio militar en un cuartel de Sevilla. En medio del patio de ese cuartel, había un banquito. Junto al banquito un soldado hacía guardia. La guardia se hacía porque se hacía, noche y días, todas las noches, todos los días, y de generación en generación los oficiales transmitían la orden y los soldados la obedecían. Nadie nunca dudó, nadie nunca preguntó. Si así se hacía, y siempre se había hecho, por algo sería. Y así siguió hasta que alguien, no se qué general o coronel, quiso conocer la orden original. Hubo que revolver a fondo los archivos. Y después de mucho hurgar, se supo. Hacía treinta y un años, dos meses y cuatro días, un oficial había mandado montar guardia junto al banquito, que estaba recién pintado, para que a nadie se le ocurriedçra sentarse sobre la pintura fresca.
BUROCRACIA (DELIRIUM)
Camina erguido por la calle transpirando arrogancia
piensas en tus millones y en quién más puede gastar
presume ante la gente su dinero
parece olvidar que para eso ha tenido que robar
Ropa importada, nombre comprado
autos de lujo, dinero robado
tu casa un palacio de apariencia vacía
Por vivir en la farsa que te arrastra a la mediocridad
tendrás que pagar con la vida
a la hora de la verdad
Nuestro payaso tiene una fiesta porque todo esta bien
mientras los que mueren de hambre
en las calles no saben que hacer
Los arrastrados ya llegaron con esos regalos
me pregunto cuantos de ellos
enterrado te desean ver
Ropa importada, nombre comprado
autos de lujo, dinero robado
tu casa un palacio de apariencia vacía
LOS BURÓCRATAS (ROQUE DALTON) Los burócratas nadan en un mar de aburrimiento tempestuoso. Desde el horror de sus bostezos son los primeros asesinos de la tortura Terminan por enfermarse del hígado y mueren aferrados a los teléfonos Con los ojos amarillos fijos en el reloj. Los burócratas tienen linda letra y se compran corbatas Sufren síncopes al comprobar que sus hijas se masturban Deben al sastre acaparan los bares Leen el Reader Digest y los poemas de amor de Neruda Asisten a la ópera italiana se persignan Firman los pliegos nítidos del anticomunismo Los hunde el adulterio se suicidan sin arrogancia Tienen fe en el deporte se avergüenzan Se avergüenzan a mares De que su padre sea un carpintero. CHACARERA DEL EXPEDIENTE (CUCHI LEGUIZAMÓN)
El pobre que nunca tiene
ni un peso para andar contento
no bien se halla una gallina
que ya me lo meten preso
El comisario ladino
que oficia de diligente
lo hace confesar a palos
al preso y a sus parientes
Y se pasan las semanas
engordando el expediente
mientras el preso suspira
por un doctor influyente
La tía le vendió la cama
para pagarle al abogado
Si algún día sale libre
tendrá que dormir parado
El juez a los cuatro meses
lo cita para interrogarlo
Como es pobre y tartamudo
ninguno quiere escucharlo
Y la prisión preventiva
dictan al infortunado
que ya lleva un año preso
y hasta de Dios olvidado
Amalaya la justicia
vidita y los abogados
cuando la ley nace sorda
no la compone ni el diablo
Estas son cosas del pueblo
de los que no tienen nada
Esos que se hallan millones
tienen la casa rosada
A VUELTA DE CORREO (JOAQUÍN SABINA)
Caballero, en edad de merecer
con un pelo de tonto, cuatro canas,
el pasado resuelto y muchas ganas
ya sabe usted de qué.
informal, ilustrado, manejable
más amigo de gatas que de perros,
con dos úlceras y una inexplicable
mala salud de hierro
Solicita con fines poco serios
señora aficionada al adulterio
señorita entre quince y cuarenta
si no los aparenta
Las cartas a República Española
hoy avenida Juan Carlos Primero,
con foto que prefiero
de cuerpo entero y sola.
a vuelta de correo irá la mía,
con traje gris y más chulo que un ocho
porque la tengo, como le diría,
más larga que pinocho.
Se acepan feministas sin pancarta,
cursis enamoradas del amor
y pesimistas hartas de estar hartas
de decirme que no.
Igual me da mujer de mala nota
que especialista en Borges y Lacán
si no vienen tocándome con Juan
Salvador las pelotas.
Dispuesto a todo, incluso a defraudarte,
alérgico al deporte y al reloj
con un precoz talento para el arte
de la eyaculación
Las cartas a calle melancolía
hoy travesía Álvarez del manzano
con dos fotografías
del último verano
a vuelta de correo irá la mía
donde, aunque flaco y pálido, destaco
por tenerla más larga todavía
que un lunes sin tabaco.
Anímense monjitas de clausura
absténganse fanáticas y abstemias,
la pasión con controles de alcoholemia
no me la pone dura
Podrán buscarse amantes de ocasión,
cuando la decadencia lo aconseje
que traigan referencias y se dejen
ganar al dominó
A las interesadas aseguro
máxima indiscreción, ninguna prisa,
buena conversación, besos con risas,
y noches sin futuro
Cartas al bulevar del malvivir,
antes llamado de los sueños rotos,
adjunte un par de foros,
de frente y de perfil,
a vuelta de correo irá la mía,
en pose de poeta parnasiano,
ufano de tenerla todavía,
más larga que Cyrano.
CORO DE BUROCRACIA (JORGE GUILLÉN)
La ley levanta
Frente al oficial cacumen
La sacrosanta
Letra que todos consumen.
No se interprete la Letra.
Su cuerpo mismo es sagrado.
Si una mente la penetra,
Se nos desploma el Estado.
Requisitos y papeles
Eso es lo bueno,
Con sus colas de peleles,
Pies en el cieno.
Cuando un jefe toca un timbre,
Algo nuevo se enmaraña.
Nadie rehúya la urdimbre
De nuestra araña si maña.
Vale candor
Si alguna vez estremece
-¡Señor, Señor!
-Que pase el número trece.
LOS BURÓCRATAS DEL AMOR (BABASÓNICOS)
Algunas cosas en la vida
hay que pagarlas
el amor no todavía
si el amor fuera una droga
acabaría,alcanzaría para todos.
Cuanto vale un rato mas
a tu lado,media hora
cuanto vale ese rato
te doy todo hasta un día que me queda por vivir.
Algunas cosas en la vida
hay que pagarlas
el aire no todavía
si esta canción fuera narcótica
no acabaría seria la música de todos.
Cuanto vale un rato mas
a tu lado,media hora
cuanto vale ese rato
te doy todo hasta un día que me queda por vivir.
Uno de los dos tiene que hacer de ama de casa
es que como algo es gratis algo no
uno de los dos tiene que hacer de ama de casa
esto es gratis y eso no.
Cuanto vale un rato mas
a tu lado, media hora
cuanto vale ese rato
te doy todo hasta un día que me quede por vivir.
UN ASUNTO LABORAL (TONY ÁVILA)
SÓLO LETRA
Por un asunto laboral,
en el lugar me personé,
acabadito de bañar,
y perfumado hasta los pies.
Con el carnet de identidad,
cuatro fotos que me tiré,
con mi expediente laboral,
y hasta el aval del comité.
Pensé qué me podrá faltar,
si la cuestión era sencilla.
(…)
Y me mandaron pa'l comité militar,
los militares me mandaron pa' salud,
de salud me mandaron para educación,
de allí para la CTC municipal,
del sindicato para el registro civil,
y del registro no paré hasta la ONAT,
la ONAT me dijo llégate a la juventud,
la juventud me peloteó pa'l tribunal,
del tribunal para servicios comunales,
de comunales para el Poder Popular,
y allá a buscar los antecedentes penales,
y de penales,
y de penales,
y de penales,
para el circo nacional
EL ÁRBOL YA FUE PLANTADO (ELENA SIRO - DAMIÁN SÁNCHEZ)
LOS TROVADORES
El árbol ya fue plantado
Si subes para Asunción
pregunta al señor Virrey
si puedo plantar un árbol
para mirarlo crecer.
En el Río de la Plata
quiero plantar un laurel.
Por el río que bajaba
la carabela se fue
por debajo de los pájaros
y por encima del pez.
'El Virrey no da permiso
para plantar el laurel'.
El árbol ya fue plantado
sin permiso del Virrey
estuvo lleno de pájaros
y se hizo grande el laurel
estuvo esperando un año
pero se pasaron diez
Usted me pidió permiso
y yo le pedí al Virrey
el Virrey escribió a España
para preguntarle al Rey
el Rey preguntó a la Reina
si plantaban el laurel.
El laurel volaba pájaros
laurel laure laure le
sin el permiso de España
laurel laure laure le.
'¡Que se tire abajo el árbol
si crece a espaldas del rey!'
.Con el árbol en las manos
estoy cantándole a usted
sin el permiso de España
con guitarra de laurel
todo el Río de la plata
canta laure laure le.
ARIA DEL SALÓN BLANCO (MARÍA ELENA WALSH)
SÓLO LETRA
El señor Jorge Garrido,
escribano de gobierno,
bajo el busto de la Patria
vio pasar más de un invierno.
Vio mandar más de uno al cuerno.
El filósofo escribano
piensa que los juramentos
como a las hojas de otoño
siempre se los lleva el viento.
O quizás un regimiento.
Bombas y comunicados
no le alteran nunca el gesto.
Él inscribe en la historia
al funesto y al depuesto.
Y al que ponen de repuesto.
Él está firme en su puesto
ante páginas tachadas,
y en el fondo de su almita
piensa que no somos nada.
Que uno se hunde y otro, nada.
Al señor Jorge Garrido
no lo asustan los cañones.
Él anota, firma y tacha
pero nadie lo depone.
Nuestras felicitaciones.
AL DIVINO BOTÓN (MARÍA ELENA WALSH)
Esta canción, con perdón,
quiere ser una canción
que no sirva para nada.
No persigue el ideal
de ganar un festival
y no tiene intención
de hacer la revolución.
Quiere ser nada más que una canción
al divino botón.
Esta canción es, tal vez,
una cáscara de nuez,
un borrón de mala muerte
como la del señor
que mataron por error
o la de esa mujer
que mataron sin querer,
que mataron en más de una ocasión
al divino botón.
Esta canción, menos mal,
pronto llegará al final
como una bala perdida.
Corransé, por favor,
la señora y el señor,
no se dejen matar,
les previene un militar,
porque así pierde imagen la Nación
al divino botón.
Esta canción, por temor,
ni siquiera es una flor
para aquellos que un mal día
no se mueren de amor
ni en el campo del honor,
los fusila el azar
cuando van a trabajar.
Para qué, para quién, por qué razón:
al divino botón.
LOS SALIERI (JORGE GARCÍA)
Todavía está Salieri suelto por ahí
a la caza de algo que lo agreda,
el mil ochocientos veinticinco no es su fin,
es solo una fecha no alma quieta.
Su reencarnación ha sido tan usual
que su forma nunca ha estado muerta,
su filosofía de premeditar
es como epidemia por receta.
Está en la hipocresía,
en la censura,
en la evasión,
en todo poderoso que se inquieta
cuando teme perder.
Todavía está Salieri suelto por ahí
alabando cualquier etiqueta,
ojalá el año que viene sea ya su fin,
duele tanto el golpe de su espuela.
Se afila las uñas cuando va a atacar
y desgarra lunas indefensas,
a su presa muestra una sonrisa fiel
y en su sombra gris esconde muecas.
Está en la servidumbre,
en la avaricia,
en la traición,
en el burocratismo,
en la tibieza,
en la corta visión.
Todavía está Salieri suelto por ahí
ideando alguna encrucijada.
Y voy a dejar de hacer esta nueva canción
porque puede ser que esté Salieri
muy cerca de aquí.
MI VECINO DE ARRIBA (JOAQUÍN SABINA)
Mi vecino de arriba
es un fulano de tal.
Es un señor muy calvo,
muy serio y muy formal
que va a misa el domingo
y fiestas de guardar
que es una unidad de destino
en lo universal,
que busca en esta vida
respetabilidad,
que predica a sus hijos
responsabilidad.
y llama libertinaje
a la libertad.
Ha conseguido todo
menos felicidad.
Mi vecino de arriba
hizo la guerra y no
va a consentir que opine
a quien no la ganó.
Mi vecino es un recto
caballero español,
que siempre habla ex cátedra
y siempre sin razón.
Mi vecino de arriba
es el lobo feroz,
que va el domingo al fútbol
y ve televisión,
que engorda veinte kilos
si le llaman señor,
que pinta en las paredes:
"rojos al paredón".
Al vecino de arriba
le revienta que yo
deje crecer mi barba
y cante mi canción.
Mi vecino de arriba
es más hombre que yo,
dice que soy un golfo
y que soy maricón.
Mi vecino de arriba
se lo pasa fatal
y que yo me divierta
no puede soportar,
cuando me mira siente
ganas de vomitar;
si yo fuera su hijo
me pondría a cavar.
Mi vecino de arriba
en la barra del bar,
cuando se habla de sexo
dice que es Superman,
es una pena que su mujer
no opine igual.
De sexo, las mujeres
no debían de opinar.
Mi vecino de arriba
un día me pescó
magreando a su hija
dentro del ascensor.
Del trabajo volvía
cuando reconoció
la voz que me decía:
"quítate el pantalón".
Aún estoy corriendo,
no quiero ni pensar
lo que habría sucedido
si me llega a alcanzar.
Como hay niños delante
no les puedo contar
lo que con su cuchillo
me quería cortar.
Me he cambiado de casa,
de nacionalidad,
pero, a pesar de todo,
todo ha seguido igual;
los vecinos de arriba
inundan la ciudad,
si tu vives abajo,
no te dejan en paz
EL POEMA BUROCRÁTICO (NACHO CAMINO)
A Fray Josepho, cantor satírico
A usted, Interventor de la aporía,
Feliz Gobernador de voluntades,
sabiendo de antemano que no puedo
soñar ni merecer benevolencia,
expóngole los hechos como sigue:
Perdida mi tarjeta identitaria
(en raras circunstancias que le ahorro)
me encuentro innumerado y como ausente
de todos los registros oficiales.
En fin, que, por descuido o por ensalmo,
mi nombre se ha borrado de la historia
(la cual que, por muy mínima que sea,
es mía y no carece de aventura).
Llegado a la debida ventanilla,
apenas apuntado un aspaviento
de muda turbación, casi zozobra,
me dice una muchacha berroqueña
(su roca es la certeza indestructible
que observa en cuanta cláusula profiere)
que no es que no figure, es que no existo,
ni nunca que he existido, ni es posible
que exista en el futuro.
Un virus informático es culpable
(ya sabe que el silicio es delicado,
y suele empapuzarse con nonadas)
de habérseme esfumado la existencia.
Y ahora que soy nada y cuanto tengo
son leves capitales de fantasma,
me hallo de tal forma que no hallo
la huella de mi paso por el mundo.
Que quien desaparece,
por lo visto,
es un aparecido.
Tiene gracia.
No acaba aquí la cosa, porque, ¿sabe?,
mi espíritu es sensible y se resiente
de ver que alrededor todo se torna
sombrío trampantojo.
Lea y juzgue:
Descubro en mis amigos desengaño,
pues, siendo como soy una entelequia,
sospechan que sus ojos les traicionan
y toman este cuerpo por hechizo
(son fieles camaradas, pero entienda
que quieran divertirse, en lo posible,
con seres de este lado de la orilla:
humanos de papel y carne y hueso).
Mi novia, que es de suyo delicada,
me dice y me maldice que no siente
lo mismo que sentía en el pasado
(no puede soportar que haya fingido
la impropia brevedad de mis caricias;
que sea un impostor de soledades,
capaz de simular el estar vivo).
Y ya me ha amenazado con marcharse
de casa, más por miedo que por rabia,
medrosa ante la extraña maravilla
de ver que me evaporo por las noches.
Así que mis jornadas se parecen
al sueño de un artífice bromista:
tan largas como sombra de sudario,
tan cortas como Láquesis resuelva.
Bien sé que prevarica si exceptúa,
volviendo a hacer de mí lo que ya era.
Que grande es el favor que me prodiga
si accede a consentirme este capricho
de ser por la manía de servirle
a usted y a cuantos velan por nosotros
(espíritus en regla que se azoran
y pierden, como niños, los papeles)
mas vea que es sincera pesadumbre
la puesta por escrito en esta carta,
plegaria, contrición – si no poema -
que quiero dedicarle, con afecto,
a usted, sea quien sea,
Feliz Interventor de voluntades
Feroz Gobernador de la aporía.
SUELDO (MARIO BENEDETTI)
INTERPRETADO POR NACHA GUEVARA
JUNTO CON LA BALADA DEL EMPLEADO NUEVO
Aquella esperanza que cabía en un dedal,
Aquella alta vereda junto al barro,
aquel ir y venir del sueño,
aquel horóscopo de un larguísimo viaje
y el largísimo viaje con adioses y gente
y países de nieve y corazones
donde cada kilómetro es un cielo distinto,
aquella confianza desde no sé cuándo,
aquel juramento hasta no sé dónde
aquella cruzada hacia no sé qué,
ese aquel que uno hubiera podido ser
con otro ritmo y alguna lotería,
en fin, para decirlo de una vez por todas,
aquella esperanza que cabía en un dedal
evidentemente no cabe en este sobre
con sucios papeles de tantas manos sucias
que me pagan, es lógico, en cada veintinueve
por tener los libros rubricados al día
y dejar que la vida transcurra,
gotee simplemente
como un aceite rancio.
LA BALADA DEL EMPLEADO NUEVO (MARIO BENEDETTI)
Viene contento el nuevo,
la sonrisa juntándole los labios.
El lápiz "Faber" virgen y agresivo.
El duro traje azul de los domingos.
Decente. Un muchachito.
Cada vez que se sienta piensa en las rodilleras.
Murmura "Sí, señor".
Se olvida de sí mismo.
Agacha la cabeza.
Escribe sin borrones.
Escribe hasta las siete menos cinco.
Sólo entonces suspira
Y es un lindo suspiro
de modorra feliz,
de cansancio tranquilo.
Claro, uno ya lo sabe,
se agacha demasiado.
Dentro de veinte años,
quizá de veinticinco,
no podrá enderezarse
ni será el mismo.
Tendrá unos pantalones mugrientos y cilíndricos.
Y un dolor en la espalda, siempre en su sitio.
No dirá "Sí señor".
Dirá "Viejo podrido".
Rezará palabrotas despacito
y dos veces al año pensará convencido,
sin creer su nostalgia ni culpar al destino,
que todo, todo, ha sido demasiado sencillo.
SIN DOCUMENTOS (LOS RODRÍGUEZ)
que lo haré por el tiempo que tuvimos...
Porque no queda salida, porque pareces dormida,
porque buscando tu sonrisa estaría toda mi vida.
Quiero ser el único que te muerda en la boca.
Quiero saber que la vida contigo no va a terminar.
Déjame que te cierre esta noche los ojos,
y mañana vendré con un cigarro a la cama.
Porque no tengo más intenciones que seguir
bebiendo de esta copa que no está tan rota.
Quiero ser el único que te muerda en la boca.
Quiero saber que la vida contigo no va a terminar.
Porque sí, porque sí, porque sí!
Porque en esta vida
no quiero pasar más de un día entero sin tí.
Porque sí, porque sí, porque sí!
Porque mientras espero
por tí me muero y no quiero seguir así.
Déjame atravesar el viento sin documentos,
que lo haré por el tiempo que tuvimos...
Porque no queda salida, porque pareces dormida,
porque buscando tu sonrisa estaría toda mi vida.
Quiero ser el único que te muerda en la boca.
Quiero saber que la vida contigo no va a terminar.
Porque sí, porque sí, porque sí!
Porque en esta vida
no quiero pasar más de un día entero sin tí.
Porque sí, porque sí, porque sí!
Porque mientras espero
por tí me muero y no quiero seguir así.
Quiero ser el único que te muerda en la boca.
Quiero saber que la vida contigo no va a terminar...
Porque sí (porque sí)
Porque en esta vida
no quiero pasar más de un día entero sin tí.
Porque sí (porque sí)
Porque mientras espero
por tí me muero y no quiero seguir así.
REPÚBLICA DE AUTÓMATAS - GEORGE GROSZ
EL GABINETE ANTROPOMÓRFICO - EUGENIO SALVADOR DALÍ
EL GABINETE ANTROPOMÓRFICO - EUGENIO SALVADOR DALÍ
EL GABINETE ANTROPOMÓRFICO (escultura en bronce) - EUGENIO SALVADOR DALÍ
LA MUERTE DE UN BURÓCRATA- ALEJANDRO ULLOA GARCÍA
LOS BURÓCRATAS DE LA MEDICINA - JOSÉ PÉREZ
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