LAS CALLES (JORGE LUIS BORGES)
Las calles de Buenos Aires
ya son mi entraña.
No las ávidas calles,
incómodas de turba y ajetreo,
sino las calles desganadas del barrio,
casi invisibles de habituales,
enternecidas de penumbra y de ocaso
y aquellas más afuera
ajenas de árboles piadosos
donde austeras casitas apenas se aventuran,
abrumadas por inmortales distancias,
a perderse en la honda visión
de cielo y llanura.
Son para el solitario una promesa
porque millares de almas singulares las pueblan,
únicas ante Dios y en el tiempo
y sin duda preciosas.
Hacia el Oeste, el Norte y el Sur
se han desplegado -y son también la patria- las calles;
ojalá en los versos que trazo
estén esas banderas.
MELODÍA DE ARRABAL(CARLOS GARDEL)
VERSIÓN ROBERTO GOYENECHE
VERSIÓN EDMUNDO RIVERO
VERSIÓN ANDRÉS CALAMARO
Barrio plateado por la Luna
rumores de milonga es toda mi fortuna.
Hay un fuelle que rezonga
en la cortada mistonga,
mientras que una pebeta
linda como una flor,
espera coqueta
bajo la inquieta luz de un farol.
Barrio, barrio,
que tenés el alma inquieta
de un gorrión sentimental.
Pena, ruego,
es todo el barrio malevo
melodías de arrabal.
Viejo barrio
perdoná si al evocarte
se me planta un lagrimón.
Que al rodar en tu empedrao
es un beso prolongao
que te da mi corazón.
Cuna de tauras y cantores,
de broncas y entreveros
de todos mis amores.
En tus muros con mi acero
yo grabé el nombre que quiero.
Rosa "La Milonguita",
era rubia Margot
en la primera cita la paica Rita
me dió su amor.
Barrio, barrio,
que tenés el alma inquieta
de un gorrión sentimental.
Pena, ruego,
es todo el barrio malevo
melodías de arrabal.
Viejo barrio
perdoná si al evocarte
se me planta un lagrimón.
Que al rodar en tu empedrao
es un beso prolongao
que te da mi corazón.
VEREDAS DE BUENOS AIRES - JULIO DENIS (JULIO CORTAZAR)
De pibes la llamamos la vedera
y a ella le gustó que la quisiéramos.
En su lomo sufrido dibujamos
tantas rayuelas.
Después, ya más compadres,
taconeando,
dimos vueltas manzana con la barra,
silbando fuerte para que la rubia
del almacén saliera a la ventana
A mí me tocó un día irme muy lejos
pero no me olvidé de las vederas
Aquí o allá las siento en los tamangos
como la fiel carencia de mi tierra.
BARRIO DE LA CRUZ (CHICO BUARQUE)
VERSIÓN DE MERCEDES SOSA
en el barrio de la Cruz
que los niños sólo
se alimentan de luz
Alucinados van virando
hacia el azul
otros meditando
a cuesta con su cruz
Electrizados
cruzan cielos sin dormir
en la carretera
asumen formas mil
Unos venden humo
otros creen que son Jesús
muchos acordeonistas ciegos
tocando blues
Sienten nostalgias
solos en la multitud
otros tiran piedras
y agotan su inquietud
Más hay millones de seres
que se disfrazan también
que nadie pregunta
lo que sabrán hacer
Son basureros
que revuelven la ciudad
son los poceros
es gente sin edad
Ya no se acuerdan
que hay un barrio de la Cruz
que fueron niños
y que comían luz
Son leñadores
andan en la construcción
son los bomberos
conducen un camión
Ya no se acuerdan
de aquel barrio de la Cruz
que fueron niños
y que comían luz
BARRIO SIN LUZ (PABLO NERUDA)
¿Se va la poesía de las cosas
o no la puede condensar mi vida?
Ayer -mirando el último crepúsculo-
yo era un manchón de musgo entre unas ruinas.
Las ciudades -hollines y venganzas-,
la cochinada gris de los suburbios,
la oficina que encorva las espaldas,
el jefe de ojos turbios.
Sangre de un arrebol sobre los cerros,
sangre sobre las calles y las plazas,
dolor de corazones rotos,
podre de hastíos y de lágrimas.
Un río abraza el arrabal
como una mano helada que tienta en las tinieblas:
sobre sus aguas se avergüenzan
de verse las estrellas.
Y las casas que esconden los deseos
detrás de las ventanas luminosas,
mientras afuera el viento
lleva un poco de barro a cada rosa.
Lejos... la bruma de las olvidanzas
-humos espesos, tajamares rotos-,
y el campo, ¡el campo verde!, en que jadean
los bueyes y los hombres sudorosos.
Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas,
mordiendo solo todas las tristezas,
como si el llanto fuera una semilla
y yo el único surco de la tierra.
BARRIO RECUPERADO (JORGE LUIS BORGES)
hasta que pavoroso en clamor
se derrumbó el cielo verdoso
en abatimiento de agua y de sombra.
El temporal fue unánime
y aborrecible a las miradas fue el mundo,
pero cuando un arco bendijo
con los colores del perdón la tarde,
y un olor a tierra mojada
alentó los jardines,
nos echamos a caminar por las calles
como por una recuperada heredad,
y en los cristales hubo generosidades de sol
y en las hojas lucientes
dijo su trémula inmortalidad el estío.
CALLE MELANCOLÍA (JOAQUÍN SABINA CON JOAN MANUEL SERRAT)
Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.
Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy
esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.
Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy
esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía
ARRABAL (JORGE LUIS BORGES)
El arrabal es el reflejo de nuestro tedio.
Mis pasos claudicaron
cuando iban a pisar el horizonte
y quedé entre las casas
cuadriculadas en manzanas
diferentes e iguales
como si fueran todas ellas
monótonos recuerdos repetidos
de una sola manzana.
El pastito precario
desesperadamente esperanzado,
salpicaba las piedras de la calle
y divisé en la hondura
los naipes de colores del poniente
y sentí Buenos Aires.
Esta ciudad que yo creí mi pasado
es mi porvenir, mi presente;
los años que he vivido en Europa son ilusorios,
yo he estado siempre (y estaré) en Buenos Aires.
BARRIO DE TANGO (HOMERO MANZI-ANIBAL TROILO)
VERSIÓN DE ROBERTO GOYENECHE
VERSIÓN DE NELLY OMAR
Un pedazo de barrio, allá en Pompeya,
durmiéndose al costado del terraplén.
Un farol balanceando en la barrera
y el misterio de adiós que siembra el tren.
Un ladrido de perros a la luna.
El amor escondido en un portón.
Y los sapos redoblando en la laguna
y a lo lejos la voz del bandoneón.
Barrio de tango, luna y misterio,
calles lejanas, ¡cómo estarán!
Viejos amigos que hoy ni recuerdo,
¡qué se habrán hecho, dónde estarán!
Barrio de tango, qué fue de aquella,
Juana, la rubia, que tanto amé.
¡Sabrá que sufro, pensando en ella,
desde la tarde que la dejé!
Barrio de tango, luna y misterio,
¡desde el recuerdo te vuelvo a ver!
Un coro de silbidos allá en la esquina.
El codillo llenando el almacén.
Y el dramón de la pálida vecina
que ya nunca salió a mirar el tren.
Así evoco tus noches, barrio 'e tango,
con las chatas entrando al corralón
y la luna chapaleando sobre el fango
y a lo lejos la voz del bandoneón.
BARRIO TRISTE (TULIO GALEAS)
Este es un barrio triste. Los niños
al crecer vistieron de soledad las casas,
las risas devolvieron su manantial al sueño,
y el misterio reparte su pan con manos amplias.
Las madres estaán solas y la cena está fría.
El viento temoroso de romper el silencio
cierra con pesadez sus grandes párpados,
y hasta mi corazón late despacio para no despertarme.
Ruedo por escaleras de niebla gota a gota,
cubro mis dedos tibios con ceniza,
y un río negro y sucio me invade y me corona.
ARRABAL AMARGO (CARLOS GARDEL)
metido en mi vida
como la condena
de una maldición.
Tus sombras torturan
mis horas sin sueño,
tu noche se encierra
en mi corazón.
Con ella a mi lado
no vi tus tristezas,
tu barro y miserias,
ella era mi luz.
Y ahora, vencido,
arrastro mi alma,
clavao a tus calles
igual que a una cruz.
Rinconcito arrabalero,
con el toldo de estrellas
de tu patio que quiero.
Todo, todo se ilumina,
cuando ella vuelve a verte
y mis viejas madreselvas
están en flor para quererte.
Como una nube que pasa
mis ensueños se van,
se van, no vuelven más.
No digas a nadie
que ya no me quieres.
Si a mí me preguntan
diré que vendrás.
Y así cuando vuelvas,
mi alma, te juro,
los ojos extraños
no se asombrarán.
Verás cómo todo
te esperaba ansioso:
mi blanca casita
y el viejo rosal...
Y cómo de nuevo
alivia sus penas
vestido de fiesta
mi viejo arrabal.
CALLE CON ALMACÉN ROSADO (JORGE LUIS BORGES)
Ya se le van los ojos a la noche en cada bocacalle
y es como una sequía husmeando lluvia.
Ya todos los caminos están cerca,
y hasta el camino del milagro.
El viento trae el alba entorpecida.
El alba es nuestro miedo de hacer cosas distintas y se nos viene encima.
Toda la santa noche he caminado
y su inquietud me deja
en esta calle que es cualquiera.
Aquí otra vez la seguridad de la llanura
en el horizonte
y el terreno baldío que se deshace en yuyos y alambres
y el almacén tan claro como la luna nueva de ayer tarde.
Es familiar como un recuerdo la esquina
con esos largos zócalos y la promesa de un patio.
¡Qué lindo atestiguarte, calle de siempre, ya que te miraron tan pocas cosas mis días!
Ya la luz raya el aire.
Mis años recorrieron los caminos de la tierra y del agua
y sólo a vos te siento, calle dura y rosada.
Pienso si tus paredes concibieron la aurora,
almacén que en la punta de la noche eres claro.
Pienso y se me hace voz ante las casas
la confesión de mi pobreza:
no he mirado los ríos ni la mar ni la sierra,
pero intimó conmigo la luz de Buenos Aires
y yo forjo los versos de mi vida y mi muerte con esa luz de calle.
Calle grande y sufrida,
eres la única música de que sabe mi vida.
EL CORAZÓN AL SUR (ELADIA BLÁZQUEZ)
por eso tengo el corazón mirando al sur.
Mi viejo fue una abeja en la colmena,
las manos limpias, el alma buena...
Y en esa infancia, la templanza me forjó,
después la vida mil caminos me tendió,
y supe del magnate y del tahúr,
por eso tengo el corazón mirando al sur.
Mi barrio fue una planta de jazmín,
la sombra de mi vieja en el jardín,
la dulce fiesta de las cosas más sencillas
y la paz en la gramilla de cara al sol.
Mi barrio fue mi gente que no está,
las cosas que ya nunca volverán,
si desde el día en que me fui
con la emoción y con la cruz,
¡yo sé que tengo el corazón mirando al sur!
La geografía de mi barrio llevo en mí,
será por eso que del todo no me fui:
la esquina, el almacén, el piberío...
lo reconozco... son algo mío...
Ahora sé que la distancia no es real
y me descubro en ese punto cardinal,
volviendo a la niñez desde la luz
teniendo siempre el corazón mirando al sur.
BARRIO NORTE (JORGE LUIS BORGES)
Esta declaración es la de un secreto
que está vedado por la inutilidad y el descuido,
secreto sin misterio ni juramento
que sólo por la indiferencia lo es:
hábitos de hombres y de anocheceres lo tienen,
lo preserva el olvido, que es el modo más pobre de
misterio.
Alguna vez era una amistad este barrio,
un argumento de aversiones y afectos, como las otras cosas del amor;
apenas si persiste esa fe
en unos hechos distanciados que morirán:
en la milonga que de las Cinco Esquinas se acuerda,
en el patio como una firme rosa bajo las paredes crecientes,
en el despintado letrero que dice todavía La Flor del Norte,
en la memoria detenida del ciego.
Ese disperso amor es nuestro desanimado secreto.
Una cosa invisible está pereciendo del mundo,
un amor no más ancho que una música.
Se nos aparta el barrio,
los balconcitos retacones de mármol no nos enfrentan cielo.
Nuestro cariño se acobarda en desganos,
la estrella de aire de las Cinco Esquinas es otra.
Pero sin ruido y siempre,
en cosas incomunicadas, perdidas, como los están siempre las cosas,
en el gomero con su veteado cielo de sombra,
en la bacía que recoge el primer sol y el último,
perdura ese hecho servicial y amistoso,
esa lealtad oscura que mi palabra está declarando:
el barrio.
BARRIO SUR (ALFREDO ZITARROSA)
Gorrión que arrulla un sueño,
tarde que cae sobre los gatos,
humilde luz de altillo, viejo Barrio Sur.
Crepúsculo de vino, patios gastados y dolor,
tenés olor a río, Barrio Sur.
Sitio de mí que nadie ocupa
malvón que brota en un zaguán,
nací de nuevo en cada niño tuyo, Barrio Sur.
Angostos recovecos, rostro pintado en una luna azul,
caminan murgas para siempre amándote
y redoblan para vos.
Barrio del cementerio,
perros perdidos y silencio
por tus faroles amarillos pasan recordándome tu amor
tus niños y tus muertos,
tus tristes yacumenzas,
noche a noche mi propio corazón.
LOS CIEN BARRIOS PORTEÑOS (ALBERTO CASTILLO)
He querido rendirle a los barrios
un sincero homenaje de amor,
y no tengo motivo más lindo
que brindarselo en una canción.
Cada uno encierra un recuerdo,
cada uno me trae una emoción.
He querido rendirle a los barrios
un sincero homenaje de amor.
Barracas, La Boca, Boedo,
Belgrano, Palermo, y Liniers,
Urquiza, Pompeya, Patricios,
San Telmo y Flores, mi barrio de ayer.
Balbanera, Caballito,
El Retiro y Monserrat,
Villa Crespo, Almagro y Lugano,
Mataderos y Paternal.
Bis III y IV
Recitado
Yo soy parte de mi pueblo
y le debo lo que soy,
hablo con su mismo verbo
y canto, canto con su misma voz
Cien barrios porteños,
cien barrios de amor,
cien barrios metidos
en mi corazón.
un sincero homenaje de amor,
y no tengo motivo más lindo
que brindarselo en una canción.
Cada uno encierra un recuerdo,
cada uno me trae una emoción.
He querido rendirle a los barrios
un sincero homenaje de amor.
Barracas, La Boca, Boedo,
Belgrano, Palermo, y Liniers,
Urquiza, Pompeya, Patricios,
San Telmo y Flores, mi barrio de ayer.
Balbanera, Caballito,
El Retiro y Monserrat,
Villa Crespo, Almagro y Lugano,
Mataderos y Paternal.
Bis III y IV
Recitado
Yo soy parte de mi pueblo
y le debo lo que soy,
hablo con su mismo verbo
y canto, canto con su misma voz
Cien barrios porteños,
cien barrios de amor,
cien barrios metidos
en mi corazón.
Ambiente de la casa, de los locales, del barrio
que veo y por donde camino: años y años.
Te he dado forma en alegría y en tristezas:
con tantas circunstancias, con tantas cosas.
Y todo entero te has trocado en sentimiento, para mí.
CUANDO EL BARRIO SE DUERME - JUAN ANDRÉS CARUSO & LUIS TEISSEIRE
La noche está estrellada. Un foco alumbra turbio
la calle solitaria de mi viejo arrabal.
Suspiros apagados, inundan el suburbio
amante, una pareja se oculta en un portal.
Y vienen de allá lejos, llorones y sentidos,
los bajos rezongones de un viejo bandoneón.
Parece que las sombras recogen sus gemidos
y dejan una nota en cada corazón.
Y al rezongar de ese tango,
veo en la noche serena,
los compadres de melena
y pibas con vestidito'e percal.
El organito tocando en la esquina,
un malevito chamuya a su mina
bajo un farol que no puede alumbrar,
ella dice que no: él la quiero besar.
La noche es más oscura. El fuelle lejos suena
bordando con sus bajos el tango dormilón.
Se ha ido la pareja. Me invade una honda pena,
las notas me producen no sé qué sensación.
Me habla de "chamuyos", me cuenta de "amasijos",
guitarras y milongas; de mates con cedrón,
ramitas de violetas, "trenzadas y barbijos"
por unos ojos negros o un corte compadrón.
ADIÓS VIEJO BARRIO (LOS OLIMAREÑOS)
Viejo barrio que te vas
te doy mi último adiós
ya no te veré más.
Con tu negro murallón,
desaparecerá
toda una tradición.
Mi viejo Barrio Sur,
triste y sentimental,
la civilización
te clava su puñal.
En tus calles de ilusón
fue donde se acunó
el tango compadrón.
Ya no esta tu famosa muralla,
cuyas sombras sirvieron mil veces
de testigo a los guapos de laya
que morían por un corazón.
Y en las noches de luna febriles,
al compás rezongón de las olas,
los muchachos con sus tamboriles
ya no entonan su alegre canción.
El boliche ha cerrado su puerta,
ya no hay risas, ni luz, ni alegría
y en la calle ruinosa y desierta
sopla un viento de desolación.
La piqueta fatal del progreso
arrancó mil recuerdos queridos
y parece que el mar en un rezo,
demostrara también su emoción.
(Recitado)
Barrio Sur... Viejo barrio querido
que te van arrancando a pedazos
perfumao con olor de leyenda,
para vos es mi canto.
Para vos Barrio Sur de mis sueños
que me has visto jugar de muchacho
y guardás en tus calles estrechas
mil recuerdos sagrados.
Para vos viejo barrio compadre,
de pañuelo y chambergo ladeado,
que tenés mansedumbre de niño
y arrogancia de macho.
Para vos viejo Barrio Sur de mi vida
que engendraste el tango
con pasiones, tragedias y risas
para vos es mi canto.
Viejo barrio que te vas
te doy mi último adiós
ya no te veré más.
FILM COMPLETO MELODÍA DE ARRABAL
DE CARLOS GARDEL
INUNDACIÓN EN EL BARRIO - ANTONIO BERNI
JUANITO BAÑÁNDOSE - ANTONIO BERNI
ANTONIO SEGUI
LA CALLE - 1935- BALTHUS
LA CALLE - 1935- BALTHUS
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