CASA CON HUERTO (CONSTANTINO KAVAFIS)
Quisiera tener una casa. de campo con un jardín muy grande -no tanto por las flores, por los árboles, y por el verdor (por cierto que también se hallen: son bellísimos), sino para tener animales. Ah, ¡tener animales! Al menos siete gatos -dos bien negros, y dos albos como nieve, para el contraste. Un serio papagayo, para escucharlo decir cosas con énfasis y convicción. En cuanto a perros, creo que tres me bastarían. Quisiera también dos caballos (buenos son los caballitos). Y sobre todo tres o cuatro de aquellos valiosos, simpáticos, animales, los asnos, que estuvieran echados perezosamente, que menearan alegres sus cabezas. |
CAMPESINA (JOAN MANUEL SERRAT)
A golpes, el badajo
llamó al amanecer,
y a ti, camino abajo,
camino del taller
te busca una sirena.
Ten cuidado, mujer.
Campesina.
Diecisiete años.
Campesina.
Soldador y estaño.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
Soldar hilo con hilo,
y no saber por qué
va el siete con el cinco
y el cuatro con el tres.
De sirena a sirena
están mintiéndote.
Campesina.
Si el viento y los robles,
campesina,
se saben tu nombre.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
Es septiembre, y las uvas
están por madurar.
Aires de fiesta cantan
las prensas y el lagar.
No escuches la sirena
y ve a vendimiar.
Campesina.
Carita empolvada.
Campesina.
De recién casada.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
Tiene añoranza el río
de tu cara y tu sed,
la harina de tus manos
y el mosto de tu pie.
No escuches la sirena
y vuélvete.
Campesina.
Despierta el asombro.
Campesina.
Cantarillo al hombro.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
llamó al amanecer,
y a ti, camino abajo,
camino del taller
te busca una sirena.
Ten cuidado, mujer.
Campesina.
Diecisiete años.
Campesina.
Soldador y estaño.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
Soldar hilo con hilo,
y no saber por qué
va el siete con el cinco
y el cuatro con el tres.
De sirena a sirena
están mintiéndote.
Campesina.
Si el viento y los robles,
campesina,
se saben tu nombre.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
Es septiembre, y las uvas
están por madurar.
Aires de fiesta cantan
las prensas y el lagar.
No escuches la sirena
y ve a vendimiar.
Campesina.
Carita empolvada.
Campesina.
De recién casada.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
Tiene añoranza el río
de tu cara y tu sed,
la harina de tus manos
y el mosto de tu pie.
No escuches la sirena
y vuélvete.
Campesina.
Despierta el asombro.
Campesina.
Cantarillo al hombro.
Campesina.
Campesina.
Campesina.
TREGUA EN EL CAMPO (JUANA DE IBARBOUROU)
Mujer que te has venido con el alma estrujada
Por la ácida y torva vida de la ciudad:
Cúrate en el silencio, ama tu casa aislada,
Bendice este paréntesis, suave, de soledad.
Torna a ser como antes, dulce y despreocupada,
Olvida que conoces cansancio y saciedad.
¡Que bajo tu corteza gris de civilizada,
Surja la campesina que adurmió la ciudad!
¡Con esta primavera tan cálida y soleada,
Mujer, que te avergüence tu taciturnidad!
LOS PUEBLOS DE GESTO ANTIGUO (HAMLET LIMA QUINTANA-TACÚN LASARTE)
MERCEDES SOSA
VERSIÓN CANTORAL
VERSIÓN LOS LAIKAS
Me gustan los pueblos chicos de gesto antiguo
Con gente que da la mano y saluda al sol
Que sabe ganar la vida y ganar la muerte
Allá me voy a vivir
Con gente que planta un árbol y enciende amor.
Me iré por aquel camino que lleva al pueblo
Que crece entre la ternura que da el maíz
Mi iré con la lucha a cuestas y el alma abierta
Allá me voy a vivir
Con toda la fuerza antigua de mi raíz.
La gente estará cantando la vida nueva
Que esta creciendo en los pueblos chicos
Los pueblos de gesto antiguo
Con gente que da la mano.
Me voy a cantar con ellos hasta que el alba
Rocíe el campo de aroma puro.
Sencillo como la lluvia
Profundo como la paz.
Los pueblos de gesto antiguo se dan la mano
Los pueblos se dan la mano para
Vencer
Los pueblos que van creciendo como los vientos
Allá me voy a vivir
En ese pueblo tan chico que va a nacer.
La gente estará cantando la vida nueva
Que esta creciendo en los pueblos chicos
Los pueblos de gesto antiguo
Con gente que da la mano.
Me voy a cantar con ellos hasta que el alba
Rocíe el campo de aroma puro
Sencillo como la lluvia
Profundo como la paz.
Me iré por aquel camino que lleva al pueblo
Que crece entre la ternura que da el maíz
Mi iré con la lucha a cuestas y el alma abierta
Allá me voy a vivir
Con toda la fuerza antigua de mi raíz.
Me gustan los pueblos chicos de gesto antiguo
Con gente que da la mano y saluda al sol...
Con gente que da la mano y saluda al sol
Que sabe ganar la vida y ganar la muerte
Allá me voy a vivir
Con gente que planta un árbol y enciende amor.
Me iré por aquel camino que lleva al pueblo
Que crece entre la ternura que da el maíz
Mi iré con la lucha a cuestas y el alma abierta
Allá me voy a vivir
Con toda la fuerza antigua de mi raíz.
La gente estará cantando la vida nueva
Que esta creciendo en los pueblos chicos
Los pueblos de gesto antiguo
Con gente que da la mano.
Me voy a cantar con ellos hasta que el alba
Rocíe el campo de aroma puro.
Sencillo como la lluvia
Profundo como la paz.
Los pueblos de gesto antiguo se dan la mano
Los pueblos se dan la mano para
Vencer
Los pueblos que van creciendo como los vientos
Allá me voy a vivir
En ese pueblo tan chico que va a nacer.
La gente estará cantando la vida nueva
Que esta creciendo en los pueblos chicos
Los pueblos de gesto antiguo
Con gente que da la mano.
Me voy a cantar con ellos hasta que el alba
Rocíe el campo de aroma puro
Sencillo como la lluvia
Profundo como la paz.
Me iré por aquel camino que lleva al pueblo
Que crece entre la ternura que da el maíz
Mi iré con la lucha a cuestas y el alma abierta
Allá me voy a vivir
Con toda la fuerza antigua de mi raíz.
Me gustan los pueblos chicos de gesto antiguo
Con gente que da la mano y saluda al sol...
LA MISA DE LAS FLORES (MANUEL GUTIÉRREZ NÁJERA)
Que fais-tu là? me dit Virgile
Maître, je mets Pégase au vert.
Víctor Hugo
Boileau se queda en el aula
Y Voltaire en la ciudad.
¡Musa, al campo! ¡Abre la jaula!
¡Señores versos, entrad!
Alce la oda en el bosque
Su deslumbrante oriflama;
Que la sátira se enrosque
Y que brinque el epigrama.
Beba el madrigal coqueto
En los lirios vino blanco,
Y pensativo el soneto
Descanse en rústico banco.
Tenue, frígido remusgo
Entre los alcores sopla.
¡Cuántas perlas en el musgo
Hay para tu cuello, copla!
Despierta, perezosilla,
Despierta, que viene el alba…
Para hacerte una sombrilla
Cortó Robín esta malva.
Deja tu alcoba: el jazmín
No en blando reposo olvides,
Que te aguarda tu escarpín,
Tu pequeño nomeolvides.
La persiana de cristal
Que anoche tejió la escarcha
En tu cámara nupcial,
Rompe de un soplo ¡y en marcha!
Ya no triste soliloquia
El nocturno ruiseñor,
Y el gorrión madrugador
Llama a misa en la parroquia.
Vamos al templo. Hoy es fiesta.
Tulipán dirá el sermón;
En la misa, gran orquesta;
Y en la tarde, procesión.
Palomas y codornices,
Con hojitas de azahares
Remiendan sobrepellices
Y componen los altares.
Un pobre topo, el más mandria
Y apocado, barre el coro.
¡Hoy va a cantar la calandria,
La calandria de voz de oro!
Será el zenzontle, tenor;
Jilguero, primer violín;
Y maestro director
El arrogante clarín.
La pila de agua bendita
Que está en el rincón umbrío,
Es silvestre margarita
Llena de fresco rocío.
El candelabro mayor
Es una hermosa araucaria,
Y aquel altar, siempre en flor,
Es de santa pasionaria.
Mil cazoletas de almendro
Perfuman el tabernáculo;
Ya viene con mitra y báculo
Monseñor el rododendro.
Van los breves aretillos
Repicando cascabeles,
Y detrás, rojos claveles
Vestidos de monaguillos.
Doble sarta de corales
Parecen: mira al monago
Que marcha entre dos ciriales
Y alza la cruz de Santiago.
Otro, guapo y petimetre
Va con acetre e hisopo,
Y el hisopo de su acetre
Es un pompón de heliotropo.
Del coro bajo en las rejas,
Absortas en sus plegarias,
Se agrupan las trinitarias,
Que tienen caras de viejas.
¿No miras los blancos cirios
De plateadas escamas?
Son encarrujados lirios,
Y de mirto son las llamas.
A la camelia patricia
Ya la azalea pizpireta
Ve la azucena novicia
Con sus ojos de violeta.
En un sitial la dahalia
Como priora se esponja,
Mientras la tórtola monja
Entra de sayo y sandalia.
Abajo, frescas irídeas
Cubren la arena del piso,
Y forman árido friso
En los muros las orquídeas.
¿No oíste parar un coche?
Es del alcalde. ¡Qué gruesa
Va la señora alcaldesa
Con su dondiego de noche!
En cambio ¡qué jubilosas,
Qué frescas y qué elegantes
Están las jóvenes rosas!
¡Qué indevotos sus amantes!
Aquél que de negro viste,
El de las grandes ojeras,
Es un pensamiento triste...
¡Sufre mucho! ¡Si supieras!…
Mas ¡silencio! ¡De rodillas!
Ya el monago de roquete
Girar hace el rehilete
De azulinas campanillas.
Parece el altar brillante
Ascua de plata inflamada.
¡Ya levanta el oficiante
La gardenia inmaculada!
Luego, una ráfaga fría
Súbita baja del coro
Y apaga la luz que ardía
En el gran trébol de oro.
Los rojos mirtos, prendidos
En los cirios, azulean,
Se retuercen, parpadean
Y quédanse al fin dormidos.
Sus pábilos en hilera
Simulan negro rosario;
Por la torcida escalera
Baja el cuervo al santuario.
Frente al sagrario se hinca,
El agudo pico tiende
Y, lámpara azul, se enciende,
Tremulante, la pervinca.
Salgamos: la muda selva
Derrama dulce beleño,
Y esparce la madreselva
Su apacible olor de sueño.
Cierran las flores sus broches
Calla la breve campana:
Flores nuevas, buenas noches;
Musa azul, hasta mañana.
AGUITA DEMORADA (MERCEDES SOSA)
Venite como quieras agüita terca
Te espera mi guitarra y mi tierra seca
Llename de coyuyos y alojas frescas
Abrime la esperanza de una cosecha
Si vos queres que sea nube muy negra
Decimelo chinita y sere mi pena
Chacarera que canto
Mientras la espero
Si se moja mi guitarra
Que mi llanto le sea ajeno
Ya los veo a mis changos
En medio del barro
Urdiendo por la siesta
De carro en carro
Segurito que llegues
De madrugada
Despeinada y gritona
Mujer amada
Asi es la cosa agüita
No te demores
No sea que la seca
Borre mi nombre
Te espera mi guitarra y mi tierra seca
Llename de coyuyos y alojas frescas
Abrime la esperanza de una cosecha
Si vos queres que sea nube muy negra
Decimelo chinita y sere mi pena
Chacarera que canto
Mientras la espero
Si se moja mi guitarra
Que mi llanto le sea ajeno
Ya los veo a mis changos
En medio del barro
Urdiendo por la siesta
De carro en carro
Segurito que llegues
De madrugada
Despeinada y gritona
Mujer amada
Asi es la cosa agüita
No te demores
No sea que la seca
Borre mi nombre
CAMPO (ANTONIO MACHADO)
La tarde está muriendo
Como un hogar humilde que se apaga.
Allá, sobre los montes,
Quedan algunas brasas.
Y ese árbol roto en el camino blanco
Hace llorar de lástima.
¡Dos ramas en el tronco herido, y una
Hoja marchita y negra en cada rama!
¿Lloras?... Entre los álamos de oro,
Lejos, la sombra del amor te aguarda.
ENTRE A MI PAGO SIN GOLPEAR (PETECO CARABAJAL)
VERSIÓN EL CHAQUEÑO PALAVECINO Y LOS NOCHEROS
VESIÓN MERCEDES SOSA
VERSIÓN SOLEDAD PASTORUTTI
Fue mucho mi penar
andando lejos del pago
tanto correr
pa’ llegar a ningún lado
y estaba donde nací
lo que buscaba por ahí
Es oro la amistad
que no se compra ni vende
sólo se da
cuando en el pecho se siente
no es algo que se ha de usar
cuando te sirva y nada más
Así es como se dan
en la amistad mis paisanos
sus manos son
pa’ cacho y mate cebado
y la flor de la humildad
suele su rancho perfumar
La vida me han prestado
y tengo que devolverla
cuando el creador
me llame para la entrega
que mis huesos, piel y sal
abonen mi suelo natal
La luna es un terrón
que alumbra con luz prestada
solo al cantor
que canta coplas del alma
le estalla en el corazón
el sol que trepa por su voz
Cantor para cantar
si nada dicen tus versos
ay! para qué
vas a callar al silencio
si es el silencio un cantor
lleno de duendes en la voz
Mi pueblo es un cantor
que canta la chacarera
no ha de cantar
lo que muy dentro no sienta
cuando lo quiera escuchar
entre a mi pago sin golpear
La vida me han prestado
y tengo que devolverla
cuando el creador
me llame para la entrega
que mis huesos, piel y sal
abonen mi suelo natal.
andando lejos del pago
tanto correr
pa’ llegar a ningún lado
y estaba donde nací
lo que buscaba por ahí
Es oro la amistad
que no se compra ni vende
sólo se da
cuando en el pecho se siente
no es algo que se ha de usar
cuando te sirva y nada más
Así es como se dan
en la amistad mis paisanos
sus manos son
pa’ cacho y mate cebado
y la flor de la humildad
suele su rancho perfumar
La vida me han prestado
y tengo que devolverla
cuando el creador
me llame para la entrega
que mis huesos, piel y sal
abonen mi suelo natal
La luna es un terrón
que alumbra con luz prestada
solo al cantor
que canta coplas del alma
le estalla en el corazón
el sol que trepa por su voz
Cantor para cantar
si nada dicen tus versos
ay! para qué
vas a callar al silencio
si es el silencio un cantor
lleno de duendes en la voz
Mi pueblo es un cantor
que canta la chacarera
no ha de cantar
lo que muy dentro no sienta
cuando lo quiera escuchar
entre a mi pago sin golpear
La vida me han prestado
y tengo que devolverla
cuando el creador
me llame para la entrega
que mis huesos, piel y sal
abonen mi suelo natal.
ACUARELA INFANTIL (RAFAEL OBLIGADO)
Es la mañana: nardos y rosas
mueve la brisa primaveral,
y en los jardines las mariposas
vuelan y pasan, vienen y van.
Una niñita madrugadora
va a juntar flores para mamá,
y es tan hermosa que hasta la aurora
vierte sobre ella más claridad.
Tras cada mata de clavelina,
de pensamientos y de arrayán,
gira su traje de muselina,
su sombrerito, su delantal.
Llena sus manos de lindas flores,
y cuando en ellas no caben más,
con su tesoro de mil colores
vuelve a los brazos de su mamá.
Mientras se aleja, como dos rosas
sus dos mejillas se ven brillar,
y la persiguen las mariposas
MARÍA DEL CAMPO (LEÓN GIECO)
tiene la piel del viento tiene los pies de hierba
y los ojos del cielo
tiene las manos duras como la tierra del corral
tiene las manos duras como la tierra del corral
como la tierra del corral, como la tierra del corral
No se necesita, no se necesita, dice Maria
tener las manos blandas para ser mujer
tener las manos blandas para ser mujer
Trae la miel del campo a la ciudad
Trae la miel del campo a la ciudad
porque aquí no hay flor porque aquí no hay flor
tiene las manos duras como la tierra del corral
tiene las manos duras como la tierra del corral
como la tierra del corral, como la tierra del corral
No se necesita, no se necesita dice Maria.
VACACIONES EN EL CAMPO (VICTOR HEREDIA)
SÓLO LETRA
El campo espera al atardecer,
la tarde entera sueña al caer.
Cruza una lenta torcaza el mar
verde amarillo del alfalfar.
Y yo soñando con volver,
hago palomas de papel.
Y escribo cartas a granel
sobre el rojizo atardecer.
Por esa mujer, por esa mujer,
que me ha puesto en la piel
un aire encantado
y un enamorado y gracioso clavel.
Entre los sauces el agua va,
besando el aire, mujer al fin.
Susurra un grillo la soledad,
Con su latido de violín.
Y yo soñando con volver,
hago palomas de papel.
Y escribo cartas a granel
sobre el rojizo atardecer.
Por esa mujer, por esa mujer,
que me ha puesto en la piel
un aire encantado,
y un enamorado y gracioso clavel.
ZAMBA DEL RIEGO (HERMANOS NUÑEZ)
MERCEDES SOSA
Por el Guaymallen, el duende del agua va
Llevando una flor de greda y de sol
Que despertara en el riego
La voz vegetal del huarpe que esta
Dormido en su paz mineral
Se va tu caudal, por el valle labrador
Y al amanecer sale a padecer
La pena del surco ajeno
Verano y rigor, va de sol a sol
La sombra del vendimiador
Morada zamba del riego, el agua te cantara
Cuando ande en la voz del vino cantor
La vendimia de mi pueblo
Y suba un rumor de acequia y canción
Por el rumbo agrario del sol
Canal fundador, tonada del totoral
La luna rural, te ha visto regar
El sueño de mis abuelos
Y luego entonar con el regador
El vino sufrido del peón
Solar regador, algún día bajaras
Trayendo en tu voz, de menta y cedrón
Tonadas del vino nuevo
Y entonces te iras conmigo a cantar
Cogollos de amor y de paz
CAMPO AFUERA (CARLOS DI FULVIO)
VERSION ABEL PINTOS
VERSIÓN NELLY OMAR
Hace tiempo y buscando por ahí una chacarera
allá en los montes que hay en mi pago, campo afuera.
Campos de La Rudita,
monte adentro i' Tulumba la he de encontrar.
Linda su bata de percal,
baila Doña Dominga la chacarera.
Abajito de un tala la vi por ser montarasa
y unos tizones leñita manza la aromaban.
La aromaban con su olor
unos troncos de tala que supo cortar
mi amigo Don Rivas al caer
el invierno pasado para su corral.
Y en la tierrita suelta el barrer de las alpargatas
allá en el monte subió la luna pa' alumbrarla.
COMO NUBE EN EL AIRE QUEDÓ EL POLVAREDAL
OJITA I' TALA, FLECOS DE LUNA, LA CHACARERA.
Con su bata de puro percal va Doña Dominga
todas las flores que hay en el pago se la envidian.
Se la envididan porque no hay
un color más hermoso que el de su percal
ni moza que sepa regalar
el donaire que tiene su buen zarandear.
Y las niñas quisieran bailar como lo hace ella:
las trenza' al viento y una manito en la cadera.
Su cadera es un vaivén
parecido al de sauce y el mimbre también.
¡Esa es mi abuela! saben decir
los gauchos del monte cuantito la ven.
Si a los '70 la baila así, lo que ha sido en antes
una corzuela, lujosa y ágil... deje nomás.
COMO NUBE EN EL AIRE QUEDÓ EL POLVAREDAL
OJITA I' TALA, FLECOS DE LUNA, LA CHACARERA.
CAMPO NUESTRO (OLIVERIO GIRONDO)
Este campo fue mar
de sal y espuma.
Hoy oleaje de ovejas,
voz de avena.
Más que tierra eres cielo,
campo nuestro.
Puro cielo sereno...
Puro cielo.
¿De tu origen marino no conservas
más caracol que el nido del hornero?
No olvides que el azar hinchó sus velas
y a través de otra mar dio en tus riberas.
Ante el sobrio semblante de tus llanos
se arrancó la golilla el castellano.
Tienes, campo, los huesos que mereces:
grandes vértebras simples e inocentes,
tibias rudimentarias,
informes maxilares que atestiguan
tu vida milenaria;
y sin embargo, campo, no se advierte
ni una arruga en tu frente.
Ya sólo es un silencio emocionado
tu herbosa voz de mar desagotado.
¡Qué cordial es la mano de este campo!
Sobre tu tersa palma distendida
¡quién pudiese rastrear alguna huella
que revelara el rumbo de su vida!
Tus mismos cardos, campo, se estremecen
al presentir la aurora que mereces.
Une al don de tu pan y de tu mano
el de darle candor a nuestro canto.
¿Oyes, campo, ese ritmo?
¡Si fuera el mío!...
sin vocablos ni voz te expresaría
al galope tendido.
Estas pobres palabras
¡qué mal te quedan!
Pero qué quieres, campo,
no soy caballo
y jamás las diría
si tú me oyeras.
Por algo ante el apremio de nombrarte
he preferido siempre galoparte.
Ritmo, calma, silencio, lejanía...
hasta volverte, campo, melodía.
Sólo el viento merece acompañarte.
¿No podrá ni mentarse tu presencia
sin que te duela, campo, la modestia?
LA COSECHA - PIETER BRUEGHEL, EL VIEJO
CAMPESINOS DORMIDOS - PABLO PICASSO
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