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13.12.13

NOSTALGIA

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COMO LATAS DE CERVEZA VACÍAS (ERNESTO CARDENAL)

Como latas de cerveza vacías y colillas
de cigarrillos apagados, han sido mis días.
Como figuras que pasan por una pantalla de televisión
y desaparecen, así ha pasado mi vida
Como los automóviles que pasaban rápidos por las carreras
con risas de muchachas y música de radios...
Y la belleza pasó rápida, como el modelo de autos
y la canciones de los radios que pasaron de moda.
Y no ha quedado nada de aquellos días, nada,
más que latas vacías y colillas apagadas,
risas en fotos marchitas, boleros rotos.
Y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares.

NOSTALGIAS 
(ENRIQUE CADÍCAMO/COBIÁN CANTA LOLITA TORRES)
Quiero emborrachar mi corazón 

para olvidar un loco amor 

que más que amor es un sufrir... 

Y aquí vengo para eso, 

a borrar antiguos besos 

en los besos de otras bocas. 
Si su amor fue flor de un día, 
por que causa es siempre mía 
esta cruel preocupación. 
Quiero, por los dos, mi copa alzar 
para olvidar mi obstinación, 
y más la vuelvo a recordar. 

Nostalgias 
de escuchar su risa loca 
y sentir junto a mi boca 
como un fuego su respiración... 
Angustias 
de sentirme abandonado 
y sentir que otro a su lado 
pronto, pronto le hablara de amor... 
Hermano, 
yo no quiero rebajarme 
ni pedirle ni rogarle 
ni decirle que no puedo más vivir. 
Desde mi triste soledad 
veré caer las rosas muertas 
de mi juventud. 

Gime, bandoneón, tu tango gris 
quizás a ti te hiera igual 
algún amor sentimental... 
Llora mi alma de fantoche 
sola y triste en esta noche, 
noche negra y sin estrellas. 
Si las copas traen consuelo, 
aquí estoy con mi desvelo 
para ahogarlo de una vez. 
Quiero emborrachar al corazón 
para después poder brindar 
por los fracasos del amor.


EL VENDEDOR DE NARANJAS (JUANA DE IBARBOUROU)

Muchachuelo de brazos cetrinos
que vas con tu cesta
rebosando naranjas pulidas
de un caliente color ambarino;

Muchachuelo que fuiste a las chacras
y a los árboles amplios trepaste,
como yo me trepaba cuando era
Una libre chicuela salvaje;

Ven acá, muchachuelo: yo ansío
que me vuelques tu cesta en la falda.
Pide el precio más alto que quieras.
¡Ah, qué bueno el olor de naranjas!

A mi pueblo distante y tranquilo,
Naranjales tan prietos rodean,
que en Agosto semeja de oro
y en Diciembre de azahares blanquea.

Me crié respirando ese aroma
Y aún parece que corre en mi sangre.
Naranjitas pequeñas y verdes,
siendo niña, enhebraba en collares.

Después, lejos llevóme la vida.
Me he tornado tristona y pausada.
¡Qué nostalgia tan honda me oprime
cuando siento el olor a naranjas!

ES LA NOSTALGIA (JAIRO)

Es la nostalgia un ramito de hollín 

un tenue velo del color del añil 

un espejismo azul, 

un tiempo, 

con sabor a soledad 

y en tanto la vida gira 

Es la nostalgia un verso de Marti 
rumor de pasos, 
el eco del violín 
pero el silencio es al cabo 
quien me dará su verdad 
y en tanto la vida gira 

Gira la vida, 
gira y en su gira 
Se llevara mis días de colegial 
Lleva a consigo 
A mi primer amor 
Y también, con ella va 
Mi amor final 

Es la nostalgia un valsecito gris 
un vano intento de volver a vivir 

Gira la vida, 
gira y en su gira 
Se llevara mis días de colegial 
Lleva a consigo 
A mi primer amor 
Y también, con ella va 
Mi amor final




NOSTALGIA DEL HOGAR (LANGSTON HUGHES)

Los puentes del ferrocarril
dan un triste canto en el aire.
Los puentes del ferrocarril
dan un triste canto en el aire.
Siempre que el tren pasa
deseo ir a alguna parte.

Fuí hasta la estación;
el corazón en la boca
fuí hasta la estación;
el corazón en la boca.
a buscar un vagón
que me llevará al Sud.

Tener nostalgia de hogar,
es una cosa terrible.
Nostalgia de hogar
es terrible padecer.
Para evitar el llanto
abro mi boca y río.





A DÓNDE VAN (SILVIO RODRÍGUEZ)

¿A dónde van las palabras que no se quedaron? 
¿a dónde van las miradas que un día partieron? 
¿acaso flotan eternas, como prisioneras de un ventarrón? 
¿o se acurrucan, entre las rendijas, buscando calor? 
¿acaso ruedan sobre los cristales, cual gotas de lluvia que quieren pasar? 
¿acaso nunca vuelven a ser algo? 
¿acaso se van? 
¿y a dónde van? 
¿adónde van? 
¿en qué estarán convertidos mis viejos zapatos? 
¿a dónde fueron a dar tantas hojas de un árbol? 
¿por dónde están las angustias, que desde tus ojos saltaron por mí? 
¿a dónde fueron mis palabras sucias de sangre de abril? 
¿a dónde van ahora mismo estos cuerpos, que no puedo nunca dejar de alumbrar? 
¿acaso nunca vuelven a ser algo? 
¿acaso se van? 
¿y a dónde van? 
¿a dónde van? 
¿a dónde va lo común, lo de todos los días? 
¿el descalzarse en la puerta, la mano amiga? 
¿a dónde va la sorpresa, casi cotidiana del atardecer? 
¿a dónde va el mantel de la mesa, el café de ayer? 
¿a dónde van los pequeños terribles encantos que tiene el hogar? 
¿acaso nunca vuelven a ser algo? 
¿acaso se van? 
¿y a dónde van? 
¿a dónde van?


INQUIETUDES NOCTURNAS (HERMANN HESSE)

Mi reloj dialoga con la araña del muro,
el viento azota en el ventanal,
se apagan las velas, todo está oscuro,
apuro mi vino, con gesto formal.
Siento la caricia de dedos ansiosos,
dedos titubeantes, dedos medrosos...

Vuelvo a mi niñez, tan lejana,
cierro los ojos, cierro la ventana.
Pero mi madre se ha ido, el sitial está vacío,
y mustio, e inmóvil en mi desvarío,
recuerdo su mundo de dicha y placer,
el relato de sus cuentos al atardecer...
¡Tengo que huir de esta oscuridad,
escudarme del viento, de la adversidad!
del estigma, del ritmo mortal
de su garra, de su inquina fatal.

Me esfuerzo y anhelo poder respirar,
cantar a solas y poder descifrar
el misterio del ser, la delicia de amar,
y me meto en cama, quisiera soñar...
Pero el sueño se escapa como ave medrosa,
que huye hacia el campo, volando con desdén
Agitando sus alas, retando al viento, orgullosa...

LA BOHEMIA (CHARLES AZNAVOUR)


Bohemia de París alegre, loca y gris de un tiempo ya pasado 

en donde en un desván con traje de can can posabas para mi 

y yo con devoción pintaba con pasión tu cuerpo fatigado 

hasta el amanecer aveces sin comer y siempre sin dormir 


(Coro) 
La bohemia la bohemia 
era el amor felicidad 
La bohemia la bohemia 
era una flor de nuestra edad 

debajo de un quinqué la mesa del café feliz nos reunía 
hablando sin cesar soñando con llegar 
la gloria conseguir y cuando algún pintor 
hallaba un comprador y un lienzo le vendía 
solíamos gritar con el y pasear alegres por París 

(Coro) 
La bohemia la bohemia 
era jugar te vi y te amé 
La bohemia la bohemia 
yo junto ti triunfar podré 

teníamos salud, sonrisa, juventud y nada en los bolsillos 
con frió con calor el mismo buen humor 
bailaba en nuestro ser luchando siempre igual 
con hambre hasta el final hacíamos castillos 
y el ansia de vivir nos hizo resistir y no desfallecer 

(Coro) 
La bohemia la bohemia 
era mirar amanecer 
La bohemia la bohemia 
era soñar con un querer 

hoy regresé a París crucé su niebla gris 
lo encontré cambiado las lilas ya no están 
ni suben al desván 
moradas de pasión soñando como ayer 
ronde por mi taller mas ya lo han derrumbado 
y han puesto en su lugar abajo un cafebar y arriba una pensión 

(Coro) 
La bohemia la bohemia 
que yo viví su luz perdió 
La bohemia la bohemia 
era una flor y al fin murió



LA LLUVIA (HORACIO REGA MOLINA)

¿Por qué la lluvia nos conmueve tanto,
si ella baja con ritmo paralelo,
hoy también como ayer, de un mismo cielo
con un mismo dolor y un mismo canto?

¿Será tal vez el sugestivo encanto
de que, por un fenómeno gemelo,
nosotros nos hallamos en nuestro duelo
y ella se reconoce en nuestro llanto?

La lluvia trae algún recuerdo ausente
con la bruma del tiempo y la distancia
Y es tal la evocación, que de repente,

se nos figura, desde aquella estancia,
que hemos visto cruzar en la corriente,
el barco de papel de nuestra infancia.
BALADA DE LO QUE NO VUELVE (VICENTE HUIDOBRO)



Venía hacia mí por la sonrisa

Por el camino de su gracia

Y cambiaba las horas del día

El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer

El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar de alegría.

Van andando los días a lo largo del año
¿En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
¿Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia?
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas
Es inútil mirar los astros 
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres sustancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Mientras la herida cierra los párpados para dormirse
Me crece el corazón
Hasta romper sus horizontes
Hasta saltar por encima de los árboles
Y estrellarse en el cielo
La noche sabe qué corazón tiene más amargura

Sigo las flores y me pierdo en el tiempo
De soledad en soledad
Sigo las olas y me pierdo en la noche
De soledad en soledad
Tú has escondido la luz en alguna parte
¿En dónde? ¿En dónde?
Andan los días en tu busca
Los días llagados coronados de espinas
Se caen se levantan 
Y van goteando sangre
Te buscan los caminos de la tierra
De soledad en soledad
Me crece terriblemente el corazón
Nada vuelve
Todo es otra cosa
Nada vuelve nada vuelve
Se van las flores y las hierbas
El perfume apenas llega como una campanada de otra provincia
VOLVER A LOS 17 
(VIOLETA PARRA CANTADA POR MERCEDES SOSA)
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo 

es como descifrar signos sin ser sabio competente 

volver a ser de repente tan frágil como un segundo 

volver a sentir profundo como un niño frente a Dios, 

eso es lo que siento yo en este instante fecundo 


Se va enredando enredando, como en el muro la hiedra 
y va brotando, brotando como el musguito en la piedra 
como el musguito en la piedra, ay si, si, si 

Mi paso ha retrocedido, cuando el de ustedes avanza 
el arco de las alianzas ha penetrado en mi nido 
con todo su colorido se ha paseado por mis venas 
y hasta la dura cadena con que nos ata el destino 
es como un dia bendecido que alumbra mi alma serena 

Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra 
y va brotando, brotando como el musguito en la piedra 
como el mus guito en la piedra, ay si, si, si 

Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber, 
ni el mas claro proceder ni el más ancho pensamiento 
todo lo cambia el momento colmado condescendiente, 
nos aleja dulcemente de rencores y violencias 
solo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes 

Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra 
y va brotando, brotando como el musguito en la piedra 
como el mus guito en la piedra, ay si, si, si 

El amor es torbellino de pureza original 
hasta el feroz animal susurra su dulce trino, 
retiene a los peregrinos, libera a los prisioneros, 
el amor con sus esmeros, al viejo lo vuelve niño 
y al malo solo el cariño lo vuelve puro y sincero 

Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra 
y va brotando, brotando como el musguito en la piedra 
como el mus guito en la piedra, ay si, si, si 

De par en par la ventana se abrió como por encanto 
entro el amor con su manto como una tibia mañana 
y al son de su bella diana hizo brotar el jazmín, 
volando cual serafín al cielo le puso a retes 
y mis años en diecisiete los convirtió el querubín 

Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra 
y va brotando, brotando como el mus guito en la piedra 
como el mus guito en la piedra, ay si, si, si



LO PERDIDO (JORGE LUIS BORGES)

¿Dónde estará mi vida, la que pudo
haber sido y no fue, la venturosa
o la de triste horror, esa otra cosa
que pudo ser la espada  o el escudo
y que no fue? ¿Dónde estará el perdido
antepasado persa  o el noruego,
dónde el azar de no quedarme ciego,
dónde el ancla y el mar, dónde el olvido
de ser quien soy? ¿Dónde estará la pura
noche que al rudo labrador confía
el iletrado y laborioso día,
según lo quiere la literatura?
Pienso también en esa compañera
que me esperaba, y que tal vez me espera.

BARQUITO DE PAPEL
(JOAN MANUEL SERRAT)

Barquito de papel,

sin nombre, sin patrón

y sin bandera,

navegando sin timón

donde la corriente quiera.


Aventurero audaz,
jinete de papel
cuadriculado,
que mi mano sin pasado
sentó a lomos de un canal.

Cuando el canal era un río,
cuando el estanque era el mar,
y navegar
era jugar con el viento.
Era una sonrisa a tiempo,
fugándose feliz
de país en país,
entre la escuela y mi casa.
Después el tiempo pasa
y te olvidas de aquel
barquito de papel.

Barquito de papel,
en qué extraño arenal
habrán varado
tu sonrisa y mi pasado,
vestidos de colegial.

Cuando el canal era un río,
cuando el estanque era el mar,
y navegar
era jugar con el viento.
Era una sonrisa a tiempo.


ROMANCE DE AUSENCIAS (RICARDO ROJAS)

Arbolitos de mi tierra,
crespos de vainas doradas,
a cuya plácida sombra
pasó cantando mi infancia...

He visto árboles gloriosos
en otras tierras lejanas,
pero ninguna tan bello
como ésos de mi montaña.
Cantando fui , peregrino,
por exóticas comarcas,
y ni en los pinos de Roma,
ni en las encinas de Francia,
hallé ese dulce misterio
que sazona la nostalgia.

Algarrobal de mi tierra,
crespo de vainas doradas
a cuya plácida sombra
pasó cantando mi infancia...

Mística unción del recuerdo
que me estremece el alma,
trayéndome desde lejos,
como en sutil brisa alada,
un arrullar de palomas
cuando el crepúsculo avanza;
un aromar de poleos
cuando el viento se levanta,
y en el silencio nocturno
un triste son de vidalas.

Algarrobal de mi tierra,
crespo de vainas doradas
a cuya plácida sombra
pasó cantando mi infancia...

¡Ay! ¡Cuándo volveré a verte
rústico hogar de mi patria!
Ser quiero yo, tu hijo pródigo,
que torna a la vieja estancia,
por merendar las colmenas
en tu quebracho enjambradas.

¡Ya en los manjares del mundo
probé las heces amargas!
¡Ya en la orgullosa melena
me van pintando las canas!

Arbolitos de mi tierra,
crespos de vainas doradas,
a cuya plácida sombra
pasó cantando mi infancia.

AQUELLAS PEQUEÑAS COSAS 


(JOAN MANUEL SERRAT)

Uno se cree 
que las mató 
el tiempo y la ausencia. 
Pero su tren 
vendió boleto 
de ida y vuelta. 

Son aquellas pequeñas cosas, 
que nos dejó un tiempo de rosas 
en un rincón, 
en un papel 
o en un cajón. 

Como un ladrón 
te acechan detrás de la puerta. 
Te tienen tan 
a su merced 
como hojas muertas 
que el viento arrastra allá o aquí, 

que te sonríen tristes y 
nos hacen que 
lloremos cuando 
nadie nos ve.


A ESO DE LA TARDE (JUAN CUNHA) 

La nostalgia de mi tierra
de mi campo el de otro tiempo
me anda siempre por las sienes
y se me asienta en el pecho

A veces es nube y pájaro
a veces galope y eco
ah esa majada esa tropa
y yo silbando ah tropero

Paisanos de serio rostro
ancha mano y gesto lento
cuando me ausento a las veces
al paso me los encuentro

De noche veo fogones
con ruedas de mate y cuentos
y el llanto de las guitarras
que a rachas me trae el viento

(La nostalgia de mi pago
me pone triste el acento
Viene de allá campo afuera
y se me va pecho adentro)

ODA A LA ALEGRÍA (EDUARDO GONZÁLEZ LANUZA)

Apretamos los dientes para gritar: ¡Alegría!
aunque la soledad se nos quede dormida en los brazos con los ojos abiertos
con los ojos desiertos
en los que se han hundido el mar, los hombres, el tiempo y la lejanía,
mientras tibia esperanza desangrada
en helado recuerdo hunda su nada.

Porque la soledad nos anega
con el manso ascender de sus mareas amargas,
sobre las que flotan rostros lentos y caricias largas,
huérfanas despedidas y una paloma ciega.
Y vamos cada uno de nosotros, resbaladizo pez perdido
por los jardines de albas de un cielo sumergido.

Porque la soledad es una sombra que conoce su oficio
y coge nuestra luz y en su puño la aprieta,
y la vuelca hacia dentro -más temible después cuanto más quieta-
brasa de desolación, simiente de incendios, flor de sacrificio.

Pero hay que apretar los puños y gritar: ¡Alegría!
por la desolación áspera y fuerte:
¡Alegría! por el pasmo de ser la excepción de la muerte,
la temblorosa margen del olvido,
paréntesis de ser entre la nada,
por sentirnos su pulso y su latido
y ser los únicos testigos y los únicos cómplices de su infamia callada.

Por el tiempo que late al compás de nuestros corazones desfallecientes
y corre por nuestras venas con nuestra sangre  mojado
por el tiempo inocente que morirá a nuestro lado,
por el tiempo con garras y con dientes
que nuestra infancia ha devorado:
por los segundos, pájaros tímidos que alzan el vuelo en nuestra vía,
y por aquel que ha de quedar inmóvil en nuestras manos embalsamado:
¡Alegría!
¡Alegría!

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