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5.1.15

BARCOS















EL BARCO EBRIO (ARTHUR RIMBAUD)

Según iba bajando por Ríos impasibles,

me sentí abandonado por los hombres que sirgan: 

Pieles Rojas gritones les habían flechado, 

tras clavarlos desnudos a postes de colores.



Iba, sin preocuparme de carga y de equipaje, 

con mi trigo de Flandes y mi algodón inglés. 

Cuando al morir mis guías, se acabó el alboroto: 

los Ríos me han llevado, libre, adonde quería.

En el vaivén ruidoso de la marea airada,
el invierno pasado, sordo, como los niños, 
corrí. Y las Penínsulas, al largar sus amarras, 
no conocieron nunca zafarrancho mayor.

La galerna bendijo mi despertar marino,
más ligero que un corcho por las olas bailé
––olas que, eternas, rolan los cuerpos de sus víctimas––
¬diez noches, olvidando el faro y su ojo estúpido.

Agua verde más dulce que las manzanas ácidas 
en la boca de un niño mi casco ha penetrado, 
y rodales azules de vino y vomitonas 
me lavó, trastocando el ancla y el timón.

Desde entonces me baño inmerso en el Poema 
del Mar, infusión de astros y vía lactescente, 
sorbiendo el cielo verde, por donde flota a veces, 
pecio arrobado y pálido, un muerto pensativo.

Y donde, de repente, al teñir los azules,
ritmos, delirios lentos, bajo el fulgor del día,
más fuertes que el alcohol, más amplios que las liras, 
fermentan los rubores amargos del amor.

Sé de cielos que estallan en rayos, sé de trombas, 
resacas y corrientes; sé de noches... del Alba 
exaltada como una bandada de palomas.
¡Y, a veces, yo sí he visto lo que alguien creyó ver! 

He visto el sol poniente, tinto de horrores místicos, 
alumbrando con lentos cuajarones violetas, 
que recuerdan a actores de dramas muy antiguos, 
las olas, que a lo lejos, despliegan sus latidos.

Soñé la noche verde de nieves deslumbradas, 
beso que asciende, lento, a los ojos del mar, 
el circular de savias inauditas, y azul 
y glauco, el despertar de fósforos canoros.

Seguí durante meses, semejante al rebaño 
histérico, la ola que asalta el farallón,
sin pensar que la luz del pie de las Marías 
pueda embridar el morro de asmáticos Océanos.

¡He chocado, creedme, con Floridas de fábula, 
donde ojos de pantera con piel de hombre desposan 
las flores! ¡Y arcos iris, tendidos como riendas 
para glaucos rebaños, bajo el confín marino!

¡He visto fermentar marjales imponentes, 
nasas donde se pudre, en juncos, Leviatán! 
¡Derrubios de las olas, en medio de bonanzas, 
horizontes que se hunden, como las cataratas.
¡Hielos, soles de plata, aguas de nácar, cielos
de brasa! Hórridos pecios engolfados en simas, 
donde enormes serpientes comidas por las chinches 
caen, desde los árboles corvos de negro aroma!

Quisiera haber mostrado a los niños doradas
de agua azul, esos peces de oro, peces que cantan. 
––Espumas como flores mecieron mis derivas 
y vientos inefables me alaron , al pasar.

A veces, mártir laso de polos y de zonas,
el mar, cuyo sollozo suavizaba el vaivén,
me ofrecía sus flores de umbría, gualdas bocas, 
y yacía, de hinojos, igual que una mujer.

Isla que balancea en sus orillas gritos
y cagadas de pájaros chillones de ojos rubios
bogaba, mientras por mis frágiles amarras 
bajaban, regolfando, ahogados a dormir.

Y yo, barco perdido bajo cabellos de abras,
lanzado por la tromba en el éter sin pájaros,
yo, a quien los guardacostas o las naves del Hansa 
no le hubieran salvado el casco ebrio de agua,

libre, humeante, herido por brumas violetas,
yo, que horadaba el cielo rojizo, como un muro 
del que brotan ––jalea exquisita que gusta
al gran poeta–– líquenes de sol, mocos de azur,

que corría estampado de lúnulas eléctricas, 
tabla loca escoltada por hipocampos negros, 
cuando julio derrumba en ardientes embudos, 
a grandes latigazos, cielos ultramarinos,

que temblaba, al oír, gimiendo en lejanía,
bramar los Behemots y, los densos Malstrones, 
eterno tejedor de quietudes azules, 
yo, añoraba la Europa de las viejas murallas 

¡He visto archipiélagos siderales, con islas
cuyo cielo en delirio se abre para el que boga:
––i.Son las noches sin fondo, donde exiliado duermes, 
millón de aves de oro, ¡oh futuro Vigor!? .

¡En fin, mucho he llorado! El Alba es lastimosa. 
Toda luna es atroz y todo sol amargo: 
áspero, el amor me hinchó de calmas ebrias.
¡Que mi quilla reviente! ¡Que me pierda en el mar!

Si deseo alguna agua de Europa, está en la charca 
negra y fría, en la que en tardes perfumadas, 
un niño, acurrucado en sus tristezas, suelta 
un barco leve cual mariposa de mayo.

Ya no puedo, ¡oleada!, inmerso en tus molicies, 
usurparle su estela al barco algodonero, 
ni traspasar la gloria de banderas y flámulas 
ni nadar, ante el ojo horrible del pontón.

CORAZÓN DE BARCO (JUAN CARLOS BAGLIETTO)
Tengo el corazón en dos mitades
que apenas puede sostenerse 
la derecha tira al viento 
y la izquierda tira redes. 

Y al abrir los ojos de mañana
cuando comprendo donde estoy 
creo que el mundo cabe en mi cama 
pero me creo lo que no soy. 
Corazón de barco
furia reprimida 
marea alta con las velas cortas 
si lo que importa no es esta vida. 
Corazón  de barco 
todo lo abandonas 
será tu origen de bosques lejanos 
eso de andar buscando lo imposible. 
La abulia de los domingos 
clava su arenal en mi 
estoy desnudo lo recuerdo 
el astillero donde nací'. 
Y me hago daño creyendo 
que alguien vendrá desde la orilla 
me creo libre, pero dependo 
que ella se suba a sus costillas. 

Corazón de barco ...

EL BARCO (PABLO NERUDA)
Pero si ya pagamos nuestros pasajes en este mundo

por qué, por qué no nos dejan sentarnos y comer?

Queremos mirar las nubes,

queremos tomar el sol y oler la sal,

francamente no se trata de molestar a nadie,

es tan sencillo: somos pasajeros.



Todos vamos pasando y el tiempo con nosotros:

pasa el mar, se despide la rosa,
pasa la tierra por la sombra y por la luz,
y ustedes y nosotros pasamos, pasajeros.

Entonces qué les pasa?
Por qué andan tan furiosos?
A quién andan buscando con revólver?

Nosotros no sabíamos
que todo lo tenían ocupado,
las copas, los asientos,
las camas, los espejos,
el mar, el vino, el cielo.

Ahora resulta
que no tenemos mesa.
No puede ser, pensamos.
No pueden convencernos.
Estaba oscuro cuando llegamos al barco.
Estábamos desnudos.
Todos llegábamos del mismo sitio,
Todos veníamos de mujer y de hombre.
Todos tuvimos hambre y pronto dientes.
A todos nos crecieron las manos y los ojos
para trabajar y desear lo que existe.

Y ahora nos salen con que no podemos,
que no hay sitio en el barco,
no quieren saludarnos,
no quieren jugar con nosotros.

Por qué tantas ventajas para ustedes?
Quién les dio la cuchara cuando no habían nacido?

Aquí no están contentos,
así no andan las cosas.

No me gusta en el viaje
hallar, en los rincones, la tristeza,
los ojos sin amor o la boca con hambre.

No hay ropa para este creciente otoño
y menos, menos para el próximo invierno.
Y sin zapatos cómo vamos a dar la vuelta
al mundo, a tanta piedra en los caminos?

Sin mesa dónde vamos a comer,
dónde nos sentaremos si no tenemos silla?
Si es una broma triste, decídanse, señores,
a terminarla pronto,
a hablar en serio ahora.

Después el mar es duro.

Y llueve sangre.

EL BARCO (VICENTICO)
Parte un barco cargado
de miles de excusas
parten mentiras y trampas
que no tienen fin
y el puerto oscuro en la noche
despide la nave que tiene un solo destino
que es cruzar el río
y llegar hasta vos
Cuántas canciones cantaba cuando te tenía
Cuántas palabras exactas decía, mi amor
y ahora que miro en el muelle
la orilla vecina donde estás para siempre
de mí separada
por un río de amor
Voy a mentirte de veras
y a verte engañada
voy a usar todas mis trampas
para verte sufrir
va mi venganza cruzando
la noche en el río
para que cuando amanezca
recibas la carga y sufras por fin
Cuántas canciones cantaba cuando te tenía
Cuántas palabras exactas decía, mi amor
y ahora que miro en el muelle
la orilla vecina donde estás para siempre
de mí separada
por un río de amor
donde estás para siempre
de mí separada
por un río de amor.






CANCIÓN DEL PIRATA (JOSÉ DE ESPRONCEDA)


Con diez cañones por banda,

viento en popa a toda vela,

no corta el mar, sino vuela

un velero bergantín:

bajel pirata que llaman

por su bravura el Temido,

en todo el mar conocido

del uno al otro confín.


La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa
y allá a su frente Estambul.

Navega velero mío,
sin temor,
que ni el enemigo navío,
no tormenta ni bonanza,
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley la fuerza del viento,
mi única patria la mar.

Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra:
que yo tengo aquí por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.

Que es mi barco mi tesoro...
A la voz de '¡barco viene!'
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar:
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas
yo divido
lo cogido
por igual:
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.

Que es mi barco mi tesoro...
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río:
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá en su propio navío.

Y si caigo, 
¿qué es la vida? 
Por perdida
ya la di
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí. 

Que es mi barco mi tesoro... 
Son mi música mejor 
aquilones; 
el estrépito y temblor 
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado.
Arrullado
por el mar.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley la fuerza del viento,
mi única patria la mar.

BARCO A LA DERIVA (FRANCO DE VITA)
Me dicen que estoy loco, que ya no razono 
que últimamente ni como. 
Noche y día pensando lo mismo, 
estoy al borde del abismo. 

Que no me quedo quieto en un solo lugar. 
Me agobia la soledad. 
No consigo quedarme tranquilo. 
Esto es casi un exorcismo. 

Soy como un barco a la deriva, 
un pez afuera de la pecera, 
un árbol seco sin primavera. 
Yo sin ti estoy hecho una pena. 
Soy como un auto sin combustible, 
una guitarra desafinada. 
Soy un soldado sin bandera. 
Yo sin ti estoy hecho una pena. 

Me dicen que no hay mal que dure cien años 
ni cuerpo que lo resista. 
Por favor, sólo dame una pista, 
dime si aún estoy en tu lista. 

No consigo ordenar mis ideas 
de lo que pasa allá afuera. 
Son ya días que no salgo a la calle 
es que no falta ni un detalle. 

Soy como un barco a la deriva, 
un pez afuera de la pecera, 
un árbol seco sin primavera. 
Yo sin ti estoy hecho una pena. 
Soy como un auto sin combustible, 
una guitarra desafinada. 
Soy un soldado sin bandera. 
Yo sin ti estoy hecho una pena. 

Es que sin ti siento que no existo 
ando, respiro, no sé como vivo sin ti. 
Oh sin ti. 

Soy como un barco a la deriva, 
un pez afuera de la pecera, 
un árbol seco sin primavera. 
Yo sin ti estoy hecho una pena. 
Soy como un auto sin combustible, 
una guitarra desafinada. 
Soy un soldado ya sin bandera. 
Yo sin ti estoy hecho una pena..

DEL BARCO QUE YO TUVIERA (RAFAEL ALBERTI)





Del barco que yo tuviera,

serías la costurera.



Las jarcias, de seda fina;

de fina holanda, la vela.

—¿Y el hilo, marinerito?

—Un cabello de tus trenzas.

BARCO A LA DERIVA (MARC ANTHONY)
Si es como dices qué haces aquí 
Envenenando este mes de abril 
Con ese cuerpo de alambre que 
No es sombra ni de lo que fue

Si lo has dejado qué haces aquí 
Como una rosa rota en la basura 
Porqué me miras asé 
A quién le quieres mentir 
Tienes los ojos llenos de agonía 

Te daré cobijo 
Te daré calor 
Por ti, mi pajarillo herido
Pintaré de rosa la melancolía 
Por favor no digas que estés bien 

Coro:

Barco a la deriva que
Se hunde un poco cada día
Barco a la deriva que
No quiere ver el faro, no

Barco a la deriva que
Se hunde un poco cada día
Barco a la deriva que
No puede ver el faro que le guía 

Oh!

Si en plena lava bajo el volcán
Siguen brotando
Las más bellas flores
Porque no puedes cortar
Los hilos del espiral
Que van metiéndote
Vidrio en las venas

No, ya no te voy abandonar
Saldrás de aquí mi cervatillo herido
No podré dormir 
Mientras estés hundida
Por favor no digas que estés bien

(Repite Coro)

No tengas miedo nunca más
Sabes que no te voy abandonar
No tengas miedo nunca más
Ay, muchachita no llores más
Sabes que no te voy abandonar

No tengas miedo nunca más
Sabes que no te voy abandonar
No tengas miedo nunca más
No tengas miedo
Té sabes cuanto te quiero

No tengas miedo nunca más, tu ves
Sabes que no te voy abandonar

Yomo!

Ehhhhhh, WOW

Yo no te voy
Yo no te voy
Yo no te voy a abandonar
Y no te voy

Sabes que en buenas y malas
Voy estar aquí por tí
Llegó la hora de decidir

Yo no te voy
Yo no te voy
Yo no te voy a abandonar
y no te voy

Ay, si te quedas, si te vas
Ay, nena, nena
Dime dónde estés, té ves
Que necesito saber
Qué es lo que vamos hacer
Ven, ven

Ehhhhhhhh, eh

UN SON PARA NIÑOS ANTILLANOS (NICOLÁS GUILLÉN)
CANTADO POR ANA BELÉN
Por el Mar de las Antillas
anda un barco de papel:
anda y anda el barco barco,
sin timonel.
De La Habana a Portobelo,
de Jamaica a Trinidad,
anda y anda el barco barco,
sin capitán.
Una negra va en la popa,
va en la proa un español:
anda y anda el barco barco,
con ellos dos.
Pasan islas, islas, islas,
muchas islas, siempre más:
anda y anda el barco barco,
sin descansar.
Un cañón de chocolate
contra el barco disparó,
y un cañón de azúcar, zúcar,
le contestó.
¡Ay, mi barco marinero,
con su casco de papel!
¡Ay, mi barco negro y blanco
sin timonel!
Allá va la negra negra,
junto junto al español;
anda y anda el barco barco,
con ellos dos.

BARCOS (ANDRÉS CALAMARO CON DIEGO EL CIGALA)
Me da la impresión que cada vez que nos vemos somos dos barcos
que se cruzan en el mar
uno viene y otro va
o todo lo contrario
Escapemos entonces y vivamos sin horarios
sin leer el diario
Decía, hace tiempo me vuelve a la mente una imagen a veces
despierto
se ve que es algo importante... se ve que es algo:
(sueño que somos un barco de esclavos)
"Veo un barco... por adentro... gente apretada... gente
con miedo... en un barco de esclavos... en un barco de esclavos"
Dos barcos que se cruzan en el mar y en el puerto final...
y en el puerto final.
Somos como una familia
no comemos los domingo ni ningún día
A veces eso no cuenta
somos como primos primeros
Nos vemos, nos pertenecemos
somos extraños pero hermanos (pero hermanos)
La nuestra, la amistad de los barcos
se compromete o se oxida con los años
un poco como barcos extraños:
Dos días en el puerto y el mar adentro (abierto)
En el desierto nuestro tablero es el mar entero
Pero nos viene de lejos mientras nos hacemos viejos
Dos barcos que se cruzan en el mar y en el puerto final
(y en el puerto final)
Dos barcos que se juntan en el mar o en el puerto final,
o en el puerto final.

ESE BARCO VELERO (ISABEL PANTOJA)
Ese barco velero cargado de sueños, 
Cruzo la bahía 
Me dejo aquella tarde agitando el pañuelo 
Sentada en la orilla 

Marinero de luces, con alma de fuego y espalda morena 
Se quedo tu velero perdido en los mares 
Varado en la arena. 

Olvidaste que yo gaviota de luna 
Te estaba esperando, 
Y te fuiste meciendo en olas de plata. 
Cantando y cantando 
Te embriagó aquella tarde 
El aroma del mar. 

Olvidaste que yo golondrina del aire, te estaba esperando, 
te llevaste contigo mis últimos besos, mis últimos años, 
te embriagó aquella tarde el olor de azahar. 

Ese barco velero cargado de sueños, 
Cruzo la bahía 
Me dejo tu mirada de fuego encendido clavada en la luna 
Marinero de luces de sol y de sombra, de mar y de olivo 
Se quedo tu silencio de rojo y arena 
Clavado en el mío. 

Olvidaste que yo gaviota de luna 
Te estaba esperando, 
Y te fuiste meciendo en olas de plata. 
Cantando y cantando 
Te embriagó aquella tarde 
El aroma del mar. 

Olvidaste que yo golondrina del aire, te estaba esperando, 
te llevaste contigo mis últimos besos, mis últimos años, 
te embriagó aquella tarde el olor de azahar. 

Ese barco velero cargado de sueños, 
Cruzo la bahía.
VAPORCITO (CÉSAR VALLEJO)

Vengo a verte pasar todos los días,
vaporcito encantado siempre lejos...
Tus ojos son dos rubios capitanes;
tu labio es un brevísimo pañuelo
rojo que ondea en un adiós de sangre!

Vengo a verte pasar; hasta que un día,
embriagada de tiempo y de crueldad,
vaporcito encantado siempre lejos,
la estrella de la tarde partirá!

Las jarcias; vientos que traicionan; vientos
de mujer que pasó!
Tus fríos capitanes darán orden;
y quien habrá partido seré yo...


EL CAPITÁN Y LA SIRENA (RUBÉN BLADES)
Una vez, un barco en plena altamar
Se hundió en una fiera tormenta.
Una bella sirena salvó al Capitán
Y lo devolvió hasta la arena.
Y el Capitán de ella se enamoró,
Y aunque también lo amó La Sirena,
Venían de mundos distintos los dos,
Y su amor les sería una condena.
Qué hacer? Qué hacer cuando el amor nos da pena?
Qué hacer? Qué hacer?
Busca tu estrella, sigue tu estrella,
Busca una estrella, sigue tu estrella!

Los amantes trataron de usar la razón
Para así resolver su dilema,
Y por más que entregaron todo el corazón,
No se pudo arreglar su problema.
- "Yo no sé respirar en la tierra, mi amor" -
Con dolor le decía La Sirena
- "Yo no sé respirar bajo el agua del mar" -
Contestaba el marino, con pena.
Qué hacer? Qué hacer, cuando el amor nos condena?
Y cuando caminen por esa "Calle de Amargura",
Busquen su estrella, sigan su estrella,
Busquen su estrella, sigan su estrella,
Busquen su estrella, sigan su estrella.
EL HOMBRE BARCO - EUGENIO SALVADOR DALÍ
ATARDECER EN EL BARCO - LEONID AFREMOV
BARCO CON FIGURAS MAR Y UN BARCO - VINCENT VAN GOGH
BARCOS PESQUEROS EN LA PLAYA DE SAINTES-MARIES - VINCENT VAN GOGH












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