El cabello se considera expresión de la fuerza y de la energía del cuerpo ya que surge de la cabeza, símbolo del poder espiritual. Por lo general, se cree que el pelo suelto denota un espíritu libre, incluso cierto desenfreno, aunque en el cristianismo representa la penitencia o la inmaculada santidad. El cabello cubierto expresa el respeto por Dios. Las monjas cristianas cortan su cabelo como símbolo de renuncia a la vanidad mundana. Los cabellos largos y desgreñados son símbolo de la comunidad rastafari quienes aún siendo en su mayoría originarios de las Antilas, se consideran pertenecientes a la antigua cultura etíope. Al llevar así el cabello se oponen a las normas de la moda común. En muchas sectas budistas, los monjes y las monjas se rasuran la cabeza como signo de humildad. Así, imitan a Buda, que cortó su larga cabellera después de tomar la decisión de llevar una vida de asceta (Bruce-Mitford, Miranda Diccionario ilustrado de signos y símbolos)
IMAGEN DE CARY GRANT Y JOAN FONTAINE EN EL FILM SOSPECHA DE ALFRED HITCHCOCK
IMAGEN DE ALAIN DELON Y ROMY SCHNEIDER EN EL FILM LA PISCINA
CANCIÓN (JUAN GELMAN)
“tu pelo habrá crecido”
canto en mi soledad
y lo acaricio
canto en mi soledad
y lo acaricio
PERO HAY UNA MELENA (CARLOS GARDEL)
Antes, femenina era la mujer,
pero hoy con la moda se ha echado a perder;
antes no mostraba más que rostro y pie,
pero hoy muestra todo lo que quieran ver.
Hoy más de una niña parece un varón,
no les falta a algunas más que usar bastón,
Y lo que me causa más indignación
Son esas melenas que usan las "garçonne".
Lo que más detesto es la melena
Porque a la mujer convierte en nena.
Pero hay una melena,
Melenita de oro,
Que es una fortuna:
La de mi tesoro.
Pero hay una melena
Que me vuelve loco,
Y es su melenita:
Su melena de oro.
Más de una jamona que anda por ahí
Se ha cortado el pelo para despistar
Y está convencida que peinada así,
Los hombres, al verla, la van a adorar;
Y anda por Florida, palpitando un «flirt»,
Y con su flequillo y el pelo cortón,
No sabe, la ingenua, que más que mujer
Parece la pobre Cristóbal Colón.
Por eso detesto a las melenas:
Sólo le va bien eso a las nenas.
ME PEINA EL VIENTO LOS CABELLOS (PABLO NERUDA)
HORACIO GUARANY
Me peina el viento los cabellos
como una mano maternal:
abro la puerta del recuerdo
y el pensamiento se me va.
Son otras voces las que llevo,
es de otros labios mi cantar:
hasta mi gruta de recuerdos
tiene una extraña claridad!
Frutos de tierras extranjeras,
olas azules de otro mar,
amores de otros hombres, penas
que no me atrevo a recordar.
Y el viento, el viento que me peina
como una mano maternal!
Mi verdad se pierde en la noche:
no tengo noche ni verdad!
Tendido en medio del camino
deben pisarme para andar.
Pasan por mí sus corazones
ebrios de vino y de soñar.
Yo soy un puente inmóvil entre
tu corazón y la eternidad.
Si me muriera de repente
no dejaría de cantar!
Cabellos blancos los de mi madre
y los de plata sagrados son
sus tersas manos me acariciaban
aquella tarde que me aleje
Sus ojos tristes hay me miraban
cuando partía del dulce hogar
barrio querido, barrio del alma
cuida mi madre que volveré.
Hoy, que estoy tan triste
quiero a mi madre juntito estar
pero hay no puedo, estoy tan lejos
solo me queda, solo llorar
Cabellitos blancos...
cabellitos de mi madre...
Hoy, que estoy tan triste
quiero a mi madre juntito estar
pero hay no puedo, estoy tan lejos
solo me queda, solo llorar (bis)
Cabellos blancos...
los de mi madre...
CABELLO DORADO (JAMES JOYCE)
SYD BARRET
TRADUCCIÓN ESPAÑOL
Asómate a la ventana
Cabello dorado,
Te oigo cantar
Una alegre melodía.
Mi libro estaba cerrado,
Ya no leía,
Observando la danza del fuego
en el suelo.
He abandonado mi libro
He abandonado mi habitación
Porque te oí cantar
a través de la penumbra.
Cantando y cantando
Una alegre melodía,
Asómate a la ventana
Cabello Dorado.
entre tus manitas de suave marfil
y sentí en mi pecho un fuerte latido
que como un crujido y luego el chasquido
de un beso febril.
Muñequita linda de cabellos de oro
de dientes de perla labios de rubí
Dime si me quieres como yo te adoro
si de mí te acuerdas como yo de ti.
A veces escucho un eco divino
que envuelto en la brisa parece decir...
Sí te quiero mucho, mucho, mucho, mucho
tanto como entonces, siempre hasta morir.
OTRAS VERSIONES
MUÑEQUITA LINDA (NAT KING COLE)
MIENTRAS POR COMPETIR CON TU CABELLO (LUIS DE GÓNGORA)
Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lirio bello;
Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,
Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lirio, clavel, cristal luciente,
No sólo en plata o viola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lirio bello;
Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,
Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lirio, clavel, cristal luciente,
No sólo en plata o viola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
XIV (PABLO NERUDA)
Me falta tiempo para celebrar tus cabellos.
Uno por uno debo contarlos y alabarlos:
otros amantes quieren vivir con ciertos ojos,
yo sólo quiero ser tu peluquero.
En Italia te bautizaron Medusa
por la encrespada y alta luz de tu cabellera.
Yo te llamo chascona mía y enmarañada:
mi corazón conoce las puertas de tu pelo.
Cuando tú te extravíes en tus propios cabellos,
no me olvides, acuérdate que te amo,
no me dejes perdido ir sin tu cabellera
por el mundo sombrío de todos los caminos
que sólo tiene sombra, transitorios dolores,
hasta que el sol sube a la torre de tu pelo.
UN MECHÓN DE TU CABELLO (SALVATORE ADAMO)
A mi viejo desván porqué
fue no lo sé
que impaciente subí sin
saber para qué,
algo me hizo pensar
que podría encontrar
el recuerdo fugaz
de una noche de amor.
Lo he guardado en un papel
en el que yo lo envolví,
su color carmesí
se borró con los años.
Y pensé cuán loco fuí
al perder este amor
que tal vez no merecí
y que ahora es una reliquia.
Un mechón de su cabello
aún conservo para mí
un mechón de su cabello
que por fin encontré.
Un mechón de su cabello
que desde hoy veneraré
para dejar mi corazón
vivir en paz con la ilusión
de que su amor recobraré.
Y sentí la emoción de sufrir y de querer
recordando el ayer
que no puede volver.
Y en un hada creer
y el milagro esperar
y volver a nacer
y volverla a encontrar.
ES RUBIA EL CABELLO SUELTO
(PABLO MILANÉS SOBRE POEMA
DE NICOLÁS GUILLÉN)
Es rubia, el cabello suelto
da más luz al ojo moro
voy desde entonces envuelto
en un torbellino de oro.
La abeja estival que zumba
más ágil por la flor nueva
no dice como antes, tumba
Eva, dice todo es Eva.
Bajo el oscuro, al temido
raudal de la catarata
y brilla el iris tendido
sobre las hojas de plata.
Miro ceñudo la agreste
pompa del monte irritado
y en el alma azul celeste
brota un jacinto rosado.
Voy por el bosque a paseo
a la laguna vecina
y entre las ramas la veo
y por el agua camina
la serpiente del jardín
silva, escupe y se resbala
por su agujero
el clarín me tiende trinando el ala.
Arpa soy, salterio soy
donde vibra el universo
vengo del sol y al sol voy
soy el amor,
soy el verso.
da más luz al ojo moro
voy desde entonces envuelto
en un torbellino de oro.
La abeja estival que zumba
más ágil por la flor nueva
no dice como antes, tumba
Eva, dice todo es Eva.
Bajo el oscuro, al temido
raudal de la catarata
y brilla el iris tendido
sobre las hojas de plata.
Miro ceñudo la agreste
pompa del monte irritado
y en el alma azul celeste
brota un jacinto rosado.
Voy por el bosque a paseo
a la laguna vecina
y entre las ramas la veo
y por el agua camina
la serpiente del jardín
silva, escupe y se resbala
por su agujero
el clarín me tiende trinando el ala.
Arpa soy, salterio soy
donde vibra el universo
vengo del sol y al sol voy
soy el amor,
soy el verso.
TU CABELLERA (JUAN FLORES ARRASCUE)
Es un río caudaloso
de nocturno recorrido,
abre orillas en tus hombros
con su vuelo y con su brillo
es la luz atardecida
de ondulada primavera,
cuando pasa por tu cuello
es zorzal en la ribera,
es un bosque donde el viento
extendío sus ojos negros,
donde el gusto de la noche
desmbarca sus recuerdos,
es trigal de suave sombra
que ha crecido en tus alturas
ahí gira como un árbol
con campanas de ternura
Es un mar iluminado
que navega oscurecido,
cuando el sol le pasa el peine
es celaje de oro fino,
Es un viento que engalana
a la cumbre de tu ritmo,
si otro viento lo cosquilla
fosforece un remolino,
Es el sol que por sus rayos pasa
el beso cristalino del carbón
que se requiebra en las curvas del cariño,
Es un valle que las tardes enumeran
con sus sombras, tendidito
es una seda que la mecen las alondras,
Es un cielo que en sus hilos
el café mas claro alumbra,
en la paz de su infinito
riega estrellas la ternura
¡es un ave a quien le ofrezco!
mi ilusión para su vuelo
entre tanta luz y sombra
¡es la sombra que yo sueño!
ME SOLTÉ EL CABELLO (GLORIA TREVI)
Y mis lágrimas cayeron a tus pies
Me miraba en el espejo y no me hallaba
Yo era sólo lo que tu querías ver.....
Y me solté el cabello, me vestí de reina,
me puse tacones, me pinte y era bella
Y caminé hacia la puerta te escuche gritarme
pero tus cadenas ya no pueden pararme.....
Y miré la noche y ya no era oscura
era de lentejuelas.....
Y todos me miran, me miran, me miran,
por que se que soy fina por que todos me admiran,
Y todos me miran, me miran, me miran,
por que hago lo que pocos se atreverán,
Y todos me miran, me miran, me miran,
algunos con envidia pero al final,
pero al final, pero al final, todos me amarán.....
Tu me hiciste sentir que no valía
Y mis lagrimas cayeron a tus pies
Me miraba en el espejo y no me hallaba
Yo era solo lo que tu querías ver.....
Y me solté el cabello, me vestí de reina,
me puse tacones, me pinté y era bella
Y caminé hacia la puerta te escuche gritarme
pero tus cadenas ya no pueden pararme.....
Y miré la noche y ya no era oscura
era de lentejuelas.....
Y todos me miran, me miran, me miran,
por que se que soy fina por que todos me admiran,
Y todos me miran, me miran, me miran,
por que hago lo que pocos se atreverán,
Y todos me miran, me miran, me miran,
algunos con envidia pero al final,
pero al final, pero al final, todos me amarán.....
Y me solté el cabello, me vestí de reina,
me puse tacones, me pinte y era bella
Y caminé hacia la puerta te escuche gritarme
pero tus cadenas ya no pueden pararme.....
Y miré la noche y ya no era oscura
era de lentejuelas
LA CABELLERA (CHARLES BAUDELAIRE)
¡Oh vellón, que rizándose baja hasta la cintura!
¡Oh bucles! ¡Oh perfume cargado de indolencia!
¡Éxtasis! Porque broten en esta oscura alcoba
Los recuerdos dormidos en esa cabellera,
La quiero hoy agitar, cual si un pañuelo fuese.
Languidecientes ansias y áfricas abrasadas,
Todo un mundo lejano, ausente, casi muerto,
Habita tus abismos, ¡arboleda aromática!
Tal como otros espíritus se pierden en la música,
El mío, ¡oh mi querida!, navega en tu perfume.
Lejos iré, donde árbol y hombre, un día fuertes
Fatalmente se agostan bajo climas atroces;
Firmes trenzas, sed olas que me arranquen al fin.
Tu albergas, mar de ébano, un deslumbrante sueño
De velas, de remeros, de navíos, de llamas:
Un rumoroso puerto donde mi alma bebiera
A torrentes el ruido, el perfume, el color;
Donde naos surcando el oro y el moaré,
Abren inmensos brazos para estrechar la gloria
De un puro cielo, donde vibre eterno calor.
Y hundiré mi cabeza sedienta de embriaguez
En ese negro océano, donde se encierra el otro,
Y mi sutil espíritu que el vaivén acaricia
Os hallará otra vez, ¡oh pereza fecunda!
¡Infinitos arrullos del ocio embalsamado!
Oh cabellos azules, oscuros pabellones
Que me entregáis, inmensa, la bóveda celeste;
En las últimas hebras de esas crenchas rizadas,
Confundidos, me embargan los ardientes olores
Del aceite de coco, del almizcle y la brea.
Durante edades, siempre, en tu densa melena
Mi mano sembrará perlas, rubíes, zafiros,
Para que el deseo mío no puedas rechazar.
¿No eres, acaso, oasis donde mi sueño abreva
A sorbos infinitos el vino del recuerdo?
¡Oh bucles! ¡Oh perfume cargado de indolencia!
¡Éxtasis! Porque broten en esta oscura alcoba
Los recuerdos dormidos en esa cabellera,
La quiero hoy agitar, cual si un pañuelo fuese.
Languidecientes ansias y áfricas abrasadas,
Todo un mundo lejano, ausente, casi muerto,
Habita tus abismos, ¡arboleda aromática!
Tal como otros espíritus se pierden en la música,
El mío, ¡oh mi querida!, navega en tu perfume.
Lejos iré, donde árbol y hombre, un día fuertes
Fatalmente se agostan bajo climas atroces;
Firmes trenzas, sed olas que me arranquen al fin.
Tu albergas, mar de ébano, un deslumbrante sueño
De velas, de remeros, de navíos, de llamas:
Un rumoroso puerto donde mi alma bebiera
A torrentes el ruido, el perfume, el color;
Donde naos surcando el oro y el moaré,
Abren inmensos brazos para estrechar la gloria
De un puro cielo, donde vibre eterno calor.
Y hundiré mi cabeza sedienta de embriaguez
En ese negro océano, donde se encierra el otro,
Y mi sutil espíritu que el vaivén acaricia
Os hallará otra vez, ¡oh pereza fecunda!
¡Infinitos arrullos del ocio embalsamado!
Oh cabellos azules, oscuros pabellones
Que me entregáis, inmensa, la bóveda celeste;
En las últimas hebras de esas crenchas rizadas,
Confundidos, me embargan los ardientes olores
Del aceite de coco, del almizcle y la brea.
Durante edades, siempre, en tu densa melena
Mi mano sembrará perlas, rubíes, zafiros,
Para que el deseo mío no puedas rechazar.
¿No eres, acaso, oasis donde mi sueño abreva
A sorbos infinitos el vino del recuerdo?
26
Te adoro como adoro la bóveda nocturna,
¿Oh vaso de tristeza!, ¡Oh mi gran taciturna!
Y tanto más te adoro cuanto te escapas más,
Y cuando me parece, ¡oh lujo de mis noches!
Que con más ironía amontonas las leguas
Que separan mis brazos de la inmensidad azul.
Me dispongo al ataque y acometo el asalto
Como tras un cadáver un coro de gusanos
Y me enloquece, ¡oh fiera implacable y cruel!
Hasta esa frialdad que te vuelve aún más bella.
¿Oh vaso de tristeza!, ¡Oh mi gran taciturna!
Y tanto más te adoro cuanto te escapas más,
Y cuando me parece, ¡oh lujo de mis noches!
Que con más ironía amontonas las leguas
Que separan mis brazos de la inmensidad azul.
Me dispongo al ataque y acometo el asalto
Como tras un cadáver un coro de gusanos
Y me enloquece, ¡oh fiera implacable y cruel!
Hasta esa frialdad que te vuelve aún más bella.
27
En tu calleja harías entrar, mujer impura,
Al universo entero. El hastío te hace cruel.
Para entrenar tus dientes en juego tan insólito,
Cada día necesitas morder un corazón.
Tus encendidos ojos igual que escaparates
O brillantes bengalas en bulliciosas fiestas,
Usan con arrogancia de un prestado poder
Sin conocer jamás la ley de su belleza.
¡Máquina ciega y sorda, fecunda en crueldades,
Saludable instrumento, bebedora de sangre!
¿Cómo no te avergüenzas? ¿Todavía no viste
En todos los espejos decrecer tus encantos?
La enormidad del mal, en que te crees tan sabia,
¿No te hizo jamás retroceder de espanto
Cuando Naturaleza, con ocultos designios,
De ti puede servirse, ¡oh reina del pecado!
-De ti, vil animal- para engendrar un genio?
¡Oh fangosa grandeza! ¡Oh sublime ignominia!
En tu calleja harías entrar, mujer impura,
Al universo entero. El hastío te hace cruel.
Para entrenar tus dientes en juego tan insólito,
Cada día necesitas morder un corazón.
Tus encendidos ojos igual que escaparates
O brillantes bengalas en bulliciosas fiestas,
Usan con arrogancia de un prestado poder
Sin conocer jamás la ley de su belleza.
¡Máquina ciega y sorda, fecunda en crueldades,
Saludable instrumento, bebedora de sangre!
¿Cómo no te avergüenzas? ¿Todavía no viste
En todos los espejos decrecer tus encantos?
La enormidad del mal, en que te crees tan sabia,
¿No te hizo jamás retroceder de espanto
Cuando Naturaleza, con ocultos designios,
De ti puede servirse, ¡oh reina del pecado!
-De ti, vil animal- para engendrar un genio?
¡Oh fangosa grandeza! ¡Oh sublime ignominia!
UN HEMISFERIO EN UNA CABELLERA (CHARLES BAUDELAIRE)
Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.
¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.
Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.
En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.
En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.
En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.
Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.
¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.
Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.
En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.
En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.
En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.
Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.
UNA ROSA PARA TU PELO (CAMARÓN DE LA ISLA)
Que pena y dolor,
Que eco más puro
Tenia caracol.
Que buen cantaor,
Dejaste una herida
En mi corazón.
Mira, así me siento yo:
Tan triste dentro de mí
Que tengo el corazón
Que me parece Que se va a morir
Sino me das la alegría
De tenerte a ti.
Que mira lo que te llevo
Que mira lo que te he traído:
Una rosa pa tu pelo
Y un vestío.
Y por que me ha gustao su forma de ser
Y sin ella no puedo vivir
Y a su vera me siento feliz.
Que pena y dolor…
Lunita, luna de plata,
Rosa de los vientos,
Porque me causas tanta pena
Si te llevo dentro.
Mal fin tengan los dineros
Si no tengo a mi verita
A la persona que quiero.
Y porque me ha gustao…
Que pena y dolor….
(LUZ MÉNDEZ DE LA VEGA)
Querido mío, Schopenhauer:
Ya no importa nada
el candente sello
con que nos marcaste el anca,
porque, hoy día, las mujeres
tenemos los cabellos
largos o cortos
y las ideas, quizás,
más largas que las tuyas.
Sin duda, yo comparto,
mi querido Schopenhauer,
mucho de lo que tú, sabio,
acuñaste como verdades dogmáticas,
y lo que es más, las uso
-con maestría de ti aprendida-
para demostrar lo contrario,
o sea: que animales de cabellos
cortos han tenido , también,
cortas las ideas,
que pontifican irónicos
contra nosotras las mujeres.
Porque, ahora,
maestro insigne Schopenhauer,
si pudieras enterarte,
te sorprendería saber
que a nuestros largos cabellos
-al perfumarlos- anudamos
ingeniosas frases contra ti
y los jerarcas del sexo que
valoran más su corto pene
que todas las ideas,
-cortas o largas-
que les crecen
en sus calvas cabezas.
Ya no importa nada
el candente sello
con que nos marcaste el anca,
porque, hoy día, las mujeres
tenemos los cabellos
largos o cortos
y las ideas, quizás,
más largas que las tuyas.
Sin duda, yo comparto,
mi querido Schopenhauer,
mucho de lo que tú, sabio,
acuñaste como verdades dogmáticas,
y lo que es más, las uso
-con maestría de ti aprendida-
para demostrar lo contrario,
o sea: que animales de cabellos
cortos han tenido , también,
cortas las ideas,
que pontifican irónicos
contra nosotras las mujeres.
Porque, ahora,
maestro insigne Schopenhauer,
si pudieras enterarte,
te sorprendería saber
que a nuestros largos cabellos
-al perfumarlos- anudamos
ingeniosas frases contra ti
y los jerarcas del sexo que
valoran más su corto pene
que todas las ideas,
-cortas o largas-
que les crecen
en sus calvas cabezas.
EN TU PELO (JAVIER SOLÍS)
En tu pelo tengo yo el cielo
en tus brazos el calor del sol
en tus ojos tengo luz de luna
y en tus lágrimas sabor de mar
En tu boca hay un panal de mieles
y en tu aliento escucho ya tu voz
por tus ojos y tu boca
por tus brazos y tu pelo
por tus lágrimas y voz me muero
Tú eres todo lo que anhelé
y yo por eso me enamoré
siento campanitas
muy adentro del corazón
En tu pelo tengo yo el cielo
en tus brazos el calor del sol
en tus ojos tengo luz de luna
y en tus lágrimas sabor de mar
En tu boca hay un panal de mieles
y en tu aliento escucho ya tu voz
por tus ojos y tu boca
por tus brazos y tu pelo
por tus lágrimas y voz me muero
Tú eres todo lo que anhelé
y yo por eso me enamoré
siento campanitas
muy adentro del corazón
En tu boca hay un panal de mieles
y en tu aliento escucho ya tu voz
por tus ojos y tu boca
por tus brazos y tu pelo
por tus lágrimas y voz me muero
en tus brazos el calor del sol
en tus ojos tengo luz de luna
y en tus lágrimas sabor de mar
En tu boca hay un panal de mieles
y en tu aliento escucho ya tu voz
por tus ojos y tu boca
por tus brazos y tu pelo
por tus lágrimas y voz me muero
Tú eres todo lo que anhelé
y yo por eso me enamoré
siento campanitas
muy adentro del corazón
En tu pelo tengo yo el cielo
en tus brazos el calor del sol
en tus ojos tengo luz de luna
y en tus lágrimas sabor de mar
En tu boca hay un panal de mieles
y en tu aliento escucho ya tu voz
por tus ojos y tu boca
por tus brazos y tu pelo
por tus lágrimas y voz me muero
Tú eres todo lo que anhelé
y yo por eso me enamoré
siento campanitas
muy adentro del corazón
En tu boca hay un panal de mieles
y en tu aliento escucho ya tu voz
por tus ojos y tu boca
por tus brazos y tu pelo
por tus lágrimas y voz me muero
MELENAS (JORGE GUILLÉN)
¡Oh melenas, ondeadas
a lo príncipe en la augusta
vida triunfante: nos gusta
ver amanecer -¡doradas
surgen!- estas alboradas
de virginidad que apenas
tú, Profusión, desordenas
para que todo a la vez
privilegie la esbeltez
más juvenil, oh melenas!
LA ENCANTADORA PUBLICIDAD DE UN SHAMPOO
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO, SANSÓN REALIZA HAZAÑAS EN LAS QUE MUESTRA SU FUERZA. DALILA DESCUBRE QUE SU PODER SE ENCUENTRA EN SU LARGA CABELLERA Y LO TRAICIONA CORTÁNDOSELA MIENTRAS DUERME. ASÍ LO CONVIERTE EN UN HOMBRE DÉBIL Y VULNERABLE
SANSON Y DALILA - RUBENS
SANSON Y DALILA - ANTON VAN DICK
SANSÓN Y DALILA - REMBRANDT
LA COIFFURE - PABLO PICASSO
PEINANDO EL CABELLO - EDGAR DEGAS A LA MANERA DE PICASSO
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